Paola Alín
Las autoridades de Hidalgo confirmaron
este viernes que otras dos personas murieron en los disturbios que
siguieron a las protestas por el alza de gasolina con lo que subiría a seis
los muertos en los últimos días en el país en el marco del malestar
generado por esta medida
Las detenciones por los
saqueos y actos vandálicos en más de 300 establecimientos en distintos
puntos del país llegaron al millar de personas, según las autoridades, y
en estados como Veracruz se inició un refuerzo de las fuerzas de seguridad federales.
El portavoz de la fiscalía del estado
de Hidalgo, Eder Arteaga, confirmó la muerte de dos hombres durante las
protestas que tuvieron lugar en Ixmiquilpan, al norte de la capital, cuando manifestantes
bloquearon una carretera y se enfrentaron a la policía.
En días anteriores, dos personas
murieron en el puerto de Veracruz, en una de las zonas donde se dieron
disturbios, otra en un municipio al sur de ese mismo estado al ser
atropellado por un vehículo que trataba de huir de la policía tras unos
saqueos, y un policía perdió la vida en Ciudad de México al
intentar detener un robo.
En Monterrey, Nuevo León, la noche del jueves un
grupo de vándalos atacó el palacio de gobierno mientras muchos de los
asistentes a la protesta desautorizaban la violencia al grito de “ese no es el
pueblo”.
Las autoridades de esa entidad
indicaron que 182 personas fueron detenidas y su gobernador, Jaime
Rodríguez, indicó que los arrestos continuarían y que no se permitiría más
violencia aunque reconoció que ni los municipios ni el estado cuentan con
suficiente policía.
Por otra parte, Miguel Angel
Yunes, el mandatario de Veracruz, elevó la cifra de detenidos en
el estado a 300 y anunció la llegada de refuerzos de fuerzas federales, en
concreto de elementos de la Gendarmería.
“No vamos a permitir que esto
continúe. Vamos a aplicar toda la mano dura que se pueda aplicar dentro de la
ley”, indicó el viernes tras denunciar los hechos de “barbarie” que se vivieron
en algunos puntos de Veracruz durante el miércoles y el jueves.
El viernes, festividad de los Reyes
Magos en México, amaneció en relativa calma después de dos días de pillaje, de
cortes en las carreteras y cierres de establecimientos en parte por el miedo de
los comerciantes.
En el centro del país, la Ciudad
de México y el Estado de México, se dieron medio millar de detenciones después
de los numerosos saqueos ocurridos el miércoles y el jueves.
Tanto las organizaciones
empresariales como muchos colectivos civiles, los partidos de la oposición y
hasta la Iglesia Católica pidieron al gobierno que reconsiderara su postura,
que entró en vigor el 1 de enero como parte del proceso de liberalización del
mercado de la gasolina, que se realizará durante todo 2017.
Pero el presidente Enrique Peña
Nieto insistió de nuevo el viernes, por tercer día consecutivo, en que la
subida de la gasolina fue una decisión “difícil” pero necesaria para evitar
males mayores, ya que era necesario ajustar su precio al mercado para garantiza
la estabilidad económica del país.
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