∙ Productos del mar y de la acuacultura valen más que el petróleo
∙ Hay que aprovechar 11 mil kilómetros de litorales
(Boletín).- México se podría convertir en un
abastecedor natural de alimentos del mar y de acuacultura en aguas interiores,
pero carece de políticas de fomento productivo y de visión para aprovechar el
potencial que ofrecen los mercados asiáticos, en particular de Japón y
últimamente China.
Así lo señaló César
Alejandro Velasco, presidente de la
Unión Nacional de Pesca y Acuacultura de la Confederación Nacional Campesina, quien
destacó que “no son un mito los grandes recursos para la pesca en litorales y
la bonanza que ofrece el Golfo de California, la península de Yucatán, el Golfo
de México y el Mar de las Antillas”.
Acompañado del
secretario de Finanzas y asesor Jurídico de la UNPA—CNC, Armando Espinosa
Arroyo, ambos sostuvieron que uno de los puntos importantes de interés social y
económico estudiado por los japoneses --“no de ahora, sino desde hace más de 30
años”-- afirmó, consiste en que México, con una economía dependiente del
petróleo, basada en la extracción y venta del energético, enfrenta serios
problemas en dos vertientes: el agotamiento de ese recurso natural, y los bajos
precios internacionales.
“Por ello,
enfatizó, ha llegado la hora de estudiar y enfrentar nuevas alternativas, urge
un cambio de paradigmas que permita asegurar, por una parte, el abasto
sustentable de alimentos y, por otra, heredar a nuestros hijos y nietos un
entorno más amigable con un horizonte más allá del año 2050”, sostuvo el
dirigente cenecista.
Destacó Armando
Espinosa Arroyo, que nuestro país cuenta con una alternativa de grandes
dimensiones incluso superior al petróleo, como es la pesca en más de 11 mil
kilómetros de litorales y de dominio territorial, y con más de 120 presas de
almacenamiento de agua para diferentes usos y cuerpos naturales del vital
líquido, que están subutilizados, por lo menos para la pesca comercial.
Los nipones
tienen la certeza de que nuestro país se podría convertir “en el mejor
productor de alimentos en el mundo, pues han estudiado muy bien el potencial
pesquero que ofrece México, incluso más que los mexicanos”.
Hace sólo 15 o
20 años, se hablaba de un programa productivo de alta capacidad económica y de
gran beneficio social, que sacaría al país de crisis económicas recurrentes,
pero que nos olvidáramos del petróleo. Esto, en función del cabal
aprovechamiento del potencial que ofrecen las zonas marinas costeras y de aguas
interiores.
Armando Espinosa
Arroyo, abogado de profesión, pertenece a una familia dedicada a la pesca por
generaciones; él mismo representa a la séptima generación de familias dedicadas
a la pesca y acuacultura en la península de Baja California. Su padre fue buzo
durante 38 años e inició las pesquerías y cooperativas ejidales en los últimos
30 años en esa región.
Le tocó
participar en las discusiones del Mercado Internacional del Marisco, en Japón,
uno de los mercados que mejor pagan en el mundo los productos del mar. En este
caso, los japoneses están muy interesados en el atún vivo, langosta, abulón,
erizo, pepino seco de mar y todas las especies marinas de interés comercial.
Algunas teorías
que con el tiempo se han convertido en realidad, dijo Espinosa Arroyo,
consisten en las siguientes comparaciones: “tiene más valor un barril de
abulones, que uno de petróleo”. Y “lo que cuesta hacer un pozo petrolero, si lo
invirtiéramos en acuacultura, ‘acuacultura sustentable’, por decir en Baja
California, ofrecería un valor no menor de diez veces de lo que se invierte en
un pozo. En esta región hay gente preparada, egresada de universidades, y que
no tiene ocupación”.
Si nos ponemos a
producir camarón, abulón y toda una serie de pescados y mariscos, en lo que es
acuacultura, porque los climas de México son ideales para estas explotaciones
comerciales, esa producción el mundo la está esperando, pero México no se ha
puesto a trabajar en estas ramas de producción, sostuvo en entrevista.
Reforzó sus
afirmaciones al señalar que, “si comparamos el valor de una lata de abulón,
ésta vale más que un barril de petróleo ahora mismo. Una lata de abulón de
primera, tiene un valor de entre 90 y 100 dólares, con un peso de 250 gramos”,
comparado con un promedio de 50 dólares, que es la cotización de un barril de
petróleo en el mercado internacional.
En las costas
mexicanas se podría producir bastante abulón, sobre todo en la península de
Baja California.
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