Minerva López Constantino, la
Juecititita corredora
Vinicio Portela Hernández
La corrupción que se viene dando en el Poder Judicial de la Federación, en
específico en el Vigésimo Circuito, es más que evidente, desde este mismo
espacio di cuenta de el árbol genealógico del nepotismo que con sus ramas
alcanzan tanto a magistrados como a jueces y que es considerado por el Código
Penal Federal como un delito de ejercicio abusivo de funciones, previsto y
sancionado en el artículo 220.
En ese recuento criminal resaltó el nombre de la Jueza Tercero de Distrito
de Amparos y Juicios Federales, Minerva López Constantino, ya que en común
acuerdo tiene entre su personal a la hermana y sobrina del Magistrado Héctor
Martín Ruiz Palma, Guadalupe Ruiz Palma y María Isabel Ruiz Beltrán,
respectivamente, y que ocupan puestos de Oficiales Administrativos. Que por
cierto resultaron primos ya que la Jueza es sobrina del ex Magistrado Homero
Ruíz papá del Magistrado Héctor. Ese es el cariño familiar que se tienen, un
sentimiento que puede sobrepasar a la violación de una norma penal.
Pero la Jueza Constantino, quien es conocida entre sus allegados y gente de
confianza como “Amandititita”, es un gendarme en toda la extensión de la
palabra, es tan extracta que no hay Secretario y Oficial Administrativo que le
aguante el paso, en apenas tres meses que ocupó su cargo ya se salieron, por
renuncia o licencia, 12 personas de su Juzgado.
Pero la Juecititita no está solo en el acoso a sus subordinados, tiene a un
su Chile (porque es de origen chileno), un Secretario de nombre Samuel Rodrigo
Figueroa Fernández, el brazo ejecutor, este es un lacayo que se dedica a
mantener contenta a su ama, puede iniciar los procedimientos administrativos
hasta de revisar los cajones y bolsos del personal. Es tanto el poder que
ejerce el Rodry que se dice protegido del mismisimo Ministro Presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales.
Pérez Constantino se jacta y presume ser tan estricta que, en su anterior
adscripción, como Jueza Octavo de Distrito en el Estado de Baja California, no
solo despidió a un sin fin de empleados, sino que los destituyó, por lo que en
Chiapas sigue con su récord de corredora y a cualquier mínima falla inicia
procedimientos administrativos y hasta vista al Ministerio Público para que
inicie investigaciones penales
La Juzgadora no permite que sus empleados puedan charlar, escuchar música o
comer en las instalaciones, a pesar de que las jornadas de trabajo son
maratónicas, donde es una cosa común ver a su personal que llega en la
madrugada a terminar sus pendientes, ya que doña “Amandititita” quiere ese
trabajo a las nueve de la mañana sin excusas ni pretextos y aunado que nadie se
puede quedar después de las siete de la noche.
Pero ser la jefa tiene sus ventajas, Pérez Constantino pide que los
expedientes salgan de la oficina para que los firme en su domicilio en Las
Arboledas, en la calle Lincon, su lacayo Rodrigo Figueroa es el encargado de
esa tarea, pues es el hombre de confianza y único que puede verla en ropa de
casa.
Y para rematar, sus subalternos de la Jueza tienen que aguantar olores y
prácticas extrañas, ya que Minerva Pérez es afín a la Santería y hace conjuros
y maleficios a fin de protegerse de sus enemigos, de los engaños y traiciones,
pues es tanto su miedo a perder sus pleitesías que se ha refugiado en la brujería.
Así las historias en el Poder Judicial de la Federación donde una
Juecititita puede oprimir los derechos laborales de sus empleados y nadie dice
nada.
Terminé
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