Por la política ambiental en el estado
MÁS DE 614 MIL HECTÁREAS DE SELVA CONSERVADAS EN
CHIAPAS
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- México es un
país con gran diversidad de ecosistemas, como manglares, arrecifes,
desiertos, bosques y selvas, que nos proporcionan gran cantidad de servicios
ambientales para la vida diaria y nuestra entidad no es la excepción.
En Chiapas, contamos con una de las reservas
naturales más grandes de Latinoamérica conocida como selva lacandona, ésta
representa el 50 por ciento de las selvas tropicales húmedas que quedan en
México y es la última selva inundable del Norte y Mesoamérica.
La selva lacandona genera servicios ambientales
como la captura de bióxido de carbono que ayuda a mitigar el cambio climático
global, la estabilidad del clima regional, la conservación del suelo y la
transportación de nutrientes, entre otros, por ello es indispensable la
concientización de la sociedad sobre su importancia y la coordinación entre instituciones
y dependencias para realizar todas aquellas acciones en pro de la
conservación de este espacio natural.
Bajo este escenario, y con el objetivo de
conservar las 614 mil hectáreas de la región, se han establecido siete Áreas
Naturales Protegidas, de las cuales la Reserva de la Biosfera Montes Azules es
la de mayor superficie y gran riqueza biológica.
Precisamente mediante instrumentos como el Pago
por Servicios Ambientales (PSA), estas zonas pueden conservarse y en
Chiapas, el gobierno de Estado junto con la federación impulsan la participación
de los habitantes de las comunidades de la selva, de ahí la ejecución desde
hace más de un año del programa de Reducción de Emisiones por
Deforestación y Degradación Evitada (REDD+) para la Selva Lacandona, como una
acción temprana de este proyecto.
Se trata de un mecanismo por el cual el gobierno
otorga un pago mensual por hectárea a los dueños de la selva para conservar el
ecosistema y los servicios ambientales que provee, así se evita el
incremento de emisiones a la atmósfera por degradación o deforestación.
Nahá, Metzabok, Lacanjá, Ojo de Agua Chankin,
Frontera Corozal, Nueva Palestina y Chansayab son las comunidades
que reciben este recurso y debido a que cada vez el manchón
forestal en Chiapas que comprende la Selva Lacandona se ha venido reduciendo,
existe el acuerdo con los ejidatarios para buscar un mecanismo que frene
el impacto de los cambios de uso de suelo y que las 614 mil
hectáreas que existen definidas como reserva se mantengan como tal.
Para poder garantizar el desarrollo del programa
y generar un compromiso, se realizó el “Pacto por la Conservación de la Madre
Tierra, donde los comuneros se comprometen a no generar más cambio
de uso de suelo a cambio de la capacitación y generación de herramientas para
que ellos generen su inventario y al mismo tiempo sean ellos los principales
dueños de la información.
Con este apoyo se pretende que ellos destinen el
recurso para realizar acciones de conservación de la selva como evitar las
actividades de cacería, invasiones, tala ilegal, tráfico de especies…además de
la captación (inventario) del equivalente de toneladas de carbono que se generan
en la región.
Por otro lado, es importante mencionar que en la
Selva Lacandona, se conserva la quinta parte de la diversidad biológica de
México, entre las que están el 30 por ciento de las especies de mamíferos y el
50 por ciento de las aves, muchas de estas especies se encuentran en peligro de
extinción como la guacamaya roja, el águila arpía, el jaguar, el tapir, los
monos araña y saraguato y el cocodrilo de pantano.
Derivado de esto y como parte de las
acciones que ejecuta el Gobierno del Estado de Chiapas, puso en marcha el
programa de Monitoreo para la Conservación del Jaguar de la Selva Lacandona,
donde la Secretaría de Medio Ambiente ha trabajado directamente con los
ejidatarios que conviven en la reserva de Montes Azules y otros lugares aledaños
como Lacantún, Chankin, Bonampak, Yaxchilán, con talleres y platicas de
educación ambiental para concientizar a los pobladores.
El monitoreo consiste en un mecanismo
de fototrampeo donde se documentan las presas vivas
potenciales para la supervivencia de estas especie, obteniendo un fotoregistro
de las mismas.
Mediante diversos estudios realizados por la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Semahn y
organizaciones no gubernamentales especializadas en materia de medio ambiente,
se estima que aún se cuenta con una población de 100 jaguares dentro de la
reserva en condiciones naturales.
Se pretende que esta cifra de ejemplares
incremente al continuar con las alternativas de ecoturismo para el sustento de
las familias, el pago REDD plus y el trabajo de campo, incidiendo directamente
en la concientización de la población que convive con la reserva.
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