Por: Gonzalo Egremy
FOTO DE: redes del sur |
DESPLAZADOS
POR VIOLENCIA
+En Chiapas,
concretamente en la región de Los Altos del estado, sobreviven miles de
desplazados de sus comunidades.
+El
desplazamiento de grupos de indígenas tiene su raíz en disputa de territorio y
por la religión, y ha generado mucha violencia.
.-Los primeros desplazados
de sus comunidades fueron habitantes de San Juan Chamula, por profesar la
religión evangélica o los llamados Testigos de Jehová.
Los jefes políticos de ese
municipio, acordaron por los años 80´s que ningún habitante de ese lugar podría
profesar otra religión distinta a la católica tradicional que practican desde
muchísimos años.
Por ese motivo fueron
corridos de San Juan Chamula, miles de familias que se refugiaron en San
Cristóbal de las Casas formando la Colonia La Hormiga.
Sin embargo, por disputas
de tierras o control político de los Ayuntamientos Municipales, surgieron en
los últimos años varios conflictos más con funestos resultados al encontrarse
armados los grupos.
En el municipio de Aldama
se encuentran desplazados en las montañas más de cien familias por ataques de
presuntos paramilitares de Chenalhó.
Otros desplazados son del
ejido Puebla de Chenalhó y de Ocosingo, y la periodista, Sandra de los Santos,
del portal Chiapas Paralelo, describe ambos casos.
“El
gobierno del estado de Chiapas les pide a los desplazados de Chenalhó regresar
al campamento
Desde hace nueve años, 10
familias desplazadas de la comunidad Cintalapa municipio de Ocosingo viven
hacinadas en una bodega porque fueron desplazadas de su lugar de origen.
El gobierno del estado de
Chiapas no ha pagado desde hace 11 meses la renta de ese inmueble,
donde están refugiados y han sido amenazados con ser desalojados.
Las familias desplazadas,
conformada por 38 personas entre ellas 14 niños y 12 mujeres, se unieron al
plantón que mantienen afuera de palacio de gobierno los desplazados de la
comunidad Puebla municipio de Chenalhó. En ese lugar se han congregado los
diferentes grupos de desplazados.
Eva Méndez Núñez, una de
las desplazadas de la comunidad Cintalapa relataba la situación de zozobra en
la que se encuentran porque temen de ser desalojados cuando el coordinador de
subsecretarios del gobierno del estado, José Alberto Gordillo Flecha llegó al
campamento acompañado de personal de la Fiscalía General del Estado, Protección
Civil y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El funcionario de gobierno
se fue, directamente, a hablar con el director del Centro de Derechos Humanos Ku´untik,
Diego Cadenas Gordillo, quien es el abogado de las personas desplazadas.
Le dijo que el gobierno
del estado estaba abierto a negociar con ellos y les pedía a los refugiados del
ejido Puebla regresar al campamento ubicado en San Cristóbal de las Casas.
La comitiva de enviados
del gobierno fue rodeada por las y los manifestantes, quienes le recordaron al
funcionario que tenían cinco minutas que solo se habían cumplido de manera
parcial y que los problemas de fondo por lo que se originaron los desplazamientos
no se han resuelto.
José Alberto Gordillo
Flecha ignoraba la situación de los otros grupos de desplazados y se limitaba a
hablar de los del ejido Puebla.
El funcionario de gobierno
no se dirigía a las y los indígenas que le reclamaban a pesar que ellos,
directamente, se quejaban de la falta de respuesta a sus demandas. Todo el
tiempo solo miraba al abogado.
Tanto las personas
desplazadas como el director del Centro de Derechos Humanos le señalaron al
coordinador de subsecretarios de gobierno que no tienen las condiciones de
seguridad para retornar al campamento de desplazados porque han sido amenazados
por el grupo paramilitar que los sacó de su comunidad: “Venimos acá para no
morir allá” le dijeron al funcionario, que no era capaz de ver a los indígenas
que le recriminaban la falta de atención del gobierno del estado.
En más de una ocasión,
durante el encuentro, el funcionario terminó alzando la voz y confrontando lo
dicho tanto por el abogado como las y los indígenas.
Los grupos de desplazados
que llevan cuatro días en plantón señalaron que se reunirán de nueva con las
autoridades hasta que les resuelvan las minutas ya firmadas”, concluye la
reportera, Sandra de los Santos.
Y lo más lamentable es que
por la disputa de tierras, por la religión y el control político de aquella
zona indígena, hayan resultado heridos en los enfrentamientos, y las
autoridades poco o nada ha podido hacer, que es más condenable, ¿no cree usted?//Salud.
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