Por Armando Rojas
Arévalo
IVONNE:
Hemos llegado al momento en que ya nadie cree nada. Caímos en el nihilismo, o
sea, en la negación de todo. En psicología la negación es un mecanismo de
defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia.
Desde el punto de vista social, negar algo que es evidente exacerba la
indignación sobre un hecho en particular.
Vivimos
días de gran incertidumbre y estamos obligados a actuar con serenidad; no
utilizar la tragedia para otros fines, si bien el crimen de lesa humanidad
tiene a todos los mexicanos consternados y al mismo tiempo enfurecidos. Pero,
¿qué hacer para regresar con vida a los 43 estudiantes normalistas?
Los
padres de los muchachos desaparecidos no creen la versión de MURILLO KARAM, de
que los jóvenes fueron incinerados y exigen pruebas científicas (postura de la
que se ha colgado cínicamente el PRD para reivindicarse) de que los restos
hallados corresponden efectivamente a los muchachos de Ayotzinapa. Sobre el ataque
a Palacio Nacional la noche del sábado, en las redes sociales circula el
comentario de que fue acto orquestado por el propio gobierno, a pesar de las
evidencias. Si en las manifestaciones anteriores la tónica la habían marcado
los estudiantes organizados, la protesta del sábado por la noche terminó en un
zafarrancho de anarquistas que le prendieron fuego a la puerta principal del
Palacio Nacional y pintarrajearon las paredes.
El
17 de octubre el padre ALEJANDRO SOLALINDE lo dijo y lo increparon. “Estaban
heridos (refiriéndose a los estudiantes), y así como estaban heridos, los quemaron
vivos, les pusieron diésel…“, dijo el sacerdote de 69 años a la agencia de
noticias Nóvosti. Días después, el 27, SOLALINDE fue a la escuela de Ayotzinapa
a oficiar una misa y los padres de familia de los normalistas desaparecidos lo
acusaron de “falto de tacto y protagónico” por decir que calcinaron vivos a los
estudiantes. El día 28, SOLALINDE se disculpó.
El
nuevo gobernador de Guerrero, ROGELIO ORTEGA, un buen hombre identificado con
organizaciones activistas, acrecentó la incertidumbre cuando un día después de
haber asumido el cargo se atrevió a sugerir que los normalistas podían estar en
calidad de secuestrados y hasta se aventó la “puntada” de ofrecerse como voluntario,
incluso arriesgando su vida, para lograr su liberación.
LOS
PADRES de los muchachos de Ayotzinapa insisten: “¡Los queremos vivos, por bien
del país!”, decía JOSÉ ALCARAZ, vocero de la caravana 43x43 que hizo el
recorrido de 194 kilómetros, desde Iguala, Guerrero, a la Ciudad de México. A
esa consigna se suma el subversivo EPR (Ejército Popular Revolucionario): “La
lucha por la presentación de los detenidos-desaparecidos de manera forzada debe
continuar, abarcando las diferentes modalidades de la acción política, para que
a fuerza de movilización y lucha popular se obligue a este gobierno antipopular
presentar con vida a todos los detenidos desaparecidos. Está claro que por su propia
voluntad nunca lo harán”.
Los
padres no se resignan y exigen pruebas “científicas”. Lamentablemente –muy
lamentablemente- los indicios de que dispone la PGR en sus investigaciones
apuntan que los muchachos de Ayotzinapa están muertos. No se puede hacer nada
para regresarlos con vida. Aun con todo esto, los activistas exigen que los
regresen vivos. Eso es jugar con el dolor de las familias.
HASTA
LOS OBISPOS gritan “basta de tanta corrupción”. A través del organismo que los
representa, los prelados reaccionaron al escuchar los informes del titular de
la PGR, expresando “¡basta ya de tanta corrupción, impunidad y violencia!
Respetuosa y enérgicamente pedimos a las autoridades llevar la investigación
hasta sus últimas consecuencias para que se conozca con certeza lo ocurrido a
los desaparecidos y se sancione con todo el peso de la ley a los autores
intelectuales y materiales”.
LO
DE AYOTZINAPA ha sido, sin duda, una grave lección, pero hay quienes aún no la
entienden. Por ejemplo, el alcalde de San Baltazar Chichicapan, Oaxaca, CARLOS
VÁZQUEZ REBOLLAR, y tres de sus primos, mandaron balacear a la gente que
participa en una protesta. El saldo fue de al menos 17 ciudadanos resultaron
heridos. Esto fue el jueves de la semana pasada, pero hoy se sabe gracias a
videos subidos a las redes sociales.
MIENTRAS,
APROVECHANDO la circunstancia llegarán a la plaza otras banderas que
permanecían arrumbadas en el rincón. Tales son los casos de NESTORA SALGADO Y
MARCO SUÁSTEGUI, que se encuentran presos por delitos armados para deshacerse
de ellos. ROGELIO ORTEGA, el gobernador interino de Guerrero, se apresta ya,
antes de que le ganen la partida, a negociar la liberación de los dos
activistas, una, NESTORA, integrante de la Coordinadora Regional de Autoridades
Comunitarias (CRAC), y el otro, MARCO ANTONIO, dirigente histórico del Consejo
de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop).
MIENTRAS,
NOEMÍ BERUMEN, cómplice de los ABARCA PINEDA, salió libre bajo fianza porque el
delito que cometió, de encubrir al ex alcalde de Iguala y esposa en su casa,
“no es grave”. ¡Y así no quieren que la gente se encabrone!
DE
OTRAS COSAS, si el Presidente PEÑA NIETO no hubiera revocado la licitación del
tren rápido México-Querétaro, se le hubiera venido otro problema político grueso,
ya que en ella estaba involucrado –según Proceso y el sitio “Aristegui
Noticias”- JUAN ARMANDO HINOJOSA CANTÚ, accionista mayor del grupo HIGA que
presumiblemente (a través de una de sus empresas, “Ingeniería Inmobiliaria del
Centro, le construyó su residencia particular en las Lomas de Chapultepec
valuada en 7 millones de dólares. Las fotos muestran no solamente una mansión,
sino opulencia.
El
horno no está para bollos.
MANCERA
ya salió del hospital.
P.D.-Hoy,
de regreso al DF por la autopista, pensé a preguntarle a GRACO RAMIREZ “¿Y el
Morelotes, apá, cuándo?”
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