Cacahoatán, Chiapas.- Luego
de permanecer prófugo de la justicia en Tecún Umán, Guatemala; en las últimas
horas fue detenido el homicida confeso de una menor de 11 años, quien fuera
localizada el pasado 15 de diciembre en el cauce del río “Pancero”, en el
municipio de Cacahoatán, Chiapas.
La
Procuraduría de Chiapas dio a conocer que la aprehensión se registró la noche
del primero de enero, derivado de los trabajos de investigación realizados en
coordinación con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC),
Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) y el Instituto Nacional de
Migración (INM).
En este
sentido, la Fiscalía Especial en Investigación de los Delitos de Homicidio y
Feminicidio informó que Pedro Jorge Valladares Amaya de 41 años es originario
de El Salvador, y pertenece a la denominada “Mara Salvatrucha”.
En
cumplimiento al Protocolo de Actuación para la Investigación del Delito de
Feminicidio, el Ministerio Público ordenó la práctica de las pruebas periciales
en criminalística forense, examen toxicológico, barrido de uñas, y estudio
ginecológico y proctológico.
El 15 de
diciembre, el cuerpo de Perla de tan sólo 11 años fue encontrado cubierto con
plásticos de color negro. El dictamen de Necropsia de Ley reveló que perdió la
vida a consecuencia de las diversas heridas punzo cortantes, y presentaba
signos de violación.
Al resultar
positiva la prueba de rastreo de líquido seminal en el cuerpo, así como en un
preservativo que se encontró en el lugar de los hechos, el Departamento de
Genética Forense obtuvo el perfil genético del victimario.
En el marco
de la averiguación previa, la Fiscalía Especial escuchó en declaración
ministerial a diversos familiares y vecinos de la víctima, así como integrantes
de la iglesia “Abba Padre”, donde el presunto responsable recibió posada
durante dos meses.
Cabe
recordar que, el cuerpo de la menor fue ubicado en las inmediaciones de una
galera que era habitada por Pedro Jorge Valladares Amaya, frente a dicha
iglesia.
“Pedro el
tatuado” como era conocido, fue descrito por los habitantes como un hombre
solitario que se pasaba la mayor parte del tiempo al interior de la iglesia,
donde, además, ayudaba a la construcción de un inmueble.
Los testigos
expresaron que recordaban a este sujeto por la gran cantidad de tatuajes que
presentaba en su cuerpo, así como por un par de riñas que sostuvo con
integrantes de una banda contraria a la suya, la “Mara Salvatrucha”.
Sin embargo,
luego del homicidio de la niña, nadie volvió a saber de él.
La
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) sostuvo que el presunto
feminicida fue aprehendido cuando trataba de regresar a la localidad de
Cacahoatán, Chiapas, tras permanecer escondido en Tecún Umán, Guatemala.
En su
declaración, Valladares Amaya confesó la violación y feminicidio de la menor, y
mencionó que el pasado mes de septiembre llegó al municipio de Cacahoatán,
procedente de El Salvador.
Refirió que
semanas previas al crimen se ganó la confianza de Perla, a quien llevaba a
jugar “maquinitas” y le prestaba su teléfono celular.
Expuso que,
de acuerdo a un pacto hecho al interior de la Mara Salvatrucha, debía asesinar
a una persona durante su estancia en la iglesia “Abba Padre”.
Al
considerar que el 13 representaba un número cabalístico, decidió perpetrar el
homicidio justamente el viernes 13 de diciembre, afirmando que la pequeña era
la víctima que él necesitaba ya que por su edad no podría defenderse.
El día de
los hechos, declaró, Perla llegó a la iglesia con la finalidad de vender los
tamales que prepara su madre.
Al llegar,
él la interceptó en la entrada y luego la llevó detrás del inmueble con el
argumento que le ayudaría a cortar hojas de plátano para realizar los tamales.
Mientras la
pequeña se encontraba en las inmediaciones del río, él inhalaba cocaína en
forma de piedra, sin que ella se percatara. Posteriormente, tomó un cuchillo y
le asestó 20 golpes.
Aproximadamente
a las 5 de la mañana del 14 de diciembre, llevó el cuerpo hasta la parte alta
del río, para después darse a la fuga hacia Tecún Umán, Guatemala.
Tras el
hallazgo, el equipo de Servicios Periciales de la Procuraduría llevó a cabo la
prueba de Luminol para encontrar rastros de sangre de la menor en el domicilio
ubicado en la 1ª. Poniente, entre 6ª. y 8ª. Norte, donde vivía el imputado;
resultando positivo en el piso y en el lavadero del inmueble.
Ante estos
hechos, en las próximas horas la Fiscalía Especial en Investigación de los
Delitos de Homicidio y Feminicidio ejercitará acción penal en contra de Pedro
Jorge Valladares Amaya, quien será puesto a disposición del Juez en turno en
materia Penal del Distrito Judicial de Tapachula.
Por el
delito de Feminicidio, este sujeto podría alcanzar una pena que va de los 25 a
los 60 años de prisión.