‣Disminuir
el consumo de importaciones para alcanzar una soberanía alimentaria
El cuidado e impulso del sector agrícola es de vital importancia para cualquier país. México sigue renovándose con programas que generarían mayores resultados de no ser porque este año la pandemia de covid-19 afectó la economía nacional. Sin embargo, el país sigue cuidando su seguridad alimentaria con reconocimiento a nivel mundial.
Hay que ser reiterativos en la importancia de estrategias que fortalezcan la estructura y la cadena productiva. Por ejemplo, la diversificación de exportaciones, que además de tener importantes acuerdos con América del Norte, es importante mantener los que se tengan con otros destinos, como China, Japón, Corea del Sur y la Península Arábiga.De igual forma, impulsar el uso de
biofertilizantes en lugar del glifosato, del que se sabe que es un potencial
cancerígeno, según la Organización Mundial de la Salud. Además, es tóxico en
organismos no humanos presentes en los ecosistemas rurales, como insectos, aves
y especies marinas, además de las plantas cuyo propósito es eliminarlas. México
dejará de usar este químico antes de 2024. El presidente Andrés Manuel López
Obrador manifestó que es complicado frenar su uso de manera tajante. “Hay
países en donde han buscado opciones y no han podido, pero nosotros estamos
obligados a invertir y buscar alternativas y al mismo tiempo no permitir el uso
del maíz transgénico”, dijo.
Este herbicida es el más usado en el
mundo y está asociado a cultivos de semillas genéticamente modificadas para los
agronegocios. Su principal productor es Monsanto, la empresa que controla el 90
por ciento del mercado internacional de semillas y que hace dos años fue
adquirida por Bayer.
El tema de las modificaciones genéticas
también debe ser considerado en las normas del agro mexicano. A pesar de que
México es origen de muchos productos agropecuarios, no ha logrado que el
mercado internacional ni el interno los tome en cuenta. En el caso del maíz,
Estados Unidos le ha hecho modificaciones genéticas y las han patentado, el problema
es que los productores mexicanos que las produzcan tienen que pagar por ellas.
Israel Castillo Cano, coordinador
general del Congreso Agrario Permanente de Veracruz, dijo la semana pasada que Estados
Unidos se llevó el maíz amarillo, ya que los mexicanos no lo supimos defender;
le hicieron modificaciones genéticas, lo patentaron y lo regresan con un costo
para poder producirlo.
Hoy, los principales productores de este
grano son Estados Unidos y China. México produce maíz blanco; sin embargo, el
precio al que se oferta no conviene a los productores y estos terminan
comprando el que se importa del Norte.
Recientemente se celebró el Día Nacional
del Maíz. Son los campesinos quienes lo han defendido desde hace 30 años,
rescatando las semillas originarias que se dan en diversas partes de nuestro
país.
Con la crisis que enfrentamos debido a
la pandemia de Covid-19, las políticas para el campo deben mejorarse. Las
acciones del gobierno federal están enfocadas en el apoyo de quienes realmente
producen lo que consumimos. La eliminación de programas que venían dando parte
del presupuesto a organizaciones se dieron debido a que el dinero nunca llegaba
a manos de quienes realmente lo necesitaban, ahora se pretende cambiar esto.
Pero es cierto que falta mucho por
alcanzar para hablar de una soberanía alimentaria. México depende todavía de un
80 por ciento de importaciones para garantizar el abasto de maíz, carne de
cerdo, de pollo, trigo, leche en polvo o fórmulas, cereales, semillas, frutos
oleaginosos y frutos diversos, a pesar de tener estados con alto potencial
agropecuario.
Incentivar la agroecología, como lo
venía haciendo la Semarnat, es un avance para alcanzar la soberanía que tanto
se desea. Está comprobado mundialmente que la calidad de los alimentos y que
estos sean sanos va ligado a la protección del medio ambiente.
Según la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la agroecología es el conjunto
de prácticas y un movimiento social que estudia cómo los diferentes componentes
del agroecosistema interactúan y además busca sistemas agrícolas sostenibles
que optimicen y estabilicen la producción.
El incremento de la población mundial,
que se estima será de 9 mil 500 millones de habitantes para 2050, la demanda de
alimentos incrementará en 60 por ciento. Por esto es urgente que los países
cambien sus técnicas de producción a unas más eficientes.
Aunque esta técnica no significa el
aumento en la producción, sí es más productiva, más eficiente y sustentable
para de esta manera abastecer de alimentos a la población. México debe producir
al menos el 75 por ciento de lo que consume, de acuerdo con la FAO, para lograr
la soberanía alimentaria.
DESDE
EL CENTRO
Al presidente de Estados Unidos
Donald Trump le es indiferente la salud de los estadounidenses. Lo ha
demostrado innumerables ocasiones. Recientemente al presentarse sin las medidas
necesarias para evitar la propagación del covid-19, que padece actualmente, y
saltarse la cuarentena de 14 días … Los inmigrantes siguen su travesía en busca
de una mejor vida; sin embargo, en tiempos de pandemia les es más difícil. Esta
semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó de la repatriación de
155 migrantes procedentes de Centroamérica… En la Confederación Nacional de Productores
Rurales, están hartos del junior Eduardo Orihuela Estefan, pues dicen, es un
cero a la izquierda…En el segundo trimestre de 2020, el producto
interno bruto (PIB) del sector agrícola en México se situó en
torno a los 392.000 millones de pesos mexicanos, lo que supuso una ligera caída
de alrededor del 0,1% en comparación con lo reportado durante el segundo
trimestre de 2019.
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