No
me lo contaron; yo vi el video y escuché el audio donde el ahora excomandante
del aeropuerto de Atizapán aparentemente pide y recibe un soborno para que un
joven piloto pase un examen. Entre los más graves y odiados problemas de la
seguridad aérea en México es que haya figuras de supuesta autoridad que desde
su formación les "enseñen" a los aspirantes a aviador que la mejor
forma de hacer las cosas es la ilegal, y que los que deberían garantizar la
seguridad en aviación se aprovechen de su puesto de la manera más sucia para
fomentar toda clase de chuecuras.
Por
eso celebro y aplaudo que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) por
fin esté actuando en consecuencia y que por esta y otras muchas tropelías hayan
puesto de patitas en la calle al corrupto que estaba a cargo del pequeño
aeropuerto del Estado de México, así como a los no menos pillos excomandantes
de los aeropuertos de Puebla, Cuernavaca y Querétaro, como inicio de una
serie de medidas para honrar la promesa del Presidente de combatir la corrupción.
No
solamente los cambios van para erradicar a los corruptos, también para los
ineptos, como sucedió también en Acapulco, como parte de un proceso de
depuración que pretende alcanzar todos los niveles dentro de la DGAC,
destacando también los recientes cambios realizados dentro del área de
Seguridad Aérea, en la que imperaba una anarquía atroz, donde gran parte de las
inspecciones técnicas estaban misteriosamente detenidas y en muchos casos
amparadas en múltiples prórrogas sin ninguna justificación, además de una larga
lista de irregularidades que solo se pueden entender si las vemos ligadas a
actos de corrupción, lo que es muy grave pues estamos hablando nada menos que
de la seguridad de las operaciones aéreas.
El
licenciado Rodrigo Vázquez Colmenares y su equipo de colaboradores cercanos
están tomando el toro por los cuernos y dando un mensaje muy bueno a la
comunidad aeronáutica, por fin con acciones concretas, no solamente sacando la
basura de la institución, sino también revisando aspectos que estaban mal
concebidos, como el proceso de certificación del Sistema de Gestión de
Seguridad Operacional SMS (Safety Management System), que será reorientado
hacia la facilitación, pues en la forma tan encarecida en que se ha estado
manejando se presta para incentivar actos de corrupción. Esto por supuesto no
le está gustando mucho que digamos a los gestores menos honorables, que
argumentando lo difícil del trámite se han estado aprovechado de los operadores
y literalmente han traficado con los manuales en contubernio con "gente de
adentro".
También
se han iniciado pláticas con las autoridades norteamericanas de la Federal
Aviation Administration (FAA), para encontrar una fórmula eficaz de parar el
cabotaje de los taxis aéreos con matrícula "noviembre" que tantos
problemas han dado, y que la propia FAA ya reconoce como un tipo de actividad
que debe detenerse, por lo que el inicio de este esfuerzo conjunto entre los
dos países es muy buena noticia, excepto claro, para los tramposos taxis aéreos
piratas.
Otro
aspecto donde ya se están viendo acciones concretas es en lo referente a la
seguridad de la aviación agrícola, que lleva desde hace unos años un creciente
y muy preocupante índice de accidentes, 23 ocurridos tan solo el año pasado y
en lo que va de este ya se acumulan más de 15, y nadie hacía nada...
Pero
al fin la DGAC inició la "Operación Fumigadores", con inéditas
reuniones de trabajo a nivel nacional con operadores, pilotos, talleres,
escuelas, autoridades locales, legisladores y representantes de la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), así como de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) y agrupaciones de agricultores, para desarrollar
una estrategia conjunta que favorezca a este sector de la aviación tan
desprotegido, no solamente identificando riesgos y prácticas que puedan ser
mejoradas y desarrollar manuales de operación, si no también buscando mejorar
el marco legal que cubre estas actividades y lograr que la aviación de
fumigación se integre al sector primario agrícola, con lo que se podría acceder
a financiamientos y apoyos que permitan renovar y aumentar la vetusta flota
nacional de aviones fumigadores, que actualmente es de alrededor de unos 450
aparatos, la mayoría muy viejos. Las primeras de estas juntas ya se
realizaron con gran éxito en Villahermosa (Tabasco) y en Ciudad Obregón
(Sonora), reuniones donde asistieron más de 200 personas, incluyendo en el
último caso representantes de las dos Baja Californias, Sonora y Sinaloa,
mientras que están programadas actividades similares próximamente en Colima y
Chihuahua.
Estas
acciones están pavimentando con firmeza la inminente entrada en el escenario de
la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), aunque no todo es perfecto, ya que
entre la comunidad de pilotos hay mucho desencanto porque se suspendieron los
llamados Terceros Autorizados para los exámenes médicos de las tripulaciones.
Se consideraba un gran logro que los pilotos pudieran asistir para sus exámenes
periódicos a clínicas particulares autorizadas, pero lamentablemente la
Dirección General de Medicina Preventiva del Transporte, dependiente de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), supuestamente detectó miles
de irregularidades con estas clínicas, entre ellas que había pilotos y
sobrecargos que recibían los certificados médicos sin realizarse los exámenes,
incluso sin siquiera acudir personalmente a las citas, por lo que se cancelaron
ese tipo de servicios. Este es un claro caso en el que tristemente pagaron
justos por pecadores, pues además de que es poco creíble que absolutamente
todas las clínicas particulares fueran corruptas, ahora los pilotos tendrán que
acudir para el examen directamente a las instalaciones de la SCT refunfuñando
que ahí "también se cuecen habas", pues además de ser un servicio engorroso
y lento, dicen que también hay "transas".
Este
no es un tema a cargo directamente de la DGAC, pero creo que la próxima AFAC
debe tomar la certificación médica de las tripulaciones aéreas en sus manos
para modernizarla y hacerla más eficiente, pues es ridículo que en México el
trámite sea tan complicado, centralizado y tarde a veces hasta día y medio,
mientras que en otros países es fácil, se resuelve en mucho menos tiempo y la
duración de la validez de los certificados médicos incluso es mayor en algunos
casos.
Pero
lo más importante es que estamos viendo cambios que creo que ya eran urgentes y
que tiene como claro propósito que México esté en materia de seguridad aérea en
un nivel más alto, combatiendo las prácticas corruptas que tanto daño han causado,
lo que desde hace mucho hemos estado demandando, y tal golpe de timón por parte
de las autoridades nos deja, por primera vez en mucho tiempo, con un
sentimiento de optimismo sobre el futuro de nuestra querida aviación,
demostrando que no todo en la agenda aeronáutica del Gobierno es sobre el nuevo
aeropuerto que se requiere para la zona metropolitana de la Ciudad de México, y
que los encargados de los destinos de la aviación mexicana tienen efectivamente
una visión general más amplia, y sobre todo más clara. Enhorabuena y ojalá no
se afloje el paso.
Saludos
Héctor
Dávila
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