Hace exactamente 31 años, la celebración del cumpleaños empezó muy temprano; mis amigos y hermanos, Gonzalo Egremy Rodas (qepd) y Juan de Dios García Davish, se encargaron de organizar el festejo. La Agencia Estatal de Información (AEI) la primera que se formó a nivel nacional, estaba en su apogeo.
Varios amigos se hicieron presentes, al igual que nuestras familias y el “tiroteo” estuvo fuerte y después de darnos en abrazo de Año Nuevo, cada uno a descansar.
En ese entonces no existían las “redes sociales” y tampoco correos electrónicos, la información se escribía en máquinas portátiles y se enviaba por fax, aunque la comunicación entre comunicadores era más fluida y profesional.
Una llamada de un gran amigo, Don Amado Avendaño Figueroa, nos daba la noticia en la madrugada del 01 de enero, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se alzaba en armas y declaró la guerra al gobierno al Ejército federal.
A los pocos minutos ya estábamos nuevamente reunidos, pero ahora en nuestra actividad periodística. Gonzalo, era corresponsal de El Universal; Juan de Dios, de Uno más Uno y su servidor de Excélsior.
A nosotros se nos unieron Cristóbal Ramos Solórzano, que en ese entonces era reportero de El Orbe y otro gran amigo, Santiago Caba Toledo “Cabita”.
Ninguno tenía vehículo, pero dada la importancia del evento social, político e informativo teníamos que ir al lugar de los hechos. Iniciamos la búsqueda de alguien que nos apoyara con carro y casi todos, estaban dormidos o en estado inconveniente.
Recuerdo muy bien que me contestó mi amigo y paisano, Isidro Wong Cigarroa, en ese entonces presidente del Concejo Municipal de Mazatán y adormilado aun, me dijo que pasara por el automóvil -de su esposa- a su casa, al fin consideraba que el asunto no iba a tardar.
La sorpresa se la llevó, cuando al despertar y encender la televisión vio la noticia del alzamiento armado zapatista, se llevó las manos a la cabeza y su expresión fue “¡Mi carro!”.
En él emprendimos el camino hacia Los Altos de Chiapas a cubrir la información del conflicto armado y el vehículo regresó, a sus manos casi mes y medio después, con las huellas de que había estado en el mero corazón del alzamiento zapatista.
Hoy a 31 años, recuerdo a mi amigo Isidro, a quien envío un abrazo hasta el cielo; al igual que a Chalito, que ponía ambiente a la fiesta.
Al cumplir un año más, agradezco a Dios, a la familia, a los amigos y a la vida por todo.
@destacarJuan De Dios Garcia DavishOscar YañezMafive Figueroa
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