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jueves, 16 de agosto de 2018

FORO NACIONAL DE CHIAPAS HACIA UNA NUEVA CAFETICULTURA EN MÉXICO.


Tapachula, Chis Juan Manuel Matali.-En 1989 desapareció el Instituto Mexicano del Café y desde entonces la crisis en ese sector ha sido permanente; el Inmecafé se encargaba de la organización, investigación, desarrollo tecnológico, financiamiento, comercialización y promoción de la industria cafetalera, no ha existido un organismo que llene ese vacío; es más, años después corrió la misma suerte el Banco de Crédito Rural (Banrural) y en la actualidad no existe ninguna institución que atienda a ese sector en forma integral.
Por su parte la red maya de organizaciones orgánicas su director Jorge Aguilar Reyna dijo que la reaparición de forma severa de la roya naranja en el año 2012 dejó en claro que no hubo capacidad de respuesta de las autoridades y hasta ahora, en todos los estados productores está presente y con el riesgo de que vuelva a afectar las plantaciones, aunque las cosechas no se han recuperado del todo al caer hasta en más del 50  por ciento. Es más, el Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) carece de fondos para atender esa problemática y utiliza los destinados a la broca, la otra plaga de mayor impacto en el café que se encuentra actualmente controlada.
Son 29 años después y ante el cambio de gobierno que las decenas de organizaciones productoras de café del país han decidido plantear la creación de una institución única que atienda al sector cafetalero como en su momento era el Inmecafé, porque en la actualidad son muchas las dependencias que están inmiscuidas y ninguna da una respuesta clara. Las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Desarrollo Social (Sedesol), Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Conadepi), tienen fondos para atender el café y en forma dispersa, no se sabe realmente en qué invierten esos recursos.
Reyna En las últimas administraciones federales y estatales no se le dio importancia al sector cafetalero, ello a pesar de que solamente en Chiapas se calcula que más de un millón de personas dependen de esa actividad y la gran mayoría son campesinos e indígenas que viven en condiciones de pobreza y alta marginación. En el país, el padrón de productores registraba a más de 650 mil, pero también las crisis recurrentes, las caídas de la producción y la falta de apoyo efectivo hizo que miles de ellos abandonaran la actividad.
Las organizaciones de productores de los 13 estados en donde se cultiva el aromático están planteando la creación de una Comisión Federal del Café que asuma el papel que hace tres décadas tuvo el Inmecafé, pero que además coordine todas las acciones y programas que se diseñen desde otras dependencias federales y las instituciones de financiamiento, con la participación de los cafetaleros. Las propuestas que se están elaborando salen de foros, uno de ellos se realizará hoy en Tapachula, cuyos resultados serán presentados al equipo de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y al del gobernador electo, Rutilio Escandón Cadenas, tomando en cuenta que Chiapas es el principal productor en el país tanto del aromático convencional y orgánico.
A las organizaciones productivas cafetaleras se han sumado instituciones de educación superior y centros de investigación, quienes están convencidos en la necesidad de crear un organismo coordinador que aglutine a todo el sector, porque la Asociación Mexicana del Café (Amecafé) y conformada por algunos grandes productores e industriales y tampoco la Comisión Especial para la Atención Integral del Café de la Sagarpa, no han tenido la capacidad para hacerle frente a la problemática que enfrenta ese sector productivo, uno de los más importantes generadores de divisas para el país por sus exportaciones a pesar de la baja en las cosechas.
Las políticas públicas cafetaleras deben sustentarse en un marco de referencia legal para tener validez, ya que estas van ligadas al uso de los recursos públicos; por lo tanto, deben planearse a corto, mediano y largo plazo. Eso es lo principal que se debe plantear al nuevo gobierno, para instrumentar una estrategia que vaya más allá de una administración, sino que busque el crecimiento de esa industria y que beneficie a todos los eslabones de la producción, no solamente a los comercializadores e industrializadores, sino también a los campesinos que trabajan la tierra.
Hoy que la producción está apenas recuperándose después de la caída sufrida a causa de la plaga de la roya naranja, surge la necesidad de invertir en el sector primario para conservar y fortalecer a ese cultivo, uno de los que deben ser más prioritarios para las nuevas administraciones federal y estatal, porque millones de personas dependen de esa actividad y lamentablemente lo hacen en condiciones de pobreza y marginación, cuando es el café el generador de riqueza, pero lamentablemente no en el campo.
El nuevo gobierno tiene que contar con sensibilidad política y social indispensable para enfrentar el problema cafetalero, que de no atenderse de forma integral se puede convertir en uno de seguridad nacional, porque con la caída de las cosechas está llegando el aromático de otras naciones, no solamente en forma legal sino también de contrabando como ocurre por la frontera sur y esa es otra amenaza para el sector.
Por ultimo Aguilar Reyna dio el banderazo de salida a un contenedor de café con rumbo a estados unidos texas con 22 toneladas de café de la más alta calidad.

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