Translate

Vistas a la página totales

lunes, 30 de enero de 2017

DISCURSO DEL SECRETARIO DE SALUD FEDERAL, JOSÉ NARRO ROBLES EN EL CUARTO INFORME DEL GOBERNADOR MANUEL VELASCO COELLO

29 ENERO 2017
Buenas tardes tengan todos y todas, señor Presidente de la Mesa directiva de este Honorable Congreso del Estado de Chiapas.
Señor Gobernador licenciado Manuel Velasco Coello gracias por la generosidad de su presentación, señoras y señores, diputadas y diputados de todas las fracciones parlamentarias que integran este Congreso.
Señor Presidente del Tribunal Superior de Justicia,  señores gobernadores que nos hacen el favor de distinguir con su presencia, señores legisladores, señoras legisladoras y legisladores federales, señores presidentes municipales, señores representantes de las fuerzas armadas, señora Anahí Puente de Velasco.
Y señoras y señores representantes de los sectores, de los empresarios y de las organizaciones sociales, representantes de los medios de comunicación.
Señoras y señores.
Acudo a esta ceremonia republicana con la representación del presidente de México, del  licenciado  Enrique Peña Nieto quien me ha pedido transmita a  ustedes su saludo respetuoso. Tengo el honor de atestiguar el cumplimiento de la obligación del Gobernador del Estado de  Chiapas de rendir un informe, felicidades a quienes han colaborado para alcanzar los resultados que se informan, algunos de los cuales hemos conocido en esta solemne ceremonia.
Se trata sin duda de un logro colectivo, de algo que se ha hecho con esfuerzo de la sociedad, del Ejecutivo estatal, de los integrantes de todas las fracciones de este Honorable Congreso, del Tribunal de Justicia, de los municipios y de todos los sectores de la sociedad,  a todas y todos.
Chiapas representa mucho de lo que tenemos en nuestro país, la cultura y la historia,  el arte y la identidad, los recursos naturales y las instituciones que regulan y ayudan al desarrollo de la vida colectiva.
Chiapas  como  México registra trayectoria y presente, pero en especial  posibilidades de una vida más justa para la población, de un futuro prometedor en donde la pobreza y la desigualdad  se atemperen como quería Morelos.
De un futuro que elimine la ignorancia de nuestra población, como proclamaron Juárez, Sierra, Vasconcelos y Torres Bodet, en donde las enfermedades de la pobreza se erradiquen como deseaban Celis, Chávez y Velasco Suárez.
Chiapas es México y nuestro país no se entiende sin Belisario Domínguez, Rosario Castellanos, Samuel Ruiz y Jaime Sabines y sin la gente de esta orgullosa, cálida y extraordinaria entidad federativa.
Señor gobernador: reciba por mi conducto la felicitación del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, por sus logros y tenga seguro que el gobierno federal seguirá comprometido con su gobierno y con el pueblo de Chiapas.
Es cierto, la construcción de una nación es siempre dolorosa y nunca acaba, pero la grandeza de nuestro  país está fuera de discusión, lo que debemos corregir es la razón de nuestra timidez para admitirla.
Lo que tenemos que reconocer es que junto a los problemas y las deficiencias  que nos acompañan y que no deben ignorarse, existe un mundo de posibilidades y condiciones que representan enormes ventajas en la sociedad contemporánea; lo que debemos hacer de una vez y para siempre es confiar en nosotros y en lo nuestro, trabajar con  intensidad en la misma dirección y todos unidos, lo que hoy se requiere  es estar a la altura de las exigencias y tener la capacidad de responder al desafío.
En México la vida nunca ha sido simple, siempre se han enfrentado retos y adversidades, siempre se ha estado en la encrucijada, en ocasiones ha sido la naturaleza que se ha expresado de forma violenta, otras veces han sido las acechanzas del exterior y unas más la insidia, el egoísmo, la avaricia, la negligencia de algunos; sin embargo, hemos de reconocer que tenemos historia, cultura, principios e instituciones y que disponemos de gente, territorio y convicciones, que tenemos ruta, liderazgo y certidumbre.
Cuando esto nos ha pasado incluso hemos perdido territorio, recursos y orgullo. Hoy México nos reclama  un sacrificio, hoy la patria requiere de todos sus hijos, no nos equivoquemos, la respuesta es  obvia y está en nosotros.
En los tiempos difíciles se expresa la grandeza  de los pueblos, vivimos uno de esos momentos que permiten separar a los  timoratos, de los determinados; a los dispuestos y a los expuestos; a los que titubean y a quienes actúan con certidumbre y prontitud.
Uno de esos tiempos que vivimos y de lo que la historia registrará como deseable y lo que nuestros nietos y sus hijos preferirán olvidar y pasar por alto, estamos en uno de esos momentos definitorios del porvenir que servirá de ejemplo a los mexicanos del futuro; eso  sí, tengamos presente que nadie vendrá del exterior para hacer lo que nos toca, que nadie se detendrá a considerar nuestras debilidades y necesidades, por el contrario, muchos querrán tomar ventaja de nuestros  contratiempos y que si cometemos el error de dividirnos, la suerte está  casi sellada, que nadie se llame a sorpresa, que nadie justifique sus desatinos inculpando a los demás.
Por fortuna son muy pocos los que han cuestionado la convocatoria de unidad que reiteradamente ha formulado el presidente Enrique Peña Nieto, se les hace poco poner a los principios  por delante, les parece menor convocar a la soberanía y la dignidad como lo sustantivo, en verdad se puede sostener que hablar de eso es retórica y no otra cosa, estos no son tiempos propicios para regatear, son tiempos de determinación  y compromiso, son tiempos de acción, pero también de ideales, de diseño y de trabajo, de armonía, generosidad y entrega.
Es esta una oportunidad para expresar nuestra solidaridad y compromiso con los migrantes mexicanos estén donde estén ellos forman parte de lo nuestro, es igualmente una ocasión para recordar a todos los que sales de sus sitios y cuyos derechos fundamentales deben respetarse, todos nos duelen y a todos acompañamos. 
Es también una circunstancia propicia para recordar el sentimiento que describió Octavio Paz cuando el mundo salía de la Segunda Guerra Mundial: “la esperanza es el instinto de salvación del hombre y es indestructible; no es posible agotar la esperanza de los hombres pero si es fácil agotar su paciencia”.
Para enfrentar problemas y rezagos se trata de momentos pertinentes para preservar lo que otras generaciones consiguieron y para atender nuestros pendientes, para dar prioridad a los que menos tienen; para pensar en lo social, en lo de todos y no solo en lo propio, para avanzar con determinación y no solo para salir de un aprieto.
Este es el tiempo de Chiapas y de México, el de su porvenir, el de nuestro mañana, hagamos juntos la travesía y a la que la historia nos invita, es cierto, ante grandes retos, unidos somos más fuertes.

Todos somos México, dejo el compromiso reiterado del Presidente de la República con Chiapas y su pueblo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario