Por: Abigail Angélica Correa Cisneros
EMPRESAS
COMO MONSANTO SON UN PELIGRO PARA LA HUMANIDAD
‣Envenenan
al mundo
‣Uno
de sus plaguicidas más utilizados se relaciona con cáncer y otras enfermedades
crónicas
‣La Semarnat prohibirá el uso total de glifosato para 2024, así como transgénicos de maíz, soya y algodón
La soberanía alimentaria del país depende de acciones contra grandes empresas que se aferran como Monsanto (recién fusionada a la alemana Bayer), a seguir afectando al campo y a los trabajadores agrícolas del mundo. A pesar de diversas demandas, esta empresa pretende seguir envenenando a la población mundial.Nuestro gobierno comienza a frenar las acciones que atentan contra
la salud de los mexicanos. Por fin se comienza a bloquear a uno de los
plaguicidas más peligrosos para los humanos y la naturaleza, el glifosato. La
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) prohibirá
totalmente su uso para 2024.
Muchos estudios han demostrado cómo se degradó la salud de la
gente que estuvo expuesta a este agrotóxico. No sólo en nuestro país, en
diversas partes del mundo incluso se ganaron demandas contra Monsanto-Bayer;
pues se demostró que provoca cáncer, malformaciones, encefalopatía, autismo y párkinson.
Estudios comprobaron que la tortilla, alimento primordial de las
familias mexicanas, que se preparaba con harina de maíz blanco y amarillo de la
marca Maseca, contenía maíz transgénico, así como altos niveles de glifosato.
La empresa defendió su producto, obviamente, bajo las regulaciones existentes y
aseguró que su harina de maíz cumplía con todas las normas.
Falta mucho por avanzar en contra de este agroquímico, clasificado
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como potencial cancerígeno. Pero
vale la pena decir que desde 2019 la Semarnat tomó medidas precautorias para
que este y otros 40 plaguicidas dejen de usarse en nuestro país. Organismos
como el Consejo Nacional Agropecuario respondieron en contra y pretenden que se
dé marcha atrás a la eventual transformación del sistema agroalimentario, basado
en un modelo agroecológico, respetuoso de la naturaleza y de la salud humana.
El campo mexicano ha sido afectado desde hace décadas con el uso
de este agrotóxico y transgénicos de maíz, soya y
algodón, que también serán prohibidos eventualmente.
La pandemia de covid-19 nos recordó, entre otras cosas, la
importancia de una buena alimentación. Repetiré que nuestro país tiene el
número más alto en casos de obesidad, seguido de diabetes, padecimientos que se
relacionan con el alto consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, que son
las responsables de más de 24 mil muertes cada año en México, de acuerdo con el
Instituto Nacional De Salud Pública.
Hace diez años 7 de cada 10 adultos tenían diabetes y 3 de cada 10
niños sobrepeso u obesidad. El costo de estas enfermedades era de más de 85 mil
millones de pesos al año en tratamiento y más de 400 millones de horas
laborales perdidas por diabetes asociadas al sobrepeso y obesidad.
En octubre entra en vigor el etiquetado de alimentos, para que la
gente se informe de manera sencilla qué es lo que consume. La industria
dedicada a estos alimentos buscará estrategias para que sus pérdidas no sean
grandes, como lo hicieron las empresas refresqueras luego del incremento de 1
peso por litro en 2014, que intensificaron promociones de venta y estrategias
publicitarias para conservar sus números a pesar de la medida recaudatoria.
La población mexicana sigue desinformada, el gran reto es romper
con la cadena de alimentos con los que la publicidad nos bombardea. Para dar el
paso al consumo de comida sana, derivada de una producción con sistemas agroecológicos,
es decir, una agricultura, ganadería y pesca ecológicamente adecuados, para
empezar el gobierno tiene que incentivar esta revolución agrícola con la que se
pueda dar batalla a las enfermedades derivadas de la mala alimentación.
Víctor M. Toledo, titular de la Semarnat refiere que para esto ya se
trabaja en una estrategia nacional con apoyo de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que deberá implementarse en
los próximos meses. “Los alimentos, además, deben circular por medio de
mercados justos, orgánicos, solidarios y de corta distancia, multiplicando los
tianguis y las ferias de semillas y productos diversos. Finalmente, se deben de
crear miles de cooperativas que conecten la producción agroecológica con los
amplios sectores de consumidores de las ciudades: edificios, barrios, escuelas,
sindicatos, universidades, fábricas, hospitales, etcétera. Sólo así el gobierno
de la 4T logrará purificar la sangre de los mexicanos hoy todavía contaminada por
refrescos, plaguicidas, hormonas, antibióticos y otros tóxicos, luego de tres
décadas de gobiernos neoliberales”, escribió recientemente.
El año pasado, esta dependencia autorizó la importación de 86 mil
449 toneladas de glifosato. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio
Climático (INECC), informó que sólo se importaron 21 mil 147 toneladas del
herbicida. Gradualmente se ha impedido la entrada de este veneno, pero las
empresas interesadas en su uso siguen presionando al gobierno mexicano para que
se retracte.
Estas compañías han lastimado a la humanidad en una gran medida.
Monsanto-Bayer son responsables de que miles de humanos padezcan de encefalopatía,
autismo, parkinsonismo, linfoma No Hodgkin, teratogénesis, estrés oxidativo,
mutagenicidad, genotoxicidad, trastornos en el sistema endocrino, toxicidad en
el sistema reproductivo, sistema inmunológico (de suma importancia en tiempos
de la pandemia del COVID-19), sistema nervioso y sistema renal, entre otras
enfermedades. Además, el uso del glifosato tiene que ver con toxicidad en
peces, anfibios, tortugas, crustáceos, moluscos, fitoplancton, zooplancton,
organismos polinizadores y otros insectos benéficos, y en aves y reptiles.
La multinacional alemana Bayer compró Monsanto en 2018 por 66.000
millones de dólares. Se transformó así en la mayor empresa de semillas
transgénicas y agrotóxicos del mundo. Esta semana se hizo público el acuerdo
extrajudicial de Bayer-Monsanto con casi 100 mil denunciantes de Estados
Unidos. La multinacional almena ofertó casi 11.000 millones de dólares para
frenar demandas por las consecuencias en la salud del agrotóxico.
El glifosato una vez que llega a la tierra pasa al aire al agua,
se expande como una plaga. Estudios recientes realizados por la Universidad de
Guadalajara (UDG) y Ciesas Occidente, encontraron el agrotóxico en orina de
niños y niñas de comunidades cercanas a cultivos de Jalisco, “gigante
agroalimentario”. Todos mostraron síntomas como dolores de cabeza, vómitos y
náuseas.
Para corroborar los resultados acudió una supuesta asociación
civil, Proccyt, que en realidad resultó una fachada de las empresas que
envenenaron a los niños, (sus miembros son Syngenta, Bayer-Monsanto, Corteva,
FMC, Basf y otras). Dieron talleres y determinaron que solamente bebiendo el glifosato
antes de tomar la muestra a los niños, podrían aparecer residuos en la orina.
Aunque las autoridades fueron parte del engaño durante mucho tiempo, la gente
ya no cree estás mentiras y se frenará el uso de estos agrotóxicos en los
siguientes años.
Además de Estados Unidos, Argentina también sufre las
consecuencias del uso de este herbicida que hoy alcanza 28 millones de
hectáreas en aquel país. Nada que no sea soja, maíz y algodón transgénicos
puede crecer en esos campos. También se utiliza en cítricos, frutales de pepita
(manzana, pera, membrillo), vid, yerba mate, girasol, pasturas, pinos y trigo.
A partir del avance transgénico, aumentó geométricamente el uso del glifosato,
desarrollado y comercializado inicialmente por Monsanto desde la década del 70.
En nuestro país, comunidades mayas luchan
desde 2012 contra varias empresas multinacionales que obtuvieron licencia para
plantar soya transgénica en sus territorios, afectando principalmente a los
apicultores, debido a la deforestación y al uso de pesticidas y plaguicidas a
cargo de los grandes productores de soya.
DESDE
EL CENTRO
Este 1 de julio entró en vigor el Tratado
entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC o USMCA por sus siglas en inglés),
tras varios meses de negociaciones con el fin de mejorar el TLCAN, acuerdo que
duró 26 años. Se añadieron 10 capítulos y mejoraron 24, entre los principales
cambios se habla de derechos laborales y salarios. Los nuevos capítulos tienen
que ver con comercio digital, medio ambiente, competitividad, anticorrupción,
buenas prácticas regulatorias, y pequeñas y medianas empresas… Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex),
aceptó entregarse de manera voluntaria a las autoridades mexicanas y dio su
consentimiento de ser trasladado a territorio nacional. Colaborará en el
esclarecimiento de los hechos que se investigan por actos corrupción en la
petrolera…Dicen en Michoacán que Emilio Gamboa Patrón no meterá las manos para
proteger e impulsar a un nuevo cargo de elección popular al junior de la
Confederación Nacional de Propietarios Rurales, Eduardo Orihuela Estefan.
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