Del migrante y unos agentes

Por: Carlos Moran

El día martes, Kevin y Dayane, fueron detenidos por unos agentes del Instituto Nacional de Migración y llevados a un lugar que se llama “siglo XXI”, que no es un sitio de 5 estrellas y tampoco un hospital humano.

Ambos son cubanos y ya habían visitado registrándose en la COMAR 1, estaban en espera del correo para continuar con un proceso que…

Los agentes los despojaron de sus teléfonos celulares y están en calidad de prisioneros. Las madres de este par de cubanos están enterados del suceso y, si usted es madre o ha partido un hijo, ya se imagina cómo están estas mujeres.

Sé que es imposible controlar o que los agentes de migración, realicen un papel digno y en donde se respeten los derechos humanos de las personas.

Ingresar a una prisión en calidad de detenido simplemente por ser migrante, no debería ocurrir en Tapachula, cuando somos el oasis de tantos que buscan una vida mejor.

Sé que es imposible que un agente migratorio tenga la calidad moral y sensibilidad humanitaria, para respetar los derechos humanos cuando, muchos de ellos no son humanos.

En Tapachula se viven muchos atropellos por parte de las autoridades y, no es válido que se prive de la libertad a unos hombres que no están delinquiendo y menos, que se les robe lo poco que tienen para sobrevivir mientas encuentran un trabajo.

Sí usted es un ciudadano que no vive del dinero migratorio, tiene un hijo y ha sido formado con valores, tal vez pueda entender y sumarse a una campaña en contra de quienes detienen a migrantes perom, se dan la mano con los delincuentes.  

El tema es sucio, bastante sucio, pero nadie escribe ni levanta la voz por los atropellos que se cometen en contra de los hermanos migrantes pero si ovacionamos, cuando un agente de migración, con su sueldito, se compra una casa en Cuernavaca.

El tema migratorio no es un peligro para los ciudadanos del Soconusco, son simplemente mucho dinero, muchos dólares para quienes hoy portan un uniforme, deshonrando a sus jefes.

Mucho ojo, mañana puede ser usted o su hijo quien sufra un atropello. Esta vida es un boomerang y nuestras acciones buenas, son bendición para tus hijos; las malas, una maldición.