¿EL
NAICM, COMO EL DISTRIBUIDOR VIAL SAN ANTONIO?
Por: Renato Consuegra
Ciudad de México, a 26 de Agosto
de 2018.- Durante una primera parte de su campaña a la
Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador logró atinar a un tema
a todas luces sensible para los mexicanos cansados de los excesos del poder: la
corrupción de lo que él llamó “la mafia del poder” y, uno de sus objetivos más
fuertes fueron sus preocupaciones porque la obra del Nuevo Aeropuerto de la
Ciudad de México generara corrupción por su alto costo, en aquel momento de 186
mil millones de pesos.
Más adelante, en mayo, después
de que el 16 de abril Carlos Slim saliera en defensa de la construcción de la
terminal aérea en el vaso del Lago de Texcoco, planteó una tercera opción: que
fueran los empresarios y no el gobierno mexicano quienes pagaran el resto de
las obras a través de una concesión.
Pero, ya como presidente electo,
planteó realizar una “consulta nacional” para que sea la ciudadanía quien tome
la decisión respecto del futuro del aeropuerto.
Sin embargo, la pregunta es: Por
qué si la ciudadanía le dio 30.11 millones de votos para que ejerza la facultad
constitucional de ejecutar sus promesas de campaña, resolvió sacarse de la
bolsa una consulta no vinculante constitucionalmente, con grandes fallas de
seguridad.
López Obrador pretende realizar
una jugada maestra o engaño para no dilapidar el capital político que le dio el
53.19 por ciento del padrón electoral. Y lo hace a través de una consulta
alejada de los marcos institucionales del país para obtener un resultado
ajustado a su decisión final.
La respuesta podría ser que,
mediante el engaño y la simulación, López Obrador quiere legitimar una decisión
previamente tomada, pero sin costo político para él. Y no es la primera ocasión
que toma una decisión así y se escuda en la ciudadanía, como recordaremos
líneas abajo.
Porque en la vida pública no
existen casualidades, sino causas. Pero las causas, sin duda, están movidas por
los intereses. Y para lograr que estos intereses no se vean como tal, a lo
largo de semanas, incluso meses, se tiende un gran tablero de ajedrez avivado y
alimentado desde los espacios de poder político, económico, social y mediático
para lograr los fines que se persiguen.
Hoy estamos frente a uno de esos
grandes tableros de ajedrez donde a la mayoría de la gente se le vende un juego
ilusorio que seguramente terminaría con el resultado esperado por los grandes
intereses. Porque el pasado 1 de julio realmente ocurrió un “quítate tú, para
ponerme yo”. Nada más. Sin cambio, salvo en los personajes. Más no en las formas
y mucho menos en el fondo.
Así como cada sexenio hay grupos
económicos beneficiados tras el poder, para el gobierno que viene probablemente
el beneficiario será el de Carlos Slim, sus amigos y socios. No fue casual la
aparición pública del hombre más rico de México para apoyar la opción del NAICM
el pasado 16 de abril, como tampoco es casual que uno de sus amigos y socios,
Fernando Chico Pardo, presidente del Consejo de Administración del Grupo
Aeroportuario del Sureste esté en primera fila para lograr la concesión del
Tren Maya y, anotado también para la del NAICM.
Una empresa dentro del mismo
círculo lo construye y otra lo opera, y operará otro de los “grandes proyectos”
del próximo gobierno.
Y si alguna controversia
existiera que deba resolverse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
hacia allá se dirige Yasmín Esquivel Mossa, magistrada presidenta del Tribunal
de Justicia Administrativa de la CDMX y esposa de otro de los constructores
favoritos de Andrés Manuel López Obrador: José María Rioboó, a quien López
Obrador le dio la proyección del Distribuidor Vial San Antonio en 2002.
Aquella ocasión el proyecto
ejecutivo fue encargado a la empresa Rioboó, SA de CV, la cual realizó un cálculo
inicial de 190 millones de pesos, que fue superado por mucho por las empresas
contratistas que compraron las bases de la licitación, cuyos requisitos, dijo
públicamente la empresa ICA, “son inalcanzables”.
Sin embargo, la licitación se
puso en marcha aún sin que Rioboó hubiera presentado el proyecto ejecutivo, y a
la par López Obrador realizó un plebiscito con el Instituto Electoral del
Distrito Federal, en el cual participaron 274,606 mil personas diciendo “Si” a
la obra, en contra de 142,384 mil que la rechazaron y 420,522 mil que emitieron
su “voto nulo”, con un abstencionismo de cerca del 87% porque el listado
nominal era de 6 millones 459 mil 641 electores.
El 13 de mayo de 2002, día
previo a la apertura de las ofertas económicas y ganadores de la licitación,
Andrés Manuel López Obrador decidió se cancelara porque el ganador de los
tramos 1, 3, 5 y 6 iba a ser el Grupo Quart que encabezaba Carlos Ahumada, sí,
aquel que videograbó a Carlos Imaz —esposo de Claudia Sheimbaun en ese
entonces— y a René Bejarano recibiendo fajos de billetes como soborno al
Gobierno del Distrito Federal encabezado por López Obrador. (http://www.cronica.com.mx/notas/2002/13775.html)
Sin embargo, a pesar de que
Rioboó presentó a destiempo y mal calculada la cifra del proyecto, el 25 de
junio de 2002 la empresa inmobiliaria del Gobierno del Distrito Federal,
Servicios Metropolitanos (Servimet) entregó por órdenes de López Obrador y en
adjudicación directa la proyección de la obra a José María Rioboó, porque
presuntamente no existían otras firmas constructoras que pudieran realizar el
diseño.
(http://www.cronica.com.mx/notas/2002/18521.html)
En 2004, con el escándalo de los sobornos a Imaz y Bejarano en su apogeo, López Obrador dijo que por una decisión personal pasó por sobre un proceso institucional como es una licitación pública y evitó la participación de Ahumada, ganador de la mayoría de los tramos. "Decidimos combatir al señor Ahumada. En tres años lo hemos atajado (...), se presenta como empresario contratista. Licitamos para la construcción del Distribuidor Vial San Antonio, del segundo piso. Se queda incluso su empresa como la mejor propuesta. Sin embargo, (por) la desconfianza, yo decido que no debe participar", le dijo a Joaquín López Dóriga. (http://expedientedf.blogspot.com/2004/04/razn-tcnica-par-quart.html)
En 2004, con el escándalo de los sobornos a Imaz y Bejarano en su apogeo, López Obrador dijo que por una decisión personal pasó por sobre un proceso institucional como es una licitación pública y evitó la participación de Ahumada, ganador de la mayoría de los tramos. "Decidimos combatir al señor Ahumada. En tres años lo hemos atajado (...), se presenta como empresario contratista. Licitamos para la construcción del Distribuidor Vial San Antonio, del segundo piso. Se queda incluso su empresa como la mejor propuesta. Sin embargo, (por) la desconfianza, yo decido que no debe participar", le dijo a Joaquín López Dóriga. (http://expedientedf.blogspot.com/2004/04/razn-tcnica-par-quart.html)
De esa forma, autoritaria y sin
soporte legal, López Obrador evitó la participación de Ahumada y entregó la
obra a otros constructores, cuyos contratos fueron cerrados por 12 años y aún
no hay quien los haya abierto.
Entonces, como en 2002, es muy
probable que la decisión ya esté tomada para entregar la construcción al Grupo
Carso de Carlos Slim y el consorcio de empresarios integrados en el proyecto
como Bernardo Quintana (ICA), Olegario Vázquez (Prodemex), Hipólito Gerard
(GIA), y Carlos Hank (Hermes), sin ser cuestionado por la sociedad, porque la
consulta es un procedimiento político sólo para legitimar una decisión técnica
que él mismo descalificó como parte de su campaña electoral. Quizá por eso ayer
dijo que iba a buscarlos “para serenarlos”.
Y no se sorprenda si el
sacrificado de todo este enjuague cuando se dé a conocer la decisión final sea
Javier Jiménez Espriú, quien ha presentado todos los argumentos en contra del
NAICM, incluso un estudio de la agencia NavBlue que retoma información de
Rioboó, quien está a cargo del diseño del proyecto del aeródromo de Santa Lucía
y fue quien diseñó el Distribuidor Vial San Antonio en 2002.
Y a pesar de los ejemplos arriba
citados, hoy, López Obrador dijo que: “Se va a acabar el contratismo corrupto
que ha venido imperando, prevaleciendo en los últimos tiempos”. ¡Gulp!
E-mail: renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Twitter: @renatoconsuegra
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