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jueves, 14 de junio de 2018

CHIAPAS, MONEDA DE CAMBIO PARA AMLO


Adrián González Alfaro/Diario del Sur.
Con la complicidad y traición de Enrique Peña Nieto, el gobernador Manuel Velasco Coello ya pactó con Andrés Manuel López Obrador la gubernatura de Chiapas para el PVEM a cambio de las dos senadurías, nueve diputaciones federales, seis diputaciones locales y las alcaldías de Tuxtla y Tapachula para MORENA.
A eso vino López Obrador y a eso ha venido a Chiapas, a ratificar los acuerdos que trae con Manuel Velasco desde que empezó su gobierno, de donde corren los cientos de millones de pesos para financiar las actividades de MORENA y, de paso, enriquecer a Pío López Obrador.
Bajo ese acuerdo, las dos senadurías que corresponden al Partido Verde Ecologista de México no registró candidatos reales ni hacen campaña, lo mismo pasa con nueve diputaciones federales que permanecen prácticamente acéfalas, con personas registradas pero que tampoco hacen campaña.
Los únicos distritos federales que tienen candidato y hacen campaña son Comitán, Villaflores, Tonalá y Huixtla. El resto de distritos, Palenque, San Cristóbal de Las Casas, Bochil, Pichucalco, Tapachula, los dos de Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo y Las Margaritas no hay candidatos por parte de la alianza PRI-PVEM-PANAL y los candidatos de MORENA hacen campaña en solitario.
Tiene razón el ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía cuando dice que Andrés Manuel López Obrador, con más de 50 por ciento en las encuestas, no tiene necesidad de pactar nada con Manuel Velasco ni mucho menos de cederle las candidaturas a gente de su partido el PVEM y desplazar a los verdaderos y auténticos militantes de MORENA.
La única razón que justifica este pacto es el dinero y la labia y capacidad de seducción de Manuel Velasco, tanto que logró embobar a Peña Nieto y a López Obrador al mismo tiempo, en su estrategia para salvar el pellejo y no acabar en la cárcel si llega a ganar el candidato del PRI, Roberto Albores Gleason, a quien ha tratado de cerrarle el paso mediante toda argucia política y legal.
Queda claro que Eduardo Ramírez Aguilar, Rutilio Escandón Cadenas y José Antonio Aguilar Bodegas sólo han sido utilizados por Manuel Velasco y son instrumento para socavar al priísta que, paradójicamente, se ha convertido en el único candidato de oposición que ha puesto sobre la mesa el castigo a la corrupción del actual gobierno.
Ahora la apuesta total de Manuel Velasco es Fernando Castellanos Cal y Mayor, a quien ve como su hijo político y piensa, como creía Pablo Salazar de Juan Sabines, que le cuidará la espalda y protegerá de la cárcel, pero se olvida que todos los agravios y humillaciones que ha tenido con el candidato del PVEM son peores que los que Pablo cometió con Sabines y fueron el detonante para que Sabines metiera a la cárcel a su antecesor.
El final de esta historia es previsible: Manuel Velasco quedará entrampado y su único destino será El Amate o convertirse en prófugo de la justicia.

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