Por:
Irma Ramírez Molina/
Queda
de nosotros
El
gobernador Rutilio Escandón Cadenas confirmó que no habrá regreso presencial a
las aulas este primero de junio cuando termine la Jornada Nacional de Sana
Distancia, un anuncio esperado que tomó ese rumbo porque los casos en Chiapas
(y el de fallecimientos, por lo tanto) han ido en aumento desde el pasado 30 de
abril.
En
Chiapas, la pandemia está comenzando a perfilar su curva ascendente de
contagios de forma exponencial, a querer o no, incluso para quienes no creían
en el virus y para quienes retaron a la autoridad con bravuconadas (Casa del
Pueblo en Venustiano Carranza es el ejemplo más claro) de “bonitas montadas de
toros” y procesiones religiosas sin medidas sanitarias.
En
ese sentido, el mensaje del Secretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos
se torna endeble, superado en términos de conducción política, porque tuvo que
ser el mandatario quién estableciera lineamientos claros en el mar de
incertidumbre que representó la última semana respecto del retorno a las aulas
y la elevada posibilidad de contagios en niños y, con ello, de adultos mayores
protegidos en casa.
No
regresar a clases de forma presencial no significa perder el ciclo escolar
forzosamente, porque cualquier porcentaje de avance es mejor que nada y más
días se han perdido con los plantones sindicales, que los actuales 57 días de
confinamiento en casa.
Y
definitivamente, la enseñanza a distancia, con el uso del internet, puso de
relieve lo que ya hemos dicho en otras ocasiones: que el magisterio chiapaneco
no está a la altura de la crisis y que siempre (sin generalizar) al maestro le
ha importado poco actualizarse en los nuevos conceptos de enseñanza, en el
método pedagógico apoyado en las tecnologías de la información y podrán decir
misa defendiéndose, pero la realidad ahí está para tapar bocas.
Y
claro, la propia Secretaria de Educación de Rosa Aidé Domínguez Ochoa, mostró
el rostro de entramados burocráticos que lo hace ese “paquidermo achacoso” del
gobierno que no sirve al interés superior de la niñez, que es la educación,
sino al pervertido deseo magisterial de seguir siendo la sanguijuela del futuro
de una sociedad chiapaneca que no se lo merece.
En
fin, ya no regresarán a clases y habrá que adecuarse a la nueva realidad en otro
proceso de individualismo, donde el 10 tendrá que ser demostrado de forma
personal, frente a una pantalla y el hecho mismo de que todo lo que viene,
exigirá un esfuerzo propio, es decir, que no contagiarse y no enfermarse,
dependerá enteramente de nosotros.
BASE DE DATOS…-
La
autoridad sanitaria chiapaneca va un paso detrás de la realidad que todos los
días se va configurando en torno a la pandemia y sus exigencias, donde reclama
un control más riguroso, basado en ciencia, de todos los ángulos y aspectos: no
es sólo de cometer un error de cifras en vivo y en cadena estatal, es el
simplismo, el trato condescendiente, que infantiliza todo y habla en
diminutivos con la intención soterrada de mantener un control que ―claramente―
perdieron el Día del Niño.***
Las
estimaciones siempre proyectaron 6 mil muertes en México desde que en febrero
conocimos el primer caso del nuevo Coronavirus. A cómo van las tendencias, el
pico de la pandemia tiene por lo menos los 13 días siguientes para subir a 20
mil casos activos y terminar, por allá de agosto (o en la medición final de
diciembre), sobre los 20 mil mexicanos que habrían perdido la vida en esta
pesadilla llamada Covid 19.***
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