Translate

Vistas a la página totales

viernes, 23 de marzo de 2018

Editorial


juiciopolitico.com
Enrique García Cuéllar
La entrevista que Juan Sabines, cónsul de México en Orlando, Florida, resulta muy significativa, sobre todo porque marca la ruptura del gobierno federal con Manuel Velasco Coello y Sabines se convierte en el vocero de Enrique Peña Nieto, cuando afirma que Velasco Coello es “traidor y cobarde”.
No es estrictamente lo que piensa Sabines, sino lo que le ordenaron decir en una entrevista a la que le dieron gran difusión. Es el mensajero del presidente, porque Peña Nieto no puede pronunciar abiertamente esas palabras, mucho menos ante el micrófono de una radioemisora. Eso acabaría con las formas. Fue necesario mandárselo decir con un inmejorable lacayo: su propio antecesor.
Ahora, Manuel Velasco se encuentra ante un peligro mayor: la cárcel. Está siendo objeto de una venganza política que tendrá toda la fachada de acción legal, pues su ejercicio presupuestal es opaco y le falta mucho dinero, miles de millones de pesos que se fueron a distintos destinos, ocultos.
Sabines no es nadie, moralmente, para descalificar a Velasco, pero políticamente es el mensajero ideal, porque se atreve a obedecer a sus superiores a pesar de afirmar que en Chiapas, “el pueblo manda y el gobierno obedece”, frase hueca, abstracta, utilizada con el mayor cinismo por un ex mandatario ya juzgado por los chiapanecos, a quienes a su vez traicionó. De ahí su falta de calidad moral para hablar en ese sentido.
Sin embargo, resulta un “correveidile” de gran atractivo para la opinión pública. El entrevistador sigue el guion previo sin el menor rubor, lo lee, el mensajero responde. 
Los calificativos aplicados para calificar a Velasco Coello de “traidor y cobarde”, vienen de la Presidencia de la República y eso enfría la columna vertebral de Manuel Velasco. Chiapas se encuentra nuevamente en el ojo del huracán.
El manoseo de las elecciones, la inquina, el afán de tumbar candidaturas y poner únicamente a la gente “a modo”, terminó por ser una mascarada cuya tramoya cayó por tierra. Ya puede esperarse solamente la recuperación de la confianza, recuperación que no estará, de ninguna manera, ligada a este grupo del poder.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario