‣Con apoyo a investigación y
trasferencia de tecnología México puede lograr el “sueño dorado” de la
autosuficiencia en arroz
‣Necesario iniciar estudios contra el “Añublo
bacterial”, enfermedad que recientemente ha sido detectada en nuestro país, la
cual por su agresividad puede
reducir el rendimiento hasta 75% en infestaciones severas
Hace
más de dos décadas México era autosuficiente en producción de arroz; hoy
importa 80% de sus necesidades y por esta sinrazón, dado el potencial que hay
para producirlo, se fugan 5 mil millones de dólares.
Leonardo
Hernández Aragón es uno de lo investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP) que más conoce el cultivo del arroz y
que a sus 86 años sigue siendo un innovador en el estudio del cereal. Todo el
conocimiento acumulado por más
de cinco décadas de experiencia respalda su
afirmación de que nuestro país puede recuperar la autosuficiencia en producción
de arroz en un sexenio; siempre y cuando se apoye la investigación, la producción
de semillas de alta calidad,
la trasferencia de la tecnología, la divulgación y programas de
extensionismo a los productores con nuevas y mejores herramientas tecnológicas.
En
las parcelas de arroz del Campo Experimental del INIFAP en Zacatepec, Morelos,
el experto cuyo trabajo lo ha llevado a ser reconocido por el Instituto
Internacional de Investigaciones Arroceras (IRRI) de Filipinas como
“investigador latinoamericano destacado” y a tener la membresía del Sistema
Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, reconoce que México
en la actualidad produce sólo
250 mil toneladas de arroz, pero llegó a cosechar más de 800 mil
toneladas por año, las cuales eran suficientes para abastecer el consumo
nacional.
Empero,
agrega, dado que de los años ochenta a la fecha se ha incrementado la población
y ha decrecido la producción “hoy estamos importando más del 80% de lo que consumimos,
es decir casi un millón de toneladas, principalmente de arroz delgado” y “esto significa
la fuga de alrededor de 5 mil millones de dólares que a la paridad actual peso-dólar
es bastante dinero, el cual si logramos ser autosuficientes en arroz se quedaría
en México para apoyar los programas sociales que impulsa el gobierno mexicano
actual”.
Nuestro
país no ha podido ser autosuficiente en este cereal –expone Hernández Aragón--
porque hace mucho tiempo el Estado Mexicano desatendió la investigación
agropecuaria y forestal; en cultivos básicos prácticamente se dejó de hacer
mejoramiento genético para generar variedades; solo en el estado de Morelos se
siguió apostando a la mejora genética arrocera, donde se obtuvieron las variedades de la serie
Morelos.
El
experto reconoce que en años recientes se ha contado con apoyo del CONACYT en
algunos proyectos, pero
se requiere que el INIFAP retome el programa de mejoramiento genético para generar mejores variedades para las
distintas condiciones ecológicas del país y con un manejo agronómico adecuado se ampliará la superficie y aumentará
la producción, y poco
a poco recuperaremos la autosuficiencia como se tuvo en los ochenta y parte de
los noventa, antes de que se implementara el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN).
El
investigador comenta que en México en la actualidad la superficie sembrada con
arroz no es mayor a 40 mil hectáreas, pero en los años ochenta se cultivaron
200 mil hectáreas, de las cuales 50% eran temporaleras, sobre todo en Veracruz,
Tabasco, Campeche y Chiapas y el resto bajo riego. Solo en Sinaloa se llegaron a
cultivar bajo riego 100
mil hectáreas –con variedades resistentes al acame desarrolladas por el
investigador-- y hoy no llega ni a mil. El cereal prácticamente dejó de
cultivarse porque fue desplazado por maíz y hortalizas de exportación; pero esa entidad tiene clima,
agua y suelos para alta vocación
arrocera, y puede reconvertir cultivos.
Pero,
agrega, en la vertiente del Pacífico (trópico seco) también hay potencial en
Nayarit, Colima, Jalisco y parte de Michoacán, mientras que en la vertiente del
Golfo (trópico húmedo) el cultivo de arroz tiene amplias perspectivas en
Tamaulipas, y en la Cuenca del Usumacinta que comprende parte de los estados de
Tabasco y Campeche, donde el arroz de temporal se ha ido convirtiendo en
cultivo bajo riego, aún con la poca infraestructura hidráulica con la que
cuentan los productores.
Nueva amenaza
Hernández
Aragón y su equipo han desarrollado variedades del arroz con resistencia a Pyricularia en temporal para el
sureste y
así contrarrestar los efectos del cambio climático en Tabasco, Campeche y
Veracruz; recientemente también
aportaron las variedades INIFLAR RT, INIFLAR R, Pacífico FL 15 y Golfo FL 16
que pueden alcanzar rendimiento de ocho a diez toneladas por hectárea, con
grano de buena calidad industrial y resistentes a las enfermedades que
comúnmente atacan a este cereal.
Sin
embargo, una preocupación que tienen los investigadores ahora son los posibles
brotes del “Añublo bacterial”, enfermedad que lesiona
las plantas y causa avanamiento del grano, y que en casos severos puede dañar
hasta 75% de los cultivos.
De
acuerdo con los análisis del doctor Sergio Ramírez Rojas, colega de Hernández
Aragón en el Campo Experimental Zacatepec, realizados a cuatro muestras de
grano de algunas variedades de arroz colectadas en Campeche en 2017 y 14 en Nayarit
en 2018, en los
laboratorios de Fitopatología del Campo Experimental de Zacatepec del INIFAP y
del Colegio de Postgraduados Campus Montecillo, el principal daño en todas las
muestras se debió a la presencia de la bacteria Burkholderia glumae que causa el “Añublo bacterial”.
Para
evitar que esta enfermedad cunda por todas las zonas arroceras del país, es
necesario estar alerta e implementar lo más pronto posible un proyecto de
investigación para obtener, en cinco o seis años, variedades resistentes, lo
cual requiere la inversión
de recursos y de tiempo. El estudio tendría un impacto positivo en el cultivo
de arroz en México
Leonardo
Hernández hace hincapié en la necesidad de impulsar la generación de nuevas
variedades de arroz, a través del restablecimiento del programa de mejora varietal,
incluyendo la línea sobre tolerancia a sequía en
arroz de temporal, que se abandonó por falta de recursos.
El
experto comenta que los rendimientos del país son de 6.3 toneladas por hectárea promedio,” no es
tan malo”, pero en Morelos alcanza hasta 10 toneladas con variedades de ciclo
largo de 180 días. Con las nuevas
variedades que podemos generar queremos llegar a una media de 7.5 toneladas. Países
como Estados Unidos y Brasil andan por las 7.5 toneladas en promedio, pero
Egipto alcanza hasta 9 toneladas y China 8 toneladas por hectárea.
Por
último, Hernández Aragón remarca: “estoy seguro que podemos lograr el sueño
dorado que es llegar a la autosuficiencia en arroz como se alcanzó hasta
principios de los años noventa”.
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