Por: Gonzalo Egremy
¡RESURGE MIEDO!
*Norberto De Gyves, en la escuela.
.-La fatal tragedia al
estallar una pipa de gas, ayer en el estado de México, hizo renacer el temor colectivo
por los depósitos de PEMEX en esta ciudad.
El estallido del
camión-pipa de la empresa Termogas, que dejó un saldo preliminar de 23 personas
muertas, vuelve a encender los focos rojos aquí.
Las imágenes (casi todo el día de ayer por la televisión y
las redes sociales) de aquel percance, hacen recordar el peligro existente en
Tapachula.
Un solo pequeño camión cargado con gas, presuntamente LP, al
estallar dejó un sangriento saldo de una veintena de muertos y una cantidad
igual de heridos, así como de vehículos y viviendas dañadas.
Y en plena área urbana aquí en Tapachula, existen en un solo
predio, varios enormes tanques que almacenan millones de litros de
combustibles.
En las instalaciones, seguras o no, de PEMEX, sobre la 4ª
avenida sur prolongación y 20ª calle, se encuentran los mencionados depósitos.
El gobernador, Manuel
Velasco Coello, cuando fungía como Senador, encabezó un acto de protesta
popular y de clausura de esas instalaciones.
Y no fue la primera muestra del pueblo sobre el presumible
peligro que representan los depósitos de PEMEX.
Desde hace veinte años se ha publicado las muestras de
inconformidad de sectores sociales que alerta sobre un posible percance en esas
instalaciones.
Las respuestas oficiales al clamor de peligro, han sido, por
decirlo suave, quimeras; y otras verdaderas poses demagógicas.
En el 2003, el entonces gobernador, Pablo Salazar
Mendiguchía, en reunión con el edil, Manuel Pano Becerra, un subdirector de
PEMEX y empresarios locales, dio a conocer “la respuesta esperada por
Tapachula”.
Dijo en aquella junta, realizada en salón de céntrico
restaurante, que había “logrado con PEMEX el acuerdo del cierre de los
depósitos”.
Y que posteriormente Petróleos Mexicanos construirá sus
nuevas instalaciones en las cercanías de lo que hoy es conocido como Puerto
Chiapas.
Ahí mismo se le descubrió que la verdadera razón de ese
“acuerdo” no era para dar seguridad y de beneficio a Tapachula, sino el
negociazo del transporte en carros pipas del combustible a las gasolineras de
esta región.
Se le haría saber a Pablo Salazar, en notas y reportajes,
que “si los depósitos de PEMEX representaban peligro (aun), los carros-pipas
por toda la ciudad estacionados en espera de descarga, serían bombas de
tiempo”.
Total que pasó el sexenio del llamado “déspota”, y llegó la
gubernatura de quien al final de su administración, sería conocido como uno de
los peores gobernantes: Juan Sabines Guerrero, que igual mintió con lo de
PEMEX.
En 2009, el sabinato, trajo a Tapachula al titular de PEMEX,
Jesús Reyes Heroles González-Garza, quien encabezó otra farsa más.
Diría en conferencia de prensa, Jesús Reyes Heroles, que
PEMEX invertiría 50 millones de dólares para la construcción de los nuevos
depósitos de la paraestatal en Puerto
Chiapas, y que en el 2011 serían inaugurados.
Pasó la mencionada fecha, todo el 2012 y hasta hoy (2013),
ahí sigue latente el peligro de los depósitos de combustible en plena área
urbana.
Con razón al ver las crudas imágenes del estallido de un
solo carro pipa, registradas ayer en San Pedro Xalostoc, estado de México, el
miedo colectivo se apodera en Tapachula, ¿no cree usted?.
BISBISEO
¡Para
Ripley!, aunque en verdad ya no es sorpresa. Resulta que ayer miembros del
comercio y empresarios organizados (Canacintra), denunciaron a la dirección de
Vialidad Municipal que dirige el transportista, Epitacio Hernández, de,
prácticamente, no ingresar a la Tesorería del Municipio, las grandes cantidades
de dinero que diariamente recolectan en ventanilla por concepto de pago de
“infracciones”///En su queja, agregan que la patrulla de esa corporación
(BM-33) a las 6 de la mañana de este lunes, multó indebidamente al chofer de un
camión que descargaba mercancías en la avenida central norte entre 23ª y 25ª
calle oriente. Al presentarse el empresario a ventanilla para liquidar la infracción
por 910 pesos, le dijeron que tendría “una rebaja” y que solo pagaría 690 pesos,
pero que no le darían recibo alguno///De ahí la sospecha (¿o certeza) de que la
oficina del famoso “Pitayo” se embolsan miles y miles de pesos por concepto de
“peine” o extorsión oficial que realizan los agentes de vialidad, según los
empresarios///Es un caso para que la contraloría municipal, cuyo titular es
Marco Antonio Elías, tome cartas en el asunto, y mande citar a Pitayo y sus
cobradores. El nombre de los denunciantes empresarios aquí están para cuando
gusten hacerles justicia///”En 1980 era yo el catedrático más joven en la
Facultad de Contaduría y Administración, y de toda la UNACH; actualmente, soy
el alumno más “viejo” en una Universidad (privada) en donde estudio la Maestría
en Derecho Civil”, diría ayer, no sin su característica alegría, el Notario
Público, Norberto Antonio De Gyves Córdova///Salud.