Por: Gonzalo Egremy
PRESUPUESTO FEDERAL A LA BAJA
+Estiman que al decrecer el dinero para el ejercicio
fiscal 2020, el gobierno cancela esperanzas de autosuficiencia alimentaria.
+No habrá recursos suficientes para el desarrollo
agropecuario, pesquero y forestal, y menos para investigadores en todas las
ramas de la producción.
.-Al principio de la presente
administración de gobierno, los hombres y mujeres del campo mexicano recibieron
con agrado el cambio de estrategia en la política de desarrollo del sector
agropecuario, pesquero y forestal.
Gustosos recibieron la noticia sobre el
Programa de Autosuficiencia Alimentaria, signado el 8 de febrero, así como el
restablecimiento de los precios de garantía para granos básicos, oleaginosas,
así como leche, y el de reforestación nacional, afirma el comunicador, Pascasio
Taboada Cortina.
Pero bastó
que el Congreso de la Unión recibiera el Proyecto de Presupuesto Especial
Concurrente 2020, “para que el gozo se fuera al pozo”.
Agrega: “De por sí, el presupuesto de 2018 fue de 75 mil millones de
pesos para el sector rural; el ejercicio para 2019 bajó a 65 mil millones y en
2020 el proyecto es de 46 mil millones. Esto significa una reducción del orden
de 30 por ciento, sólo de un ciclo a otro.
De acuerdo
con las condiciones deficitarias de alimentos en que la actual administración
recibió al país, lo menos que podría suponerse sería la aplicación de programas
de emergencia con todo el apoyo del Estado.
Esto, debido
a que México importa volúmenes que, en conjunto, ascienden al 40 por ciento de
la demanda nacional de granos como maíz, frijol, arroz, trigo, pasta de soya y
de alimentos pecuarios como carne de res, cerdo y leche.
El sistema
productivo nacional del campo se ha estancado por razones de sobra conocidas:
insuficiencia de crédito; política errática de precios y comercialización,
bajos índices de inversión sobre todo del sector social (no hay recursos
propios de los productores ni apoyo oficial para la modernización del parque de
maquinaria e implementos) y, muy importante, que el avance de la ciencia y la
tecnología fue prácticamente cancelado.
Hace 25 o 30
años, México contaba con alrededor de mil investigadores en todas las ramas de
la producción, con la encomienda de ‘liberar’, cada año, nuevas variedades de
semillas de granos básicos y de productos industriales, como café y cacao.
Exportaba semilla certificada de trigo a Europa y Asia.
Hoy, el
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias,
INIFAP, no tiene más de 600 y la mitad de ellos en edad y tiempo de servicios
para pensionarse o jubilarse, sin conocerse ahora mismo cuál es la cuantía del
último recorte.
Lo que sí se
sabe, es que el nuevo presupuesto redujo los recursos fiscales para estos
efectos, en 96 por ciento, de manera que dejar sólo el 4 por ciento, es nada.
Respecto del
concepto “déficit agroalimentario”, la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura, FAO, recomienda que, cuando un país alcanza
un déficit en alimentos del 25 por ciento de su demanda, debe emprender
acciones para evitar que se amplíe, so pena de enfrentar riesgos de seguridad y
soberanía alimentaria.
En México el
sector agropecuario privado considera que es positivo que el gobierno federal
apoye en buena medida al sector social del campo. Incluso reconocen los
agroexportadores que los mexicanos tenemos una gran deuda con los campesinos y
en general con el sector social del país, “por los índices de pobreza”, pero no
están conformes que se reduzcan los recursos fiscales porque “los descobija”.
En concreto,
el proyecto de presupuesto para 2020, reduce e incluso desaparece recursos muy
importantes para diversos programas. Un ejemplo lo tenemos con el
desmantelamiento del crédito. La Financiera Nacional para el Desarrollo
Agropecuario, contó este año con 238 millones de pesos y la dejan en cero; a
FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura y Productividad)
de 243 millones, queda en 2020 en cero.
“El Fondo de
Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR) de 210 millones, queda en
2020 también en cero. El efecto de estos números, en resumen, se refleja en
encarecimiento del crédito, de las garantías y la cartera de crédito decrecerá
en su calidad y se espera más cartera vencida”. Esta es la opinión y protesta
de los agricultores exportadores.
Las bajas
presupuestales abarcan también a temas como los de comercialización, los de
Sanidad e Inocuidad, el programa para los estados; la concurrencia a las
entidades federativas, disminuye a cero; en productividad pesquera también se
reduce el apoyo en 70 por ciento; el fomento a la agricultura, como
investigación, innovación y desarrollo, lo reducen en 96 por ciento.
El Consejo
Nacional Agropecuario señaló recientemente su preocupación por la orden de
desmantelar las consejerías agropecuarias en el mundo. “El día 31 de octubre es
la fecha para quitar las representaciones comerciales en China, Japón, Bélgica,
Uruguay, Canadá y Francia”, señaló su presidente, Bosco de la Vega.
Esta
situación se da en momentos en que los agroexportadores mexicanos romperán
nuevamente el récord en la balanza comercial. En 2018 se tuvo un registro por
valor de 36 mil millones de dólares en exportaciones; en el presente se espera
cerrar con 38 mil millones de dólares. Esto indica que el superávit en nuestra
relación con EU y Canadá, será de 6 mil millones de dólares.
Desde el
punto de vista económico, la cantidad monetaria que ingresa al país por efecto
de las exportaciones, se ubica por arriba del valor de las divisas que genera
el turismo, de las remesas y de la exportación del petróleo.
Una idea de
la importancia que merecen las consejerías en el extranjero, es de señalar que
países socios de la Alianza del Pacífico, como Chile, tiene 54
representaciones; Perú, 33; Colombia, 26. “México se quedará con dos, nada
más”, afirmó De la Vega, y sostuvo que “nos pondrá en una seria desventaja”, y
tiene razón, ¿no cree usted?//Salud.
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