NI
HOSPITALES COLAPSADOS NI FILAS DE MUERTOS
Por:
Armando Rojas Arévalo
DESIDÉ: Grítame que estoy loco
o compárame con ya sabes quién, pero en torno a esto que la OMS ha calificado
de “pandemia” y del que yo empiezo a abrigar dudas y a pensar en hipótesis
diversas, hay mucha desinformación. Escasez de buena información oficial, por
un lado; por el otro, no solamente se distorsiona o hay demasiada información
falsa, sino que estamos en una especie de terrorismo mediático. Desde desdeñar
que el problema existe, como AMLO, hasta extremar precauciones como lo aconseja
LÓPEZ GATELL y que ni el Presidente hace caso, por aquello de abrazos y besos.
Dicen las autoridades
sanitarias: Lávense las manos cuando menos cada hora con jabón o úntense gel
con alcohol. Si se sienten afiebrados –con 38 grados, cuando menos-, NO vayan a hospitales,
refúgiense en sus casas, llamen a algún médico particular o llamen a la línea
de atención (que siempre está bloqueada). No nos dicen que tomemos cuando menos
paracetamol, para las molestias, ni nos dicen cómo guardar la famosa
cuarentena. Simplemente, no se muevan.
Pero, aparte, el gobierno ha
tomado la decisión de adelantar las vacaciones y prolongar un mes el descanso
escolar.
Mucha información falsa, como
ésa de que JOSÉ KURI murió y ahorita el hombre, por fortuna, ya está saliendo
de la gravedad.
Cronistas y conductores de
radio que se espantan y critican porque se cierran fronteras y aeropuertos, y
otros más que critican porque no se cierran ni se clausuran o posponen eventos.
Se espantan porque el Presidente va a eventos masivos y reparte abrazos. O declaraciones
peregrinas como la de LÓPEZ GATEL que dice que el Presidente no tiene fuerza de
contagio, sino “fuerza moral” ¿A quién dar gusto?. ¡Abráse visto!
Se informa que la pandemia ha
invadido 137 países, hay 150 mil afectados y han muerto casi 6 mil enfermos.
Pero, perdona que no siga la corriente a quienes dicen que esto es muy
delicado, no he visto imágenes de China, Italia o España de hospitales
colapsados por el volumen de enfermos, ni fila de muertos esperando turno para
el horno crematorio (porque, creo que, ante epidemias contagiosas como ésta del
coronavirus, hay que quemar cuerpos para evitar la propagación). He visto más
brigadas de gente vestidas de blanco, como astronautas, que enfermos. No he
visto amontonamiento de cadáveres ni en hospitales, ni en funerarias, ni en las
calles. ¿Si son miles de muertos, dónde están? Si son miles y miles de
enfermos, ¿dónde están?
No he visto noticias de las dos
Corea, que son vecinas de China, donde nació la presunta pandemia. No he visto
noticias ni fotos de Irán, Israel, Egipto y Arabia Saudita. Tampoco de
Singapur. Mucho menos de Dubai. Es más, los chinos ya salen a bailar a las
calles, porque ya se acabó la epidemia. ¿Y los miles de muertos que dicen hubo?
¿No estaremos frente a un
simulacro mundial para prepararnos sobre algo más grave que podría venir? ¿Qué
es? No sé, si lo supiera ya lo estaría diciendo.
Muchos países han cerrado sus
fronteras y aeropuertos. ¿Así de grave?
No quiero decir que hagamos
caso omiso de las recomendaciones –vagas, por cierto- y que las mandemos al
diablo, ni que salgamos a la calle como lo hacemos cotidianamente. Hagamos caso
de que esto podría ser muy serio, tanto como que el dólar está en 23 pesos, que
todas las escuelas están cerradas, que hay poco tránsito de vehículos y las
plazas comerciales están semi vacías.
DE OTRAS COSAS, el pasado
viernes 13, se publicó en la red una nota en la que se hace referencia a una
propuesta de la plataforma Change.org donde se piden firmas para la renuncia
del presidente LÓPEZ OBRADOR por una supuesta “incapacidad mental”. Después de
hacer una revisión a la mayoría de las personas que ya firmaron esta iniciativa
que no tiene ningún reconocimiento jurídico en México, la solicitud tiene poco
más de un año; sin embargo, tuvo un nuevo auge en el transcurso de la semana
que bien podría explicarse como una consecuencia de la baja de popularidad del
jefe del ejecutivo.
MIENTRAS TANTO, los padres de
Ayotzinapa y campesinos y guerrerenses en general que piden “libertad para los
presos políticos”, ya agarraron como vicio tomar las casetas de las autopistas
México-Cuernavaca y Cuernavaca-Acapulco para pedir “cooperación” a los
automovilistas que usan esas carreteras. Los han indemnizado varias veces, pero
ya les convino asaltar las casetas casi todos los días.
Hace unos días que pasé por la
de México-Cuernavaca unos sujetos ensombrerados me pararon y pidieron
“coperacha” para dejarme pasar. Cuando pregunté a un policía de caminos, por
qué no los detenían si está fuera de la ley y es de todos los días, me
respondió “La orden viene de arriba, jefe”.
Vil negocio.
A PROPÓSITO, ya fue localizado
CARLOS “N”, hijo de MELITÓN ORTEGA, vocero de los padres y madres de los 43
normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala,
Guerrero, mágicamente ya está en su casa. Sus parientes y amigos ya se
preparaban para pedir cooperación en las casetas.
El joven “desapareció” la tarde
del 7 de marzo. De acuerdo con la denuncia de su familia (interpuesta el 11 de
marzo), el joven salió de su trabajo a las 18:00 horas, su jefe lo trasladó en
su vehículo a la Bodega Aurrerá sur, ubicada en la avenida Ruffo Figueroa 2, en
la colonia Burócratas, en Chilpancingo, y no llegó a su casa.
LA UNAM SUSPENDIO CLASES a
partir de hoy, por el coronavirus. Como académico de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales en paro desde la primera clase del semestre, me pregunto
cómo vamos a hacer para salvar este ciclo escolar si la UNAM ya cerró sus
puertas. Fíjate, a todos los maestros y estudiantes nos tocó la primera clase,
pero las posteriores ya no, porque un grupo de 30 chicas activistas decidió
cerrar el plantel. Dicen que on line, pero supuestamente estamos en paro.
¿Entonces?
DONALD TRUMP está por decidir
cerrar la frontera de su país con México, pro el coronavirus. Qué poca. El
pretexto sirve para apretarnos más el cuello.
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