*Las mujeres campesinas e indígenas de México, luchan todos los días por el bienestar de sus familias: García del Horno
*Desempeñan un papel importante en la seguridad alimentaria y a favor de la salud, opina la ONU
Hoy, que se celebra el “Día Internacional de la Mujer”, es oportunidad de resaltar la importancia de que no solamente conducen con eficiencia sus hogares y toda clase de actividades que están a su alcance, sino reconocer que “son capaces de sacar adelante a sus familias; en instituciones de gobierno son muy eficientes y conducen con puntualidad y rectitud empresas y proyectos comunitarios, señaló Rafael García del Horno, secretario de Finanzas de la Fundación “Mejoremos al Campo”.
Apuntó que todos los días las
mujeres mantienen preocupación por reducir los índices de pobreza e ignorancia
que hay en México, en particular del medio rural, así tengan que arriesgar su
seguridad y sus vidas, con tal de conseguir los alimentos de sus familias que
esperan en sus hogares.
Las mujeres desempeñan un papel
importante en la recuperación del campo. Alrededor del 20 por ciento de las
parcelas ejidales del país, están en manos de mujeres y que muchos ejidos son
atinadamente dirigidos por ellas.
Se requiere ampliar su
presencia en las dirigencias de todos los niveles y fortalecer su acción en la
vida económica de los ejidos y comunidades, en la producción agroalimentaria y
en actividades colaterales como el comercio, turismo rural y la administración.
Millones de campesinas e
indígenas siguen marginadas de la educación, la salud, la alimentación y la
vivienda, cuando se ha demostrado que su participación es esencial para el
desarrollo del campo mexicano y de las familias campesinas.
De acuerdo con las Naciones
Unidas, las mujeres rurales
representan más de un tercio de la población mundial y el 43 por ciento de
la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan
a naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus
comunidades y ayudan a preparar a esas comunidades frente al cambio
climático.
Sin embargo, dijo García
del Horno, las campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples
aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus
homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos,
materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.
Tampoco disfrutan de un
acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia
sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.
La participación de la
mujer en el desarrollo rural de México, es creciente y cada vez se hace
indispensable apoyarlas en mayor medida. Representan el 51.4 por ciento de la
población nacional y 13 millones de ellas viven en pobreza extrema.
Al conmemorar el Día
Internacional de la Mujer, instituido por Naciones Unidas, esta organización se
pronunció por la consolidación de la organización de las mujeres en los
diferentes ámbitos de la vida social, política, económica y cultural, en un
marco de igualdad, inclusión y no de polarización.
Este día es conmemorado
en muchos países del mundo y recuerda la tragedia hace más de 100 años de 146
trabajadoras textiles. Hoy lo recordamos para eliminar la injusticia, para
destacar la lucha de las mujeres por sus derechos y para enaltecer la
participación histórica de mujeres como artífices del desarrollo de la
sociedad, lo cual da fe de la “plena participación de la mujer en condiciones
de igualdad en todos los ámbitos de la actividad humana”.
Las mujeres rurales
dependen en su mayoría de los recursos naturales y la agricultura para
subsistir, y representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial.
Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema
pobreza se encuentra en zonas rurales, es necesario garantizar su acceso a
recursos agrícolas productivos y contribuir a reducir el hambre y la pobreza en
el sector primario, finalizó García del Horno.
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