COVID-19,
UNA MIRADA AL CAMPESINO
‣La
pandemia ha mostrado dos aspectos: la mezquindad y la solidaridad
‣México
es un país periférico, sujeto a la realidad global
En distintos
espacios de discusión nacionales e internacionales (CODUC milita en la
Federación Sindical Mundial) siempre hemos expresado el ¿Qué hacer? no desde el
cuestionamiento simple, sino desde el análisis de la pubicación del camarada
Vladimir Ilich Ulianov en 1902. ¿Qué hacer en la vida política? ¿Qué hacer en
el movimiento campesino? ¿Qué hacer frente a la Pandemia?
¿Qué hacer
cuando una emergencia sanitaria como la que hoy enfrentamos, traerá
consecuencias de distinta índole? Todas ellas sin duda negativas y que
cambiarán para siempre hasta la forma de relacionarse del ser humano. Esta
pandemia ha demostrado dos aspectos fundamentales: la mezquindad y la
solidaridad, así tan opuestos y distantes pero ha mostrado de que lado está
cada quién, especialmente los actores políticos.
Sin duda es
motivo de reflexión sobre lo que hicimos, lo que dejamos de hacer y sin duda,
el qué hacer. A eso nos obliga este aislamiento, a la reflexión individual y
colectiva. La reflexión tiene que estar acompañada del estudio de nuestra
historia, como mexicanos y como latinos especialmente. Si conocemos y nos
reconocemos en nuestra historia, nos obligaríamos a reflexionar que la crisis
es en sí una crisis mundial del capital y que el futuro de México comprende del
reacomodo del orden mundial. Nuestra nación es un país periférico, sujeto a la
realidad global.
Sin dejar de
lado el contexto internacional, revisemos lo de casa, nuestra realidad con el
gobierno actual. Aquí viene la referencia a Lenin y su indudable vigencia, y
quizá aventuradamente en su análisis se encuentren respuestas. El presidente
López Obrador no es Socialista, está muy alejado tan siquiera del concepto (no
mencionaremos la izquierda), por lo tanto, no cuenta con un programa o ejercicio
de gobierno tendiente o sesgado hacia el socialimo. Para nada está en contra de
la propiedad privada, los señores Slim, Salinas, Rincón, pueden dar cuenta de
eso. No está en el ánimo ni en la conciencia del presidente dar pasos firmes en
la 4T donde el capital no se imponga. Lenin, el más grande exponente del
marxismo ante la hambruna y las ruinas que generó la Guerra Mundial, emprendió
la estrategia del Estado con miras a desarrollar las fuerzas productivas con
dos objetivos fundamentales: Garantizar el acceso de todos a la alimentación y
reconstruir en lo inmediato la economía.
Esta actividad
cuya rectoría correspondía al Estado, dio paso a una política pública de
carácter económico en la que se permitía la participación privada, sí, pero con
preferencia y toda clase estímulos, precios y beneficios fiscales a los
campesinos para garantizar la producción de alimentos.
¿Suena reciente?
¡No lo es!, En este modelo instaurado por Lenin había una convivencia entre los
soviets y el capital donde no existía mayor prioridad que la reactivación de la
economía desde la atención urgente a todas las fuerzas productivas, a pesar de
los riesgos y especulaciones que se pudieran generar.
Estas medidas
tienen varios elementos que destacar pero sólo haremos referencia a uno:
aumentó la producción de alimentos, esa es hoy la clave en México. La pandemia
es un reto para nuestra economía, la obliga a reajustarse de manera estructural
en lo inmediato, sin embargo está en la cancha y responsabilidad del Estado o
dicho de otro modo, está en la cancha de López Obrador, tiene frente a sí la
enorme oportunidad de contar con el brazo más poderoso de este país, en lo que
lo alimenta y alienta: EL CAMPESINO.
*Secretario
General de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas,
CODUC A.C.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario