Por: Enrique Alfaro
En 1997, luego de
un largo dominio priísta, Porfirio Muñoz Ledo fue el primer diputado de
oposición (PRD) en presidir la cámara federal de diputados sin ser del grupo
parlamentario mayoritario. En esa condición le tocó responder de manera muy
crítica el tercer informe del presidente Ernesto Zedillo. Andrés Manuel López
Obrador era presidente nacional de Partido de la Revolución Democrática,
instituto en el que yo militaba activamente, y celebrábamos la democratización
de uno de los parlamentos mexicanos.
Hoy Morena alista
una reforma a la ley orgánica del congreso para que, como en tiempos del PRI,
mantengan la presidencia de la mesa directiva y pueda permanecer en esa
posición el mismísimo diputado Porfirio Muñoz Ledo, sin que exista obligación
legal de reconocer el turno a otro grupo parlamentario.
La actual
composición de la bancada morenista no es el resultado del mandato de las
urnas. Diputados de otros partidos se le han sumado, de manera oportunista,
traicionando el voto de su electorado.
Hoy, Morena actúa
peor que el PRI y AMLO va a callar porque él dio la orden.
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