Por:
Juan Manuel trinidad
Suchiate
Chiapas 22/12/14.- Mientras por un lado la caída del valor del peso mexicano
ante el quetzal guatemalteco beneficia al comercio de la franja fronteriza sur
de México, por otro el sector agrícola –cafetalero, de caña de azúcar, de mango
y otros cultivos- se está viendo afectado, porque los jornaleros agrícolas
están dejando de llegar a la región del Soconusco en virtud a que “ya no les
resulta”.
La
moneda del país vecino centroamericano ya superó la barrera de los dos pesos y
con ello, la afluencia de chapines hacia Chiapas, principalmente a realizar
compras o de visitas turísticas se calcula que se ha incrementado hasta en un
50 por ciento y podría subir más para fines del año, de acuerdo con las
consideraciones del Centro Empresarial de la Costa afiliado a la Coparmex, aunque
resulta lamentable que la mayoría de los comercios no reciban quetzales e
incluso, solamente un banco acepta depósitos de la moneda guatemalteca.
Los
vecinos del país del sur tienen amplias posibilidades para visitar Chiapas,
incluso la tramitación de la Tarjeta de Visitante Regional (TVR) expedida por
el gobierno federal a través del Instituto Nacional de Migración (INM) se ha
incrementado, lo cual favorece a la economía de la zona, porque además los
mexicanos han dejado de ir a Guatemala precisamente a causa del cambio de la
moneda que está dos a uno.
Lamentable
resulta que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no establezca un
proceso de cambio oficial como con el dólar; es más, ese proceso solamente se
da en forma informal sobre los puentes internacionales y de acuerdo con la
oferta y la demanda, es decir, son los cambiadores los que determinan el valor
del peso ante el quetzal.
Pero
el incremento del quetzal ante el peso está afectando a los sectores
productivos agrícolas, tanto que han dejado de llegar los jornaleros a fincas
cafetaleras y a otros cultivos como la caña, mango y otros, bajo el argumento
que los salarios no son suficientes sobre todo cuando realizan el cambio de
moneda y prefieren quedarse en su país, en donde también se produce café.
Es
más, se considera que en el actual ciclo cafetalero ya no llegó el 50 por
ciento de los trabajadores chapines, aunque también las cosechas han caído a
consecuencia de las plagas como la roya del cafeto. En ese sentido, es menester
que se atienda lo relacionado a la paridad del peso frente al quetzal, que las
autoridades del ramo hagan estudios y determinen en forma oficial el tipo de
cambio de estas monedas y no quede a merced de los cambiadores en las puentes
fronterizos.
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