Familiares de los estudiantes desaparecidos y activistas marchan en Ciudad de México /GETTY IMAGES |
•Francisco Gallardo afirma que en el Pozo Meléndez, ubicado
en Guerrero fue destino de muchos perseguidos, y cientos de desaparecidos
POR:SIN EMBARGO18 SEPTIEMBRE
2017
MÉXICO – En el pueblo
de Puente Campuzano, entre Iguala y Taxco, se encuentra un socavón de diez
metros de diámetro, pero cuyo fondo es indeterminado. Es el pozo Meléndez,
un punto del estado de Guerrero que por reunir terroríficas historias
durante la Guerra Sucia, también es conocido como “la trompa del
diablo”. A esa oquedad se le piensa como destino de muchos perseguidos, de cientos
y cientos de desaparecidos.
Este siniestro punto
del planeta está muy cerca de donde, la maldita noche del 26 de septiembre
de 2014, los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron.
El ex General
brigadier Francisco Gallardo tiene una hipótesis: los 43 fueron
arrojados al pozo Meléndez. “… Creo que estos jóvenes fueron tirados ahí.
Con todo y vehículos. Y desaparecieron. Es más, ahí cabe lo que quieras. Si
hacen un peritaje en las paredes puede haber cabellos, pedazos de tela, piel …
Pero no lo han hecho”, sostiene el hombre emblema de la defensa de los derechos
humanos después de permanecer nueve años en prisión, la negra historia que se
inició cuando en 1993 -el penúltimo de Carlos Salinas de Gortari- propuso la
creación de un ombudsman militar.
Con un americano en la
mano, en las oficinas de esta casa editorial, el ex General Brigadier describe
en entrevista a la legendaria oquedad. “Ese pozo ha sido utilizado desde la
Revolución. Ahí tiraban carretas, caballos, vehículos completos, lo que tú
quieras. No tiene fondo. No le han llegado al fondo. Hay una excursión que
hicieron médicos militares y bajaron 60 metros, pero no pueden llegar a más
porque no tienen equipo”.
– ¿Le mencionó usted
su hipótesis a los miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes?
– Les dije, pero no me
tocaron ese punto.
-¿Le ha dicho a la
PGR?
– No. Al socavón lo
tapan y lo destapan. Pero ahí está. La gente que vive por ahí sabe de eso.
Dicen que en la noche se ven cosas raras.
– ¿Puede decirse que
Tomás Zerón, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR,
manipuló también la información para que las investigaciones no llegaran al
socavón?
– Yo no tengo
conocimiento que haya ido ahí ni que haya investigación. El socavón está libre.
La gente de la región sabe perfectamente qué hay ahí. Esa región está muy socorrida
por esos socavones. Si en mí estuviera, se hacía una investigación y ahí se
iban a aclarar muchas cosas.
– Usted sostiene que
el Ejército tiene crematorios clandestinos y si ello es así, ¿algún día habrá
luces sobre la verdad de los 43?
– El Ejército tiene
crematorios. Yo los conozco. A mí me amenazaron que me iban a meter ahí. Son
clandestinos. Es una cosa inaudita que estos jóvenes hayan desparecido de la
nada. Así, absolutamente. Hay prisiones clandestinas. Hay hornos en el
Ejército. Los barcos de la Armada se utilizan como cárceles clandestinas. En
Ayotzinapa lo que vemos es la actuación militar, el poder público en poder de
los militares. A mí me llamó mucho la atención cuando le piden al Secretario de
la Defensa que abra los cuarteles, y él dice, no voy a permitir por ningún
motivo que investiguen a mis militares. Sus militares. Qué cosas, ¿no? Si es
una investigación criminal, pero la Ley Militar así lo conviene. Porque es un
asunto de carácter público no militar. Si esos temas no se aclaran, los vamos a
seguir cargando.
EL GENERAL EN SUS CAUSAS
El martes 9 de
noviembre de 1993, el General Gallardo ingresó al campo militar número uno. Iba
preso. Las acusaciones en su contra eran un bufete de delitos.
Enriquecimiento ilícito, malversación de fondos y destrucción de archivos del
Ejército. Un mes antes, el General había publicado el texto “La necesidad de un
Ombudsman Militar en México” en la revista Fórum. El tema era el corazón de su
tesis y sugería la creación de esta figura con el propósito de que regulara los
abusos dentro de la vida castrense.
En 1998, fue
sentenciado por un consejo de guerra a catorce años de prisión. Le
cargaban haber vendido las 300 toneladas de avena en paca y las ocho mil pacas
de avena en greña que estaban destinadas a 228 caballos que tenía bajo su
custodia, así como la quema de documentos que demostraban el hecho. Después,
otro consejo de guerra lo condenó por enriquecimiento ilícito y le dio otra
pena de catorce años que no fueron acumulables a la primera sentencia debido a
un amparo.
– Si la desgracia se
inició así, ¿usted cree que aún es conveniente la figura del ombudsman militar?
– La idea de uno, como
el que yo propuse hace 21 años, tiene que ver directamente con el tema de la
defensa de los derechos de los soldados. Pero la idea yo la quiero actualizar.
En México no existen relaciones civiles de carácter democrático; entonces, lo
que yo quiero hacer es una oficina de asuntos militares.
Quiero hacer una
oficina de asuntos militares que va a establecer una relación de la Defensa
Nacional con los poderes públicos. Es decir, el Poder Ejecutivo en su rama
militar será a través de una oficina. Esta oficina haría un vínculo con el
Congreso, con las otras instituciones del Estado. Dependería de la Cámara de
Diputados. Aquí hay algunas peculiaridades. Esta institución tendría la
facultad, entre otras cosas, de proponer reformas a la legislación militar para
que el Ejército Mexicano se convierta en una institución de Estado al servicio
de la Nación. (El Ejército quedaría) apartado de los vaivenes políticos en el
tema, por ejemplo, de las elecciones.
En cada elección
presidencial al Ejército Mexicano se le encomienda la transportación del
paquete electoral, la logística de la distribución de esa paquetería y luego la
intromisión en la supervisión y la seguridad. Lo más grave del asunto es que
después de las elecciones se le encomienda cuidar la paquetería electoral. Ya
vimos que eso tiene muchas decisiones graves. Lo vimos en la elección de
Calderón-AMLO en donde el Ejército permitió que esa paquetería electoral fuera
manipulada por los partidos políticos.
Llega la paquetería
electoral a instalaciones que maneja directamente el INE. El Ejército está
resguardando la paquetería electoral y por detrás están entrando los partidos
políticos y los manipulan. El Ejército ha permitido esas condiciones. Lo que
tenemos que hacer en las próximas elecciones es que el Ejército no se entrometa
en esos asuntos.
– ¿Ha ocurrido así
históricamente?
– Históricamente ha
sido siempre. Yo era Capitán del Ejército, en la elección donde por primera
ocasión, el PAN gana una elección local en Chihuahua. A mí me mandan a cuidar
la paquetería electoral y entonces trata de entrar la gente del PRI a manipular
esa paquetería porque en esa ocasión sí ganó el senador Barrio (Francisco
Barrio) pero se la dieron a otra persona. Por lo menos en el tiempo en que yo
estuve de servicio, que dura 12 horas, no se pudieron meter. Pero se metieron
después.
– ¿Cómo funcionaría la
oficina del ombudsman?
– El Ejército debe
estar apartado totalmente de eso. No debe entrometerse. Esta oficina del
ombudsman militar iba a impedir estas situaciones. Así, el Ejército Mexicano no
se metería en asuntos de carácter político. Si esa institución estuviera como
en aquella ocasión que yo la propuse ahorita el Ejército no estaría señalado
por violaciones graves a los derechos humanos. En aquella ocasión yo puse como
ejemplo la matanza que hizo el Ejército en 1990 en la que se ejecutan a 10
jóvenes egresados de las escuelas judiciales y que estaban trabajando en la
PGR. Se pierden dos toneladas de droga se extravían dos millones de dólares y
se fugan los narcotraficantes. Son encarcelados los militares, pero no hay
ningún responsable.
Incluso manifesté el
asunto de aguas Blancas, en donde hubo un asesinato de 17 campesinos que lo
único que querían era hacer una manifestación en el Gobierno de Guerrero. Pero
a mí me acusan de difamación. Y yo no estaba difamando nada. Yo estaba poniendo
el ejemplo de una institución que debe funcionar para evitar esas situaciones.
A partir de ese asunto que ocurrió en 1990 cuántas cosas hemos visto. El
Charco, El Bosque, Acteal, las ejecuciones de Ocosingo cuando el levantamiento
zapatista, Tanhuato, Tlatlaya, la desaparición de los 43. Si hacemos una
revisión, el Ejército tiene metida la mano ahí. El asunto de Tlatlaya y
Ayotzinapa son crímenes de Estado que están apoyados por El Ejército.
Vivimos una sociedad
militarizada. ¿Por qué se da esto? Después de la Revolución sucede un
hecho que se conoce como la lucha de facciones en donde hay una disputa entre
el poder civil y el poder militar porque los comandantes militares tienen cotos
de poder, no hay un control, y entonces los caudillos revolucionarios invocan a
hacer un partido político que no tienen que ver con los partidos políticos
tradicionales europeos.
La creación de un
partido político de Estado tiene por objeto confrontar al poder militar no la
participación social, no la participación ciudadana. Ha habido coyunturas que
nos han permitido hacer esos cambios, pero el mismo poder político no lo ha
permitido.
– ¿Una figura de
ombdusman militar sería la clave?
– Esa institución que
yo propongo debe ser de Estado, que trascienda a cualquier periodo electoral o
cualquier figura o nombre de ciudadano político. Yo juré como militar tutelar
de la institución presidencial. No a Peña Nieto, no a Calderón, no a Salinas.
Un sistema presidencialista se ha desbordado en contra de la sociedad. Vivimos
una crisis gravísima. Estamos ante un colapso del Estado. (El ombudsman) sí
abonaría a ello. Ahora, ¿quién sería el obdusman? ¿Quién tendría esa calidad
moral para ser esa institución y ser el mediador entre el poder civil del
Estado y el poder de los ciudadanos? Sí hay hombres que pueden serlo.
LA POLÍTICA Y UN GENERAL
Cuando tomó la vida
castrense, tenía 15 años de edad. Era 1963 y cuenta que empeñó la honra y el
honor al Ejército como institución. LLegó a ser General Brigadier. En 2015, su
nombre volvió a la escena pública. Fue el candidato a la Gubernatura de Colima
por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la única plataforma en la
que, dice, puede confiar.
– ¿Usted cree en la
democracia, pero no en los partidos políticos?
– Los partidos
políticos mexicanos son instituciones de Estado que están apoyados en la
Constitución. En lo que yo no creo es en las personas que están en los partidos
políticos. Cuando estuvimos con el debate con el asunto de las resoluciones que
emitió la Suprema Corte 37 a mi favor, nos fuimos a las Naciones Unidas y a mi
favor. Entonces yo tengo una reunión con un General del Ejército. (Me dijo): tú
debes proteger al Ejército porque eres General. Tú debes defender el honor
porque el Ejército te hizo hombre.
A ver, espérenme
tantito, respondí. Yo no estoy increpando al Ejército como institución los
estoy increpando a ustedes que están violando la Ley, que están violando la
Constitución, que están violando la Ley de Disciplina militar y el Código de
Justicia militar. Lo que tenemos que hacer es sacar a todas estas personas
simuladoras, mentirosas traidoras que lo que han hecho durante toda esta
carrera es lucrar con los puestos políticos. “La política es sucia. Por decir
lo menos es corrupción”, me decían. Espérenme, la política es una ciencia que
nos permite a los ciudadanos una partida social, una convivencia social para
ponernos de acuerdo y desarrollarnos.
– Entonces, ¿qué le
está pasando a este país? ¿Se entrampó en una inercia de traumas irresueltos y
se enfermó de corrupción?
– Tenemos un problema
muy grave y yo daré mi opinión. Lo que hemos vivido en México es que no hemos
sabido procesar las situaciones coyunturales. Un ejemplo: el año que entra
cumplimos 50 años de la tragedia de 1968.
No hemos sabido
procesar esos puntos de quiebre. Uno de ellos es por qué no hay ningún militar
procesado por el movimiento del 68. Seguimos avanzando. Y viene la coyuntura de
1988.
Yo he platicado con el
senador Bartlett. (Le he dicho que) yo entiendo esa parte de la historia, que
yo entiendo la situación, de por qué se cayó el sistema. Aquí lo que no
entiendo y yo yo se lo dije al Ingeniero Cárdenas es por qué el Ingeniero
Cárdenas cedió.
– ¿Y qué quería que
hiciera, General?
– (Que dijera): No
acepto la negociación. No acepto la negociación y punto. Él negoció con el
poder. El día que me fue a visitar a mi celda en 2001 o 2002, que me llevó
discos y libros, le hice dos preguntas. Le dije: Ingeniero, ¿por qué usted no
defendió su elección en 1988 si tenía el apoyo del Ejército además?¿Por qué usted
se va como candidato a la Presidencia siendo Jefe de Gobierno? La gente votó
por usted para que fuera Jefe de Gobierno no para que fuera candidato a la
Presidencia. Usted debe terminar su gestión.
– ¿Qué le contestó?
– Nada. Se quedó mudo.
No me dijo nada.
Y así seguimos.
– ¿Le aceptó que había
negociado?
– Lógico. Y así nos
podemos ir viendo las coyunturas y no las hemos sabido aprovechar. Las firmas
que hizo Salinas, del TLCAN; la de Fox del ASPA; luego la de Calderón con la
iniciativa Mérida y Peña Nieto con el TPP nos han ido quebrando. Y ahí
seguimos. Hasta llegar a Ayotzinapa.
– ¿Por qué se
incrementó la violencia en este país?
– Porque hay un
rompimiento del tejido social y del orden constitucional del Estado. En México
no existe un sistema de inteligencia. Tenemos que hacer un sistema de
inteligencia de Estado, no de Gobierno de Estado, sea civil no militar, los
militares tienen una función importante, pero no civil, ellos tienen
encomendada la defensa nacional del estado. La política la debe emitir el
Congreso. Pero son traidores todos. Una vez que se haga esto se debe restituir
la Constitución en donde los poderes públicos respeten la ley.
Peña Nieto llega por
un fraude electoral. La Auditoría Superior de la Federación detecta que rebasó
los topes de campaña con 13 millones de pesos y ahí estuvieron metidos
Cervantes y Lozoya. ¿Cómo es posible que quieran tener autoridad cuando la
autoridad es ilegítima?
LA DEFENSA DEL GENERAL
Tiene el premio “Preso
de Conciencia” que le dio Amnistía Internacional y el de “El Ombudsman
Militar en Prisión” brindado por el Consejo Nacional de Ong`s en el 52
Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 2001. Los
galardones los recibió en prisión. Estaba en el camino de esa defensa cuyo
proceso lo convirtió en ejemplo de la defensa de los derechos humanos en México
y el mundo. Fue un preso. Hoy, para todos, es el General Gallardo.
– Usted, ¿cómo logró
defenderse?
– Lo que no pudo hacer
el Ejército aunque hubiera querido es violar la Constitución. Ellos lo pueden
juzgar en lo interno. Si se agota el recurso interno militar yo me puedo ir a
amparo ante las autoridades civiles, y tuve 37 amparos a favor.
– ¿Sintió miedo?
– ¿Miedo? (exclama y
se estremece). Pues sí. Afuera de mi celda se pusieron a hacer una revoltura
con cemento y con tambos. ¿Qué piensa usted que van a hacer? Me matan, me meten
a los tambos y me tiran al mar. Y rumm se desertó, se suicidó.
Cuando yo tenía las
amenazas que me iban a detener yo hice varias cartas y le dije a mi familia, si
un día no me reporto a tal hora, esas cartas las ponen en el correo, sin decir
nada. Nomás van al buzón. Entonces a mí me encarcelan y a los tres días sale a
la luz pública (el caso) en la revista Proceso.
Primero hicimos una
estrategia de defensa, de logística. Primero, ¿con quién me estoy enfrentando?
Con el Ejército y con el Estado Mexicano. Y con Salinas. Empezamos a hacer una
estrategia. Empezamos a meternos a los medios. Hubo una cosa que a mí me
benefició. Yo tengo muchos amigos de la Universidad, me conoce mucha gente. Y
dijeron, ¿el profesor dónde está? Lo metieron al bote. ¿Pues qué hizo?
En ese entonces
estaban apenas en pañales las ONG. El que primero toma mi caso fue don Emilio
Krieguer que hizo un libro en defensa de la Constitución. Le dijo a Marie
Claire (Acosta), ve el caso de ese militar de qué se trata. Y todas las ONG
creían que era una maniobra para infiltrar al Ejército en las ONG. Conforme
fuimos avanzando se dieron cuenta que no era eso. Y dijeron, ¿oye, en dónde
está soportada tu tesis? En una tesis de maestría y aquí está.
– Se dice que usted
era muy ordenado…
– Guardé todo. Mi
abogado me decía oye, necesito este papelito. … Y me decía, no puede ser que
tengas eso. Tengo la credencial de cuando fui a hacer el examen de ingreso.
Todos los trámites de la Universidad. Tengo todo.
–¿Por qué contra
usted?
– ¿Por qué hay ese
encono conmigo? Primero porque yo traía pleitos con el secretario de la Defensa
(Rivielo Bazán) desde que era cadete. Él nos robó nuestros anuarios, nuestros
años de graduación, nos cobró por los exámenes. Seguimos caminando y tuvimos
confrontaciones cuando él era general y yo era teniente coronel. Una vez me
llamó a su oficina y me leyó la cartilla. Me dijo (al referirse a su tesis) no
es tuyo. Y le dije: no mi General. Esa tesis es un trabajo de muchos años. Yo
tengo años buscando cómo podemos reformar al Ejército. Me dijo: ¿Entonces no la
retira? Respondí: No la retiro. De ahí me fui a la cárcel.
Y dije, se le va a
pasar el coraje. Fue un berrinche que luego se hizo grande. Me decían, no te
pelees con el Secretario, dile que te perdone y ahorita te deja ir. Mira,
mándale una carta. No. No firmo nada. A mí no me tiene que perdonar de nada.
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