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martes, 16 de febrero de 2016

LA PRODUCCIÓN DE CAFÉ EN CHIAPAS, DE 2.5 MILLONES DE QUINTALES EN CADA CICLO, HA QUEDADO EN EL RECUERDO POR UNA SERIE DE GRAVES DESATENCIONES. ‏

TAPACHULA, Chis Juan Manuel Matali (INFOSUR). — Los poco más de 187 mil productores y las 500 fincas dedicadas al cultivo y beneficio del café en Chiapas tratan de superar la crisis económica que les dejó la caída de precios en el mercado internacional por más de una década y buscan mercados justos a cambio de mejoras para sus trabajadores, en su mayoría campesinos e indígenas guatemaltecos.
“Ya no somos los primeros productores de café orgánico en el mundo como lo fuimos hace más de una década, ahora están primero Etiopia y Perú; estamos en tercer lugar, nuestro problema no es de mercado, el problema es de organización y de logística, se está malbaratando una riqueza”, consideró el director del Centro Agroecológico San Francisco de Asís (CASFA), Jorge Aguilar Reyna.
Los cafetaleros coinciden en que en el país se desplomó la producción del aromático debido, principalmente, a que por casi 12 años el precio del grano se colocó muy por debajo del costo de producción, por lo que cientos de pequeños productores abandonaron sus tierras para emigrar en busca de mejores oportunidades para salir adelante.
El problema social
Para Aguilar Reyna, uno de los principales problemas de la cafeticultura en Chiapas es de carácter social, debido a que en la producción ocupa la mano de obra de jornaleros guatemaltecos, cuyo costo calificó de “alto” porque el pago es regulado por las autoridades laborales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM) a Chiapas ingresan más de 40 mil jornaleros agrícolas guatemaltecos a levantar las cosechas de café, banano, mango y caña de azúcar, entre otros cultivos.
Según el gerente de la cafetalera Hamburgo, Gustavo Salazar Ordoñez, la mayoría de las fincas que tienen tratos con tostadores importantes venden a un buen precio y tienen la obligación de invertir parte de la ganancia en proyectos de salud, educación, alimentación y mejoras en instalaciones para alojar a trabajadores permanentes y temporales.
El director de CASFA, empresa que emplea a por lo menos 400 jornaleros guatemaltecos en los municipios de Siltepec, Amatenango, Motozintla, Escuintla, Tuzantán, Cacahoatán, Unión Juárez y Tapachula, dijo que la Unión Europea creó el Código 4 para certificar si el café se cultivó bajo estándares internacionales de protección al medio ambiente y condiciones sociales justas para los trabajadores agrícolas.
“Hay una verificación para que se prohíba el trabajo infantil, se den condiciones de trabajo justas a las señoras, a los recolectores”, dijo Aguilar Reyna, al insistir que los productores de café en Chiapas buscan un mercado justo a cambio de mejoras sociales para los jornaleros y protegiendo el ambiente.
Atravesamos por problemas muy serio, que si bien es cierto, se han tratado de resolver a la medida del presupuesto, la baja producción, los hongos que llegan a los cafetales ocasionados por el cambio climático, no podemos dejar de mencionar que el que más daño nos ha ocasionado es el hongo de la roya, en medida que vamos describiendo las enfermedades de los cafetales existen otros 4 o 5 hongos más pero el más agresivo es el de la roya, esto provocado por la variabilidad de las temperaturas, tenemos mucho por hacer, va a ser muy importante la asignación de más recursos a la caficultura y que se ejecuten de la mejor manera atacando la roya, creando las condiciones para establecer muchos viveros de café, requerimos de una renovación de los cafetales, sabemos que el ejemplo de Colombia, hasta la fecha llevan renovadas aproximadamente 2300 millones de plantas de café y nosotros llevamos cuando mucho unos 100 millones en lo que va de los tres años de este gobierno, Se requiere de mucho, continúo Aguilar Reyna , establecer viveros comunitarios a medida de las condiciones que prevalecen, pequeños, medianos, grandes, como realmente se puedan establecer en las regiones.
Aguilar Reyna, señaló que a 14 meses del anunció de otorgamiento de crédito por el FERCAFE, ha sido solo una quimera.
Además, que el AMECAFE, como organismo de coordinación y gestión, le quita funciones a la SAGARPA.
“Lo que planteamos los productores de café, es reestructurar financieramente, donde se requiere entre 50 y 60 mil pesos por hectárea para reactivar la producción de café”.
Lamentó, a nombre de las comunidades productoras de café, que se sigue negando al sector una declaratoria de emergencia que dé respuesta integral, acompañada de una estrategia de políticas públicas diferenciadas y que se adapte para cada situación, como han sido recomendadas desde el 2013 por los organismos internacionales.
Y es que la falta de un programa especial para atender al sector cafetalero está generando consecuencias económicas, ecológicas y sociales que atentan contra el patrimonio de los productores, la biodiversidad, la estabilidad social y la gobernabilidad.

Los entrevistados criticaron que la estrategia seguida por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), basada en el programa PROCAFÉ, ha resultado totalmente insuficiente, parcial e ineficaz para contener la plaga, y eso es grave, finalizó.

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