LOS
PRINCIPALES CENTROS DE INVESTIGACIÓN Y CAPACITACIÓN EN AGRICULTURA, GANADERÍA,
FORESTAL, EN PARO POR AUMENTO SALARIAL
‣La
“Cuarta Transformación” en materia Agroalimentaria, tendrá que esperar otros sexenios
‣El
reto es alimentar bien a 50 millones de mexicanos pobres, entre ellos 26
millones en extrema pobreza.
‣La
demanda nacional de alimentos, por encima de la capacidad productiva nacional,
en granos básicos y derivados pecuarios
En los primeros cuatro meses de gestión
como Presidente de México de Andrés Manuel López Obrador, los principales
centros de estudios universitarios que imparten carreras y especialidades de
educación superior y de postgrado en agricultura, ganadería, desarrollo
forestal, pesquero, agroindustria y sistemas agroalimentarios, capacitación y
extensionismo, están en huelga, ¡paralizados! por demandas salariales.
Son cuatro meses que estudiantes, maestros,
investigadores, autoridades, trabajadores administrativos y personal académico,
están “haciendo nada” por la anunciada “Cuarta Transformación”, mientras que
dirigentes sindicales y autoridades federales están enfrascadas en una lucha
por aumento salarial de al menos 20 por ciento y otras prestaciones laborales.
Tal parece que México y los mexicanos no
estuviéramos urgidos de contar con más alimentos que permitan cancelar índices
de desnutrición que padecen millones de connacionales. Para completar el cuadro,
el presupuesto federal correspondiente a 2019, ya de por sí insuficiente, ahora
es calificado como ¡miserable!
La “Cuarta Transformación” en materia de
soberanía y autosuficiencia alimentaria tendrá que esperar éste y otros
sexenios, porque, como se ven las cosas, tenemos en el país alrededor de 50
millones de mexicanos pobres en diversos grados, incluidos 26 millones
calificados como en pobreza extrema, según cifras recientes del INEGI. El reto
es de grandes dimensiones.
En cuanto al sistema agroalimentario de
México, las cifras nos indican que vamos en retroceso. Es decir, producimos
menos de lo que demandamos. En las últimas cuatro décadas, pasamos de la
autosuficiencia en granos básicos y en derivados pecuarios, a la dependencia.
Si bien es cierto que la población
mexicana aumenta de manera constante, también lo es que el gobierno federal,
los gobiernos estatales y el Congreso de la Unión –que también forma parte del
Gobierno—no han tenido la previsión de precisar en los Planes Nacionales de Desarrollo,
el crecimiento real de la economía. Aunque duela señalarlo, esos planes son una
letanía de cuentas alegres. Por el contrario, las importaciones de alimentos
crecen exponencialmente.
Una ligera idea de cuánto compra México al
exterior, la tenemos en los siguientes datos: más de 16 millones de toneladas
de maíz, en su mayoría amarillo y transgénico; dos millones de toneladas de
trigo harinero; 2.5 millones de toneladas de soya (también transgénica) para la
industria de aceites; entre 150 mil y 200 mil toneladas de frijol, y alrededor
de 700 mil toneladas de arroz.
Por lo que se refiere a la infraestructura
agro-hidráulica, las inversiones federales no responden a las expectativas
nacionales de contar, en los próximos 20 años, con 10 millones de hectáreas con
riego. En la actualidad tenemos escasamente 6 millones, mismas que producen el
50 por ciento de los alimentos del campo, y en condiciones de temporal, son 15
millones de hectáreas abiertas al cultivo y, para las dos décadas que vienen,
será necesario contar con 25 millones de hectáreas. Este es el tamaño del
problema.
De vuelta al asunto de los paros de
labores, se mantienen sin clases más de 11 mil alumnos y sin actividades 3 mil
500 trabajadores administrativos, así como poco más de mil académicos de la
Universidad Autónoma Chapingo en Texcoco, y los 10 Centros Regionales
Universitarios y dos Unidades Regionales con que cuenta la UACH en estados como
Veracruz, Yucatán, Zacatecas, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Morelia y Jalisco.
La situación del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) es dramática. La
investigación en las tres ramas fundamentales, Agrícola, Pecuaria y Forestal,
ha venido en “picada”. En 1985 (año en que se fusionaron las tres ramas de
investigación), la institución contaba con 2 mil 600 investigadores, de los
cuales el 60 por ciento eran especialistas en agricultura; el 30 por ciento
eran de especialidades médicas y de productividad veterinarias, y el 10 por
ciento, ingenieros forestales. Esto, de acuerdo con información proporcionada
por el doctor Manuel Villa Issa, especialista en Economía Agrícola y ex
director de la institución.
En la actualidad, la planta de
investigadores del INIFAP no es de más de 800 especialistas en todo el país, en
tanto que el 30 por ciento de ellos tiene una edad de más de 60 años y están en
su derecho de jubilarse o pensionarse en cualquier momento.
-----OOO-----
Pascacio Taboada Cortina.
Cel: 55 16 49 23 34
No hay comentarios.:
Publicar un comentario