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miércoles, 7 de agosto de 2019

OPINIÓN PÚBLICA// FRACASO DE PROGRAMAS SOCIALES


                                                Por: Gonzalo Egremy
                            FRACASO DE PROGRAMAS SOCIALES
         +Chiapas, que por “voluntad propia” se unió a México en 1824 para ser parte de esta República, su población no ha recibido la atención que merece.
         +Los chiapanecos siguen siendo los más empobrecidos de todo el país cuando de esta entidad México obtiene recursos naturales que sostienen al PIB.
         .-La pobreza y marginación de la población de Chiapas es ancestral, pero es histórico que la federación diga cada año que destina miles de millones de pesos para impulsar el desarrollo social y no se palpen los resultados.
         El deshonroso primer lugar en pobreza de su población en Chiapas (del 2008 al 2018), de acuerdo con el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), revela causas del porqué los chiapanecos están sumidos en la marginación y en el olvido de la Federación.
         Lo triste es que Chiapas por “voluntad” de sus ciudadanos en septiembre de 1824, decidió su anexión a México y no a Guatemala, y la Federación (el Poder desde el Centro del país) ni siquiera le interesa la problemática social prevaleciente en esta entidad.
         Aún cuando Chiapas aporta, para el Producto Interno Bruto, diversidad de recursos naturales como la generación de energía hidroeléctrica que la CFE comercializa en el resto del país y aún al extranjero, mientras que aquí los usuarios pagamos miles de pesos cada bimestre por el suministro de “luz”.
         De diversas regiones de Chiapas la Federación concesiona a empresas nacionales y extranjeras, la extracción de plata, oro y otros metales preciosos más; así como petróleo que va a manos de la saqueada PEMEX.
         Se observa que Chiapas solo ha sido utilizado por la Federación como una caja de votos para los que han detentado el Poder presidencial, el Congreso de la Unión y la gubernatura; los incentivos para el desarrollo social solo quedan en promesas de campaña electorales.
         Y los programas sociales implementados por los gobiernos prianistas sirvieron para que políticos sin escrúpulos, los amigos y familiares de éstos, se robaran los dineros; sólo así se entiende que los diversos proyectos para atenuar la pobreza hayan fracasado.
En abril de 2008 el presidente Felipe Calderón presentó el programa “Vivir Mejor” a través del cual pretendía erradicar la pobreza extrema en mediano plazo.
El enfoque pretendía que la gente saliera adelante por su propio esfuerzo y no mediante “políticas de corte populista”, según explicó, refiere la plataforma informativa digital: revoluciontrespuntocero.mx
Calderón prometió que habría mejores condiciones de vida para esas familias, que contarían con viviendas dignas, servicios básicos, carreteras y caminos en los municipios más pobres del país.
De igual manera Enrique Peña Nieto presentó en 2013 la Cruzada Nacional Contra el Hambre que buscaba abatir la pobreza alimentaria de 21 millones de mexicanos.
La estrategia estaba planteada sobre 4 ejes:  orientación focalizada, corresponsabilidad de todos los sectores, condiciones productivas y “energía” comunitaria y social de los mexicanos.
No obstante, ninguna de estas estrategias cumplió con lo prometido, pues de acuerdo con el Coneval en los últimos 10 años la pobreza extrema se pasó de 9 millones 375 mil personas a 9 millones 310 mil, una disminución de 0.69 por ciento o de 65 mil personas.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el número de personas con carencias disminuyó de 27 a 24 millones, un descenso modesto en comparación a lo que se aspiraba.
Sin embargo, de acuerdo con la ONG Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, a este ritmo se tardarían 118 años en conseguir el objetivo.
De 2008 a 2018 el rezago educativo se pasó de 21. 9% a 16.2%. Mientras que en seguridad social del 65% de personas que no la tenían, en 2018 la cifra fue de 57.3%   es decir, 71.1 millones de personas no la tienen y está relacionada con la precariedad laboral.
Por acceso a la alimentación, pasó de 21.7% en 2008 a 20.4% en 2018, es decir, 25.5 millones de personas.
“Los resultados son insuficientes. Queremos abrir el debate sobre las causales de por qué tenemos estos datos porque muestra una tendencia de estancamiento, aunque haya avances, mantenemos un rezago o estancamiento importante.
No solo influyen los programas, los salarios influyen y otras variables”, señaló el sectretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz Marcelo.
         Y más lamentable es que en nuestra entidad en vez de disminuir el número de la población en pobreza y pobreza extrema, aumentó a 76.4 por ciento de la ciudadanía chiapaneca; es claro que la decisión “voluntaria” (no así esta región del Soconusco) de Chiapas de anexarse a México hace 195 años, no fue la correcta, ¿no cree usted?//Salud

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