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| Zoé Robledo Aburto, Senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) (FERNANDO RAMÍREZ. EL UNIVERSAL) |
•Dice que
buscará la candidatura en 2018 con el partido de AMLO; unión de izquierdas,
necesaria para ganar en Chiapas, asegura
19/12/2016 / Alberto Morales / ELUNIVERSAL
El senador Zoé Robledo Aburto (PRD) asegura que no descarta competir en 2018 por la candidatura de una alianza de
izquierdas a la gubernatura de Chiapas e incluso dijo que lo buscaría por
las siglas de Morena, el partido de
Andrés Manuel López Obrador.
“Claro que estoy platicando con
ellos, porque hoy estoy convencido que la oferta política y el proyecto de
nación que mejor aglutina y enfrenta la crisis de credibilidad que pasa la
política mexicana, las amenazas externas de Donald Trump, es Andrés Manuel López Obrador.
“Eso lo digo sin formar parte de
Morena, porque no veo otro camino para aquellos guardianes de las cosas como
están, en el entendido de que para los que la política está bien y no hay que
cambiarla mucho, esa lógica se desmonta con la llegada de alguien que ha
validado durante los años su lucha contra la desigualdad y la corrupción [López
Obrador], agenda que yo he impulsado en el Senado”, afirma el legislador chiapaneco
en entrevista con EL UNIVERSAL.
Zoé Robledo, hijo del ex
gobernador de Chiapas Eduardo Robledo Rincón (PRI), indica que tiene muy
buenos amigos en Morena y sostiene diálogos constantes con los senadores que
simpatizan con ese partido, como David Monreal (PT), Mario Delgado o
Rabindranath Salazar, pero sobre todo habló de sus acercamientos con el hijo
del político tabasqueño, Andrés Manuel López Beltrán.
No obstante, dice que su intención
es lograr una gran alianza de izquierda, en la que estén las organizaciones
sociales, los campesinos, incluso la CNTE, algunas bases del EZLN, empresarios
y religiosos, pero que en su visión lo más importante es el proyecto, no la
candidatura para ganar posiciones.
“La elección en el estado de Chiapas
puede ser la oportunidad para generar una gran coalición de partidos,
organizaciones y ciudadanos, que le den viabilidad económica, gobernabilidad y
paz social al estado. Eso es lo que tienen que ver los partidos para ser
competitivos en la elección”, dijo.
¿Usted buscará la gubernatura del estado de Chiapas?
—Me veo participando, sin duda, sin
que esto signifique actos anticipados, no estoy diciendo que soy candidato, me
veo participando en 2018 en el proceso. Soy un político y desde alguna
trinchera pretendo continuar mi actividad y mi agenda.
¿Cuál es el escenario político?
—En Chiapas hay un priísmo
tradicional muy sólido, pero que no necesariamente está asimilado como un
partido del gobierno, aunque sean parte de esa colación [PRI-PVEM].
Hay un Partido Verde que, a
diferencia de otros estados, es mayoritario con alcaldías, diputados y el
Ejecutivo estatal… En Chiapas sólo hay un camino, la unidad de la izquierda.
¿Cómo lograr la unidad de izquierdas en la entidad?
—La unidad de la izquierda pasa por
el espectro de adentro y afuera. Para quienes hemos sido los perdedores del
modelo de desarrollo estabilizador, los chiapanecos, hay un sistema
hidroeléctrico que hoy lo tiene como el estado con menos electrificación en
hogares. Después el modelo globalizador y de libre comercio nos dejó fuera, la
democracia liberal no ha traído los mismos beneficios para la gente de Chiapas
que para el resto del país y el surgimiento del EZNL fue la primera llamada de
atención.
La unión de las izquierdas sí pasa
por los partidos, pero también por las otras izquierdas no partidistas, como
las organizaciones sociales que antes tenían más peso que los partidos, la
sociedad civil que está más organizada, la CNTE que en Chiapas es la mayoría,
los empresarios de izquierda y los partidos.
¿Incluyendo a Morena?
—Juntar a todos, principalmente a
Morena, al Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo, a
Movimiento Ciudadano, a la Coordinadora, a algunas bases zapatistas,
expresiones religiosas y organizaciones campesinas.
¿Bajo las siglas de qué partidos competiría, se ha acercado a Morena?
—Así es, no sólo tengo muy buenos
amigos en Morena, algunos eran del PRD y se fueron a Morena, tanto de Chiapas
como a nivel nacional, y claro que estoy platicando con ellos, porque estoy
convencido que la oferta política y el proyecto de nación que mejor aglutina y
enfrenta la crisis de credibilidad que pasa la política mexicana, las amenazas
externas de Donald Trump, es Andrés Manuel López Obrador.
Eso lo digo, sin formar parte de
Morena, porque no veo otro camino para aquellos guardianes de las cosas como
están, en el entendido de que la política está bien y no hay que cambiarla
mucho, esa lógica se desmonta con la llegada de alguien que ha validado durante
los años su lucha contra la desigualdad y la corrupción, agenda que yo he
impulsado en el Senado.
¿Si el PRD le ofrece la candidatura, la dejaría por ir con Morena?
—Si es con Morena, sí. Creo que hoy
un objetivo estratégico no debe ser simplemente ser candidato. Hoy más que
nunca la forma en cómo se accede al poder determinar la forma en que se ejerce.
El gran problema en muchas
administraciones estatales ha sido que hay personas que saben cómo llegar, cómo
ganar una elección, pero no tienen idea de qué hacer después de asumir el
poder. Hoy la elección de Chiapas puede ser la oportunidad para generar una
gran coalición de partidos, organizaciones y ciudadanos, que le den viabilidad
económica, gobernabilidad y paz social al estado. Eso es lo que tienen que ver
los partidos, para ser competitivos en la elección.
¿Con quién ha tenido acercamientos en Morena?
—Platico mucho con mis compañeros
de Morena, con Mario [Delgado], con Rabindranath [Salazar], con David Monreal.
Morena está concentrada en consolidar sus comités como partido político y
preparándose para las elecciones que vienen antes.
¿A Andrés Manuel López Obrador le ha contado su aspiración?
—No, no lo he hecho con él, en el
algún momento lo he platicado con su hijo Andrés Manuel [López Beltrán].
¿Qué opina sobre el tema el joven López Beltrán?
—Morena tiene una condición
distinta a la de los otros partidos, ellos están concentrados en consolidar el
movimiento, y en esa conversación que tuvimos, él me planteo eso, que están
concentrados en consolidar su movimiento, lo que me parece muy inteligente,
porque no está viendo pragmáticamente cual es la candidatura que se traduce en
el mayor número de votos, sino en cómo consolidar un proyecto de nación.
¿Pueden aliarse PRD y Morena?
—Yo creo que ambos partidos se
pueden encontrar y si puedo hacer una aportación para que se encuentren, lo voy
a intentar. Sé que es como descubrir la fusión en frío o intentar llegar a
Marte, pero sí creo que es una causa por la que vale la pena hacer el esfuerzo,
el encuentro de las izquierdas de este país como el motor para el cambio de
régimen.
¿Porque perdió Chiapas el PRD?
—En el estado ya hubo dos gobiernos
emanados de coaliciones donde participó el PRD, cuyos gobernantes, tanto Pablo
Salazar Mendiguchía como Juan Sabines no eran militantes del PRD y no lo fueron
durante su administración.
El fenómeno político que llevó al
PVEM al gobierno y al gobernador Manuel Velasco, fue producto de un trabajo
político y territorial muy ordenado, por otro de alianzas nacionales que
permitió un liderazgo consolidado. Además, en lo electoral sabían dónde había
que trabajar, ello frente a una oposición que entró en un proceso terrible de
confrontación y diferencias internas.
¿Se le puede ganar al PVEM en Chiapas?
—Sí, claro que hay una estructura
corporativa clientelar sobre un número importante de la población, pero cada
vez hay más información y esa población no es gente que venda su voto a cambio
de una despensa. El reto en Chiapas es que la elección sea libre y el
electorado tenga opciones, pero siendo candidato o no, voy a trabajar para que
desde la izquierda se impulse una alternativa de cambio de régimen, no de
alternancia partidista.

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