‣Es tiempo de que en
México se cuente con un sistema de planeación para la producción,
industrialización y comercialización de lácteos.
Si bien el actual gobierno de México tiene proyectado lograr la
autosuficiencia en algunos alimentos, entre ellos de manera importante en
leche, y ha iniciado acciones para aumentar el precio por litro, a 8.20 pesos,
los pequeños y medianos productores piden a la Secretaría de Economía revelar
las condiciones de comercialización de leche en polvo y sus derivados con
Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.
El dirigente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche,
Álvaro González Muñoz, precisó al respecto que los pequeños y medianos ganaderos
exigen conocer los términos en que se negoció el intercambio comercial en
materia de leche, quesos y otros derivados.
“De ello depende el futuro de la producción e industrialización de lácteos,
en particular respecto de nuevas inversiones y la rehabilitación de
infraestructura ociosa derivada del abandono de más de 600 mil pequeñas
unidades por incosteabilidad y una competencia desleal de parte de
instituciones del gobierno durante largos 23 años que duró el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN).
En entrevista, el dirigente González Muñoz evaluó daños irreversibles como
el exterminio de un capital social en infraestructura lechera y la suspensión
de programas encaminados al mejoramiento genético de razas especializadas.
“La industria se surtió de la principal materia prima, la leche, con
importaciones excesivas del producto en polvo, en detrimento del alimento
nacional, de calidad superior comparado con la compra en el exterior de leche
descremada, sin sus ingredientes nutritivos fundamentales”.
Estimó que, de 1994, inicio del TLCAN, hasta su conclusión en 2018, los
pequeños ganaderos absorbieron un alto quebranto económico equivalente a 14 mil
millones de pesos, resultante de la pérdida de 1.50 pesos por litro
respecto de los costos de producción. Por esta causa, más de 10 mil productores
se vieron obligados a vender sus vacas especializadas al rastro”.
Consideró que es tiempo de que en nuestro
país se emprenda un sistema de planeación de la producción, industrialización y
comercialización de la leche, de tal forma que se considere en el mismo el
combate a la pobreza y desnutrición de una buena parte de la población
nacional, en razón de que el consumo es resultado de la adulteración del
alimento, con la anuencia de Profeco y la Secretaría de Salud.
Expresó que la industria nacional de lácteos también se ha enriquecido a
costa del deterioro económico de los productores mexicanos. “Aprovechó la
competencia desleal de los importadores de leche en polvo, para pagar el
producto nacional a precios subsidiados, que son los que rigen en Estados
Unidos, mientras que en México se cancelaron esas subvenciones”.
Reconoció que la producción de leche y sus derivados representa una opción viable
para que México pueda alcanzar la categoría de autosuficiencia, siempre y
cuando el Gobierno Federal vigile de manera permanente, que los costos de
producción nunca rebasen al precio de comercialización.
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