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viernes, 12 de julio de 2019

Epistolario


¡Que le regrese su chulel!
Por Armando Rojas Arévalo
SELENE: Mientras el pashon lanzaba cohetes en el atrio de la sui géneris iglesia de San Juan Chamula, la curandera le torcía el cuello a la gallina ofreciéndosela a San Juan para que le ayudara a regresar su chu lel (espíritu o ánima) a JACINTO y este volviera a ser el hombre que se levantaba de madrugada para ir a la milpa, que en la noche su mujer y él intercambiaran calor y fuera la cabeza de familia dando consejos y regaños. O sea, que volviera a ser inteligente, fuerte y con sentido común.
En el interior del templo, por el que se cobra la entrada, había una mezcla de olores que mareaba la conciencia. Olía a juncia (hoja de pino), pero un intenso aroma a copal y de la parafina de miles de velas encendidas se impregnaba en la ropa, en el cabello, en los zapatos, en los muros. Los kashlanes –guías mestizos- trataban de explicar los rituales a los turistas, pero éstos, aturdidos por los olores que invadían la atmósfera y embelesados por la música plana y monótona del acordeón y la guitarra de distintos grupos de feligreses que se arremolinaban frente a los santos, seguían al grupo demashes que sin el disfraz de monos pero con el cuerno paraposh en la cintura, no daban crédito a lo que sus ojos veían. Aquel escenario sincretista –entre católico y pagano- los tenía con la imaginación puesta en el pasado o tratando de recrear un mundo nuevo para ellos..
Hombres, mujeres, niños y ancianos de una misma familia rogaban, sentados y hasta acostados en el suelo de la iglesia, que regresara la salud a alguno de sus parientes, o que les fuera bien en la cosecha de maíz, o que en el caso de JACINTO San Juan le ayudara a que su chulel le regresara al cuerpo.
Los rezos en tsotsil en cientos de bocas, caían como una catarata inentendible en el piso cubierto de juncia. Unos hombres tomaban posh con refresco; otros, acostados boca abajo con los brazos extendidos hacia adelante y las manos juntas, imploraban el milagro. JACINTO estaba como “ido”, la curandera piensa que le hicieron brujería y le pide ahora a San Juan que le ayude a regresar a su chulel porque ha de andar perdido entre los montes.
Afuera del templo hacía calor. Adentro era como un horno. Las miles de velas encendidas despedían un calor que se sentía en la cara como un fogonazo.
-Con estos chamarros y las faldas de lana escardada que usan las mujeres, cómo se han sentir”, balbuceó mi acompañante imaginando que aquello sería insoportable en calor y olores del cuerpo.
Hay curanderos y curanderas. Las más efectivas, dice mi amigo el kashlam, son las mujeres. Son buenas para que elchulel encuentre el camino de regreso al cuerpo del chamula.
El chulel es muy importante. Sin él, el hombre anda como perdido; como cuando los mestizos se enamoran enloquecidamente de una mujer. Andan como los amorosos de SABINES. Su conciencia es de otro. No piensan las cosas antes de hacerla. Un día dicen una cosa, otro día dicen y hacen otra.
Ah, caray, exclamé en mis adentros. Eso se me hace conocido. Pensé en alguien que debe venir por acá para ver si le ayudan a que regrese su chulel.
Pensé en ese alguien cuyo timón pareciera anda fallando. Seguramente su chulel se salió del cuerpo y anda perdido entre pueblos y ciudades. Hay que ayudarlo a que regrese su ánima.
CÓMO LAMENTO el fallecimiento de mi amigo ARMANDO RAMIREZ.
EN CONTRAPARTE, felicito al colega EDUARDO ARVIZU por su nombramiento como director de Comunicación Social del INAI. ¡Vaya paquete en tiempos como estos en que la comunicación social anda como barca a la deriva y en los que tanto medios como periodistas exigen información clara, transparente y precisa!
MIENTRAS, indígenas desplazados a Aldama, en el norte poniente de Chiapas, sufren los embates de grupos paramilitares que los tienen asolados. El gobierno del Estado también anda con su chulel extraviado, aunque eso ya no es de extrañar porque así entró.
CADA VEZ que el Presidente usa los servicios de una línea aérea y por problemas de agenda no llega a tiempo al aeropuerto, la línea se va retrasando en sus llegadas y salidas en todo el país. Eso me ocurrió anoche en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, con la pésima Vivaaerobús. Saldríamos a las 10.15 de la noche, y lo hicimos, por un retraso, a las 12.25 de la madrugada. Llegamos a la casa a las 3 de la mañana. Ni una disculpa nos ofreció.
En lo sucesivo, si vuelvo a salir trataré de no usar esa línea aérea.



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