· Falta de comprensión de parte del gobierno federal
· “Sembrando Vida” y “Jóvenes
Construyendo el Futuro”, después de tres años, arrojan fracaso y corrupción
·
Ante la falta de apoyo presidencial,
los campesinos rezan para que llueva
El campo mexicano está condenado a esperar a que termine su periodo esta administración federal, en medio de condiciones de austeridad –primero republicana para convertirse después en pobreza franciscana— a fin de volver a empezar la lucha por la justicia, por mejores precios para sus productos, por la creación de instituciones de apoyo a la organización rural, sanidad, acceso a la tecnología y las ciencias; financiamiento, infraestructura de riego y temporal; maquinaria agrícola y regresar, en muchas regiones del país, aunque usted no lo crea, “a la tracción animal”.
Se considera absolutamente necesario que el presupuesto federal destinado al desarrollo del campo, se respete cabalmente, tal y como fue planeado, analizado y discutido por los diputados en el Congreso de la Unión, y que el gobierno federal, como ocurre en la actualidad, no lo maneje a su antojo.Se espera, de igual forma, que las
dependencias federales que tienen relación con el desarrollo rural, no desvíen
esos recursos para “obras de relumbrón”. En este caso se encuentran las
secretarías de Medio Ambiente (en proyectos formales de reforestación), de
Economía (en lo relacionado con fomento a las exportaciones), de Comunicaciones
y Transportes (en la construcción de caminos y carreteras rurales), en Desarrollo
Agrario, Territorial y Urbano, y el apoyo de la Comisión Nacional del Agua y la
Comisión Federal de Electricidad.
Se requiere también, que el gobierno deje de
realizar experimentos supuestamente para impulsar a los jóvenes del campo, sin
una planeación formal, como son los casos de programas como “Sembrando Vida” y
“Jóvenes Construyendo el Futuro” que, después de tres años, arrojan fracaso
absoluto.
El camino que millones de labradores
campesinos imploran, es “pedir al Creador que llueva lo suficiente”. A estas
alturas, casi medio mes de junio, las lluvias en la mayor parte de México, son
insuficientes para cubrir el ciclo de primavera-verano, tanto en condiciones de
temporal, como de riego. Las presas nacionales están semivacías y, en zonas de
temporal, los campesinos empezaron a “sembrar en seco”, en espera de una
regular germinación en los próximos días.
La presencia del huracán “Agatha”, solamente
dejó desastre en la zona montañosa de Oaxaca y pocas lluvias en los estados
circunvecinos. Y como siempre, las regiones más necesitadas de agua para
actividades agrícolas en la presente temporada, las más importantes desde la
perspectiva de la producción de granos básicos, todas, están muy necesitadas de
agua para la agricultura y ganadería.
La Comisión Nacional del Agua, da fe de la
poca capacidad de almacenamiento en las presas nacionales, mientras que el 50.4
por ciento del territorio, presenta un alto grado de sequía y temperaturas que
rondan los 35 y 40 grados Celsius.
Es notable la escasez de agua en las regiones
del noroeste, en estados como Sonora, Sinaloa, Baja California; en el noreste,
como Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León; la centro-norte, con Durango, Zacatecas
y San Luis Potosí; en la región central, como Jalisco, Michoacán y Guanajuato;
en el Golfo de México, con Veracruz, Chiapas, Tabasco, Oaxaca y península de
Yucatán, y Valle de México, con estado de México, Puebla y Tlaxcala.
El promedio de almacenamiento de agua en las
presas de Sinaloa, donde está en pleno desarrollo el cultivo de maíz en una
superficie de más de 500 mil hectáreas, apenas llega al 11.3 por ciento, de
acuerdo con informes de la CONAGUA. Esta dependencia informó también, que en
México hay 863 municipios con sequía, de un total de 2,500 a nivel nacional.
Otros estados del norte, como Tamaulipas, las presas están a un promedio de 23
por ciento y en Chihuahua, al 25 por ciento.
Otra situación preocupante, en particular de
la comunidad rural nacional, es el desvío de cantidades millonarias de la
empresa SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) ese dinero se programó para
entregarlo a los productores de granos básicos, de leche y algunas mercancías
de la canasta básica, pues que se recupere y se obligue a las “ratas de dos
patas” a entregar esos recursos a los campesinos. (Sobre este particular, sólo
se ha sabido del cambio de director general, el muy conocido Ignacio Ovalle
Fernández, quien disfruta de sus millones extraídos por robo y malos manejos
financieros en la citada empresa, y por supuesto, de su sueldo de “aviador” en
la Secretaría de Gobernación).
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