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miércoles, 16 de abril de 2014

ITINERARIO POLÍTICO//PEÑA VA CONTRA GOBERNADORES

 PEÑA VA CONTRA GOBERNADORES
Ricardo Alemán
En el Itinerario Político del pasado 9 de abril, titulado “Engañan a Peña Nieto y Matan Ley Educativa”, dimos cuenta de un puñado de congresos locales y gobiernos estatales “que engañan no solo a sus ciudadanos sino a todo el país; engañan al Congreso de la Unión y al mismísimo Enrique Peña Nieto”.
¿Y por qué el engaño? Porque al momento de armonizar sus leyes educativas estatales con la reforma constitucional en materia educativa, diputados locales de todos los partidos no sólo hicieron trampa al interpretar a su antojo y conveniencia la reforma constitucional, sino que violentaron la propia Carta Magna.
Y con ese engaño a los ciudadanos que votaron por ellos —y con la violación constitucional—, los legisladores de una veintena de congresos locales convirtieron en letra muerta la cacareada reforma educativa; esa que presume por el mundo el presidente Peña y que ha ganado el aplauso general.
En el fondo, los congresos locales —y sobre todo los gobiernos estatales que manipulan a dichos congresos— se burlaron de las instituciones del Estado mexicano; intentan engañar al Congreso de la Unión, a los partidos políticos, a los votantes que son los mandantes de esos diputados y se burlan de la Constitución y del propio presidente.
Por eso, ese 9 de abril preguntamos: “¿Dónde está la voz del secretario de Educación, Emilio Chuayffet, que no aparece por ningún lado? ¿Dónde están los líderes del Congreso, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa; Jorge Luis Preciado y Luis Alberto Villarreal; además de Miguel Barbosa y Silvano Aureoles, que presumieron una reforma educativa que nació muerta? ¿Dónde está el llamado Congreso Permanente, al que tomaron el pelo los diputados de los congresos locales? ¿Dónde están los presidentes de los partidos; César Camacho, Gustavo Madero y Jesús Zambrano? ¿Y dónde está el presidente, Peña Nieto, que parece no estar enterado del engaño?”.
Pues resulta que Peña Nieto no sólo sabía del intento de engaño de los congresos locales sino que —de inmediato— respondió con una contundente acción política. En un inédito del Estado mexicano, la oficina jurídica de Los Pinos promovió ante la Suprema Corte una controversia constitucional contra los congresos locales de Michoacán, Chiapas y Sonora, además de una controversia constitucional contra el gobierno y el congreso de Oaxaca. ¿Y cuál fue la razón de esa controversia?
Casi nada, que esos congresos y sus gobiernos violaron la Constitución en sus artículos en materia educativa, recientemente reformados. Y es previsible que la Corte obligue a los congresos en rebeldía y al gobierno en desacato constitucional a reponer el procedimiento legislativo y ajustarse al texto constitucional. El caso de Oaxaca, sin embargo, podría llegar incluso a la desaparición de poderes. ¿Por qué? Porque el gobernador Gabino Cué es el incitador de la violación constitucional.
Sin embargo, la histórica controversia es apenas el principio. O debiera ser el principio. ¿Por qué? Porque según Mexicanos Primero, “sólo los estados de Jalisco, Puebla y Tamaulipas cumplieron con excelencia” la armonización de la reforma constitucional en materia educativa. ¿Y eso qué quiere decir?
Simple, que el resto de los congresos locales están en falta. Algunos en falta grave, como Baja California, Coahuila, México, Guanajuato, Morelos, Nayarit, Querétaro y San Luís Potosí, Hidalgo, Nuevo León, Sinaloa, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Y peor, otros congresos llegaron al extremo de ocultar la reforma e impedir que se haga pública, para no exhibir el grado de violación constitucional. El caso más escandaloso es el de Quintana Roo.
En rigor, el asunto no es exclusivo de los congresos locales. No, en realidad esos congresos son una suerte de títeres de los gobiernos estatales. Lo curioso del caso es que los mismos congresos que hoy violaron la Constitución en materia educativa, son los que en tiempo récord aprobaron reformas constitucionales como la educativa y la energética.
Es decir, los congresos están en manos de los gobiernos en turno. Por eso, no es descabellado suponer que las controversias constitucionales iniciadas por la Presidencia de la República —y las que se pudieran iniciar en los próximos días y semanas— contra los congresos locales, en realidad es una disputa del presidente Peña Nieto con los gobernadores; los mismos que por la puerta de atrás pretenden derribar las reformas de Peña Nieto. ¿Lo permitirá el presidente? Al tiempo.