Por:
Gonzalo Egremy
FOTO DE: elcolombiano.com |
MAL SISTEMA DE SALUD
+Saturación en hospitales, carencia de medicinas y
acumulación de citas desatendidas que reclaman una urgente atención.
+Las reformas a la Ley del IMSS y al
ISSSTE en los gobiernos neoliberales del PRI-PAN, llevaron al desastre la
seguridad social.
.-Millones
de mexicanos, los de clase media Y baja, hemos sufrido por décadas la mala
atención a la salud en los hospitales públicos.
El comunicólogo, Fernando Aguilar Juárez, en
su colaboración llamada “Rojo y Negro”, realizó un exhaustivo análisis sobre el
tema que deja mal parado a los gobiernos del PRI y PAN en los últimos 37 años.
“En
México, el sistema de salud para su población fue un desastre” (durante esas
tres décadas y siete años más), expuso.
“En
el Congreso se aprobaron reformas, pero no para mejorar, sino para degradar el
derecho a la salud, como la reforma a la ley del IMSS que diseñó el entonces
presidente Ernesto Zedillo y que entró en operación en 1997.
Hoy
a 21 años de operación, como se insistió desde el inicio, el sistema Afores
(Fondo de Ahorro para el Retiro), será incapaz de entregar pensiones dignas,
advierten investigadores.
Gustavo
Leal Fernández, especializado en salud y seguridad social puntualizó que
“fueron tres golpes de una mala descentralización, dos reformas fallidas al
IMSS y al ISSSTE, y el Seguro Popular, lo que explican en buena medida la
situación en la que se encuentra hoy el sector salud y la seguridad social” con
un creciente descontento entre los trabajadores de dichos organismos,
principalmente, médicos, enfermeras y técnicos, cuyos inicios se registraron
con el movimiento “yo soy Médico 17”.
Para
reactivar un poquito la memoria, nada más recordar aquel 22 de julio de 2014
cuando el movimiento “soy médico 17” irrumpió en la escena de 25 entidades de
la república y más de 50 ciudades; los hombres y mujeres de blanco salieron de
sus clínicas y hospitales, con pancartas impresas en las que se leían consignas
de rechazo y repudio en contra de esas políticas públicas, que además
criminalizaban a los trabajadores de la salud.
Y
desde entonces, esas protestas no cesaron, aumentaron y subieron de tono.
El
también catedrático e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana
Xochimilco, se remontó a 1982, cuando empezó todo, “con la designación que hizo
el entonces presidente José López Portillo, del doctor Guillermo Soberón al
frente de la Secretaría de Salud; antes de eso el gremio médico había mantenido
un diálogo profundo en la toma de decisiones ejecutivas, pero con la llegada
del doctor Soberón la voz clínica por primera vez es silenciada” y se gira
desde entonces hacia el discurso de las reformas.
Al
mismo tiempo, el descontento entre la población también se sumó a estos
llamados de los médicos, debido principalmente a la deficiente atención del
personal hacia los derechohabientes en las clínicas de primer nivel; además de
las constantes quejas de desabasto de medicamentos y la pérdida de tiempo para
acceder a una consulta médica.
Lo
anterior debido a que en cada consultorio de los hospitales, un médico tiene
que atender una cuota mínima de 30 pacientes. Y la paciente, sentada frente al
galeno, que hace intentos desesperados por agilizar su ordenador, aparatos sin
un minino de mantenimiento, ve pasar los minutos y las muecas de intolerancia
del profesional.
-¡Uuufff!
Y así quieren que uno atienda con calidad y calidez. Que interactuemos con cada
paciente. Eso es imposible. A ver, que vengan ellos –los directivos- a hacerlo.
-Atina a decir el galeno.
Lamentablemente
el equipo de Peña Nieto, activó un truco que consistió en decir que iba a
ofrecer un sistema de “seguridad social universal”, que estaba fondeado en
cuatro derechos exigibles: la pensión universal, el seguro de desempleo y el acceso
a la salud; el cuarto derecho exigible nunca lo materializaron, el derecho a un
seguro de riesgos de trabajo.
Lo
que Peña Nieto intentó con esto fue justificar socialmente la elevación que él
tenía contemplada de aumentar el IVA de 16 por ciento para arriba y la
eliminación de la tasa cero a alimentos y medicamentos; un recurso tramposo que
buscaba justificar el dinero que iba a extraer por concepto de la desaparición
de la tasa cero y de la elevación del tipo del IVA para financiar el déficit
que veían venir con la reforma energética al sacrificar la renta petrolera con
la que financiamos parte del gasto educativo y parte del gasto en salud.
Otro
mal que arrastra el sistema de salud, es el de la corrupción, aunque hay
denuncias, ha habido pocos resultados, como lo reconoció el último titular de
la Secretaría de Salud, José Narro en sus últimos meses en el cargo, cuando
dijo tener “…el compromiso implacable frente a la aparición o el encuentro de
hechos en donde encontremos desvío de recursos que debieran estar destinados a
la salud y que no se aplican”.
Y
enumeró: ahí están algunos casos y las denuncias que hemos presentado a lo
largo particularmente del último año destacando por desgracia las 22 denuncias
penales que ya están presentadas, en su mayoría 18 y 4 más que están en proceso
en el caso del estado de Veracruz que tenemos en el sector público de la salud.
Toda
esta situación generó un descrédito de la población en general hacia las
instituciones de salud y sus funcionarios.
A
estos y otros retos se enfrentará el titular del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez
Pineda quien busca lograr una institución sustentable financieramente y mejorar
la calidad en la atención de los servicios de salud, así como en el
otorgamiento de las 21 prestaciones a los 13 millones de derechohabientes.
Esto
lo mencionó al presentar su estrategia ante el titular de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHyCP), Carlos Manuel Urzúa Macías, así como de la
Secretaria de la Función Pública, Eréndira Sandoval Ballesteros.
Por
ello se comprometió a que "Se concentrarán las compras y contrataciones,
se eliminarán áreas administrativas y duplicidad de funciones, se ajustarán los
sueldos y recortarán gastos excesivos, además de priorizar áreas de servicios
que se dediquen a la atención del derechohabiente", apuntó.
En
suma aseguró: “Reconstruiremos la credibilidad, confianza, orgullo y
prestigio del ISSSTE, para eficientar los procesos quirúrgicos en
nuestros hospitales; mejorar procedimientos administrativos; superar la calidad
y productividad en todas las áreas de la Institución para hacerlas más
sencillas, organizadas y con mejores prácticas de atención”; en este sentido
dijo que la Institución será más fraterna para generar confianza, solidaridad,
brindar calidez y certeza de una respuesta humanitaria a los más de 13 millones
de derechohabientes.
Pero
también dijo estar consciente de los retos a enfrentar, principalmente el
deterioro y limitaciones de la infraestructura en las unidades médicas.
“También es una realidad que tenemos que atender de inmediato las demandas de
saturación en hospitales, carencia de medicinas y acumulación de citas
desatendidas que reclaman una urgente atención.
Todo
este se erradicará con políticas de desarrollo y, en nuestro caso, acciones de
prevención”, hasta aquí algunos párrafos de “Rojo y Negro”.
Sin
embargo, lo narrado en ese texto ocurre a diario a lo largo y ancho de México,
¿no cree usted?//Salud.
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