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Gonzalo Ortuño
Durante
la gestión de Miguel Ángel Osorio Chong como secretario de Gobernación y cabeza
del Sistema Nacional de Seguridad se registraron casi 96 mil casos de
homicidio doloso en México, lo que representan un incremento del 6 % en la
tasa asesinatos respecto al sexenio pasado.
La
estrategia que Osorio coordinó y que consistía en dividir el país en regiones
(noreste, noroeste, occidente, centro y sur) para mejorar la coordinación entre
autoridades y apaciguar la violencia, heredada por la administración del
sexenio Felipe Calderón, no ha funcionado en 3 de esas 5 zonas donde los
homicidios se han incrementado todavía más. En la región occidente, el alza de
homicidios es de más del 70 %.
Además,
varias entidades federativas en donde se había conseguido reducir los picos de
violencia que se presentaron en administraciones pasadas muestran un nuevo
deterioro. En Chihuahua, por ejemplo, los homicidios se han incrementado 61 %
en los últimos dos años, mientras que en Baja California el alza acumulada en
el actual sexenio es de casi 50%.
Al
inicio de este gobierno, Osorio Chong se convirtió en cabeza de la estrategia
de seguridad, luego de que la Secretaría de Seguridad Pública Federal desapareció
para incorporarse a Gobernación. Esto lo colocó como la máxima autoridad civil
en materia de seguridad pública nacional y coordinador de los planes y
reuniones en la materia.
Violencia
homicida
De
acuerdo con los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública (órgano dependiente de la propia Segob) de diciembre de
2012 (mes de arranque del actual sexenio) a noviembre de 2017 se han iniciado 95
mil 882 averiguaciones y carpetas de investigación por homicidio doloso.
Si se
hace la comparación solo en términos absolutos, esta cantidad de expedientes
iniciados por homicidio dolosos equivale a un incremento de casi 18 % en cuanto
a los 81 mil 397 homicidios que se contabilizaron en el mismo periodo del
sexenio anterior.
En la
comparación hay que considerar que la población en México ha crecido y con ello
la proporción de que ocurran homicidios también. En el sexenio de Felipe
Calderón el promedio de población, según las estadísticas de la CONAPO, fue de
112 millones de habitantes, mientras que en el sexenio de Peña Nieto esta cifra
ha crecido hasta los 120 millones.
Aun
así los homicidios registrados en los cinco años de Osorio Chong en Gobernación
equivalen a una tasa de 79.68 asesinatos por cada cien mil habitantes que
es un incremento en comparación con la tasa de 72.17 homicidios del sexenio
pasado.
La
estrategia de “coordinación” dio buenos resultados en la primera parte del
sexenio, o al menos eso es lo que arrojan los números. La tasa de homicidios en
2013 se redujo a 15 casos por cien mil habitantes y en 2014 a 12 casos. Sin
embargo desde 2015 inició un repunte que no se ha logrado revertir y que en
2017 ha empujado la tasa a más de 19 homicidios por cien mil habitantes, un
récord de las últimas dos décadas.
De
las regiones donde se acumulan más homicidios dolosos, el peor repunte es el de
“occidente” compuesta por Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco,
Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas. En lo que va de este sexenio
dichas entidades acumulan 19 mil 346 carpetas y averiguaciones por homicidio,
lo que es un disparo del 70.8 % de los asesinatos en comparación a los primeros
cinco años del sexenio pasado, donde se registraban 11 mil 323 homicidios.
La
región “centro”, integrada por el Estado de México, Ciudad de México,
Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, presenta el segundo mayor
incremento. Sus estados acumulan 31 mil 325 homicidios dolosos, 37.8 % más
respecto al mismo periodo del gobierno pasado.
La
tercera región que presenta un incremento de la violencia es la “sureste”,
integrada porCampeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán y
Veracruz. Aquí el registro en cinco años del gobierno actual es de 13 mil
533 casos, un alza del 21.59 % respecto al sexenio pasado.
Las
únicas dos zonas del país donde no se han incrementado los asesinatos, por lo
menos en el balance regional, son las del norte. Esto pese a que en los últimos
dos años algunas de sus entidades presentan un repunte importante
La
región “noroeste”, compuesta por Baja California, Baja California Sur,
Chihuahua, Sonora y Sinaloa acumula de diciembre de 2012 a noviembre
de 2017 un total de 20 mil 559 averiguaciones de homicidio dolosos, que es 17.8
% inferior a la cifra de 25 mil 31 casos del sexenio pasado.
En
tanto la región “noreste”, donde el gobierno agrupó a Coahuila,
Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas presenta 10 mil 989
averiguaciones por homicidio en lo que va del sexenio, una reducción del 9.5 %
respecto al mismo periodo del gobierno de Calderón.
Pasos
para atrás
Varios
estados del país en donde se había conseguido controlar el deterioro de las
condiciones de seguridad en años pasados hoy presentan repunte importante en
sus niveles de violencia.
Un
ejemplo claro es Chihuahua, donde en 2010 se registraron tres mil 903 casos de
homicidio doloso, con una tasa de 109.6 asesinatos por cien mil
habitantes, una de las más altas del mundo, por encima incluso de cualquier
país en guerra. La Organización de Naciones Unidas (ONU) considera que la tasa
promedio de homicidios a nivel mundial es de 6.9 casos por cien mil habitantes.
Tras
esta crisis en el sexenio de Calderón se acordó una estrategia con las
autoridades locales que permitió contener y luego reducir el número de
asesinatos. La tendencia a la baja se mantuvo en el arranque de este sexenio y
en 2015 la cifra descendió hasta los 945 homicidios dolosos.
Sin
embargo en 2016 comenzó un repunte y para 2017 el incremento en los homicidios
dolosos en Chihuahua ya es superior al 61 %.
Un
caso similar ocurre en Veracruz, luego de que en 2011 se suscitaran múltiples
hechos de violencia que derivaron incluso con el abandono de decenas de cuerpos
en una de las principales avenidas de Boca del Río, se implementó una
estrategia de seguridad que incluyó la desarticulación de varias policías
municipales y la participación de la Marina en patrullajes de seguridad.
De
2012 a 2014 hubo una tendencia a la baja de asesinato que a partir de 2015
comenzó a revertirse. En los últimos tres años Veracruz reporta un
incremento del 231 % en el número de homicidios.
Otro
ejemplo más es Baja California, donde en 2008 se alcanzó un pico de
homicidios con una tasa anual de 26 homicidios por cien mil habitantes. En los
ocho años siguientes los niveles de violencia se mantuvieron por debajo de ese
nivel pero en 2017 y aún a falta del balance de diciembre, la tasa de
asesinatos ya superaba los 54.4 casos por cien mil habitantes, más del doble
respecto a la década pasada.
Peor
aún es el caso de su estado colindante: Baja California Sur, donde a lo
largo de este sexenio los homicidios prácticamente se han multiplicado por
diez, pasando de 49 casos de enero a noviembre de 2013 a 499 carpetas
de investigación por asesinatos en el mismo periodo de 2017.
Autoridades
estatales han respondido que detrás de este incremento de la violencia se
encuentra el crimen organizado. En Chihuahua y Veracruz, las fiscalías
estatales han reportado que más del 70 % de los homicidios dolosos están
vinculados con la delincuencia organizada y por eso la problemática
que le corresponde contener al gobierno federal.

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