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La pesadilla de Velasco
El ascenso de Manuel Velasco a
la gubernatura fue casi un paseo pero su sucesión es una pesadilla en la que él
cumple un papel protagónico.
Desde el partido verde, el Güero
Velasco construyó su carrera y gracias a sus relaciones privilegiadas con la
clase política del centro del país, se impuso en la candidatura priísta sin
mayores inconformidades.
En 2012 su relación con la
dirigencia de su partido era inmejorable: Existía una luna de miel entre el
exitoso Manuel Velasco y Jorge Emilio González Martínez, quién le dispensaba
toda clase de apoyos.
La relación del güero con el
candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, era perfecta, al grado de
que Velasco emulaba al mexiquense hasta en la vida sentimental: también se casó
con una conocida artista.
Manuel también mantenía un
excelente trato con el dirigente priísta, Pedro Joaquín Coldwell, lo que facilitó
que el PRI asumiera su candidatura con tersura.
Hoy, luego de seis años de
desgobierno en Chiapas, la situación para quién quisiera fuera su sucesor es
diametralmente distinta.
El diputado Eduardo Ramírez
Aguilar, hoy más que nunca, está enemistado con la dirigencia nacional de su
partido, principalmente con Jorge Emilio González Martínez, con quién jamás
logró construir una relación como la que tuvo en su momento Velasco Coello.
La relación de Ramírez con el
candidato presidencial priísta, José Antonio Meade Kuribreña, es nula,
absolutamente nula. Además, son públicas sus diferencias con quién encabeza al
equipo de campaña de Meade: Aurelio Nuño Mayer. No sería exagerado decir que
entre Ramírez y Nuño existe enemistad.
Ramírez Aguilar no tiene
relación alguna con Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional priísta, quién es
amigo cercano de Roberto Albores Gleason, contrincante de ERA en la búsqueda de
la gubernatura.
ERA tampoco puede presumir que
cuenta con la amistad del presidente Enrique Peña Nieto. Por su rebeldía, debe
estar mal visto en Los Pinos.
Velasco llegó a su candidatura a
la gubernatura montado en una ola triunfadora que encabezaba Peña Nieto; de
lograr la candidatura por la alianza oficialista, Eduardo Ramírez se sube a un
avión que pareciera ir en picada con Meade Kuribreña al volante.
Mucho de lo que tenía a favor
Velasco, lo tiene en contra Ramírez.
Así se encuentra la
pesadilla que construyó el gobernador: así de difícil tiene el escenario
Eduardo Ramírez Aguilar, por el camino del oficialismo. Pero aún nada está
escrito. Esperemos.
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