Por:
Bernardo Graue Toussaint
Ha sido un trapecista de la
política. Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega ha ocupado, durante
su larguísima carrera política, toda clase de cargos públicos. Ha sido, además,
Presidente Nacional del PRI y del PRD;
diputado federal del Partido del Trabajo (PT) y candidato presidencial por
el extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). Sumamente
polémico. Por donde ha pasado ha dejado huella, en lo positivo y en lo
negativo. Unos lo consideran brillante, otros como un oportunista y otros
tantos como un profesional de la traición. Hoy Preside la Cámara de Diputados
por MORENA.
UN
RETRATO
Cuando Porfirio Muñoz Ledo era
candidato Presidencial por el PARM en el año 2000, Patrocinio González Garrido
(ex gobernador chiapaneco y ex Secretario de Gobernación) se enteró de que Muñoz
Ledo se expresaba públicamente de él como “Patrosimio”, por lo que le dedicó un
inusitado y durísimo desplegado a media plana, impreso en diversos diarios
nacionales, el 25 de abril del año 2000 (hecho verificable consultando
cualquier hemeroteca respecto de la edición impresa de ese día) en los
siguientes términos:
_"Porfirio:
_
“Como voy a seguir al margen de
todo asunto político y no quiero gastar tiempo o dinero polemizando contigo,
mejor te hago una propuesta. Tú te dejas
de hacer el chistoso con mi nombre y me tratas con el respeto que siempre me
tuviste, y yo no te digo maricón, como te han dicho nuestros compañeros desde
la secundaria.”
“Conozco tu incontrolable
compulsión para jugar con los cambios, los que sean, porque así lo has hecho
siempre, tanto en los partidos políticos, que con las lealtades para quienes te
dieron la mano, o en tu permanencia matrimonial y tus preferencias sexuales,
que enuncio sólo como ejemplos de una lista casi inagotable de tus
peculiaridades.”
“Para ti todo ha sido y todo es
cambio, por eso no es extraño que te resulte natural intentar ahora cambios con
mi nombre, en una actitud compatible con tu frustración y edad, ya casi
septuagenaria, que te ha convertido en el senil gordito, de tipo chile relleno,
rebosante de alcohol, soberbia y traición que ahora, en mi ausencia, se quiere
graduar de chistoso haciendo mofa de mi nombre, cuando siempre te faltaron las
estructuras biológicas necesarias para siquiera intentarlo cuando yo actuaba en
la vida pública.”
Patrocinio
González Garrido"
Impactante fue en aquellos días
(y se puede comprobar) el silencio de la clase política y de los medios
informativos ante ese agrio desplegado. No hubo una sola voz en defensa de
Muñoz Ledo ni reproches a las afirmaciones de González Garrido. Tampoco
querellas judiciales por parte de Muñoz Ledo. Parecía una reyerta entre un
patético personaje del PRI (Patrocinio) contra otro igual de patético
(Porfirio). Lo duro no fue el contenido, sino el silencio de toda la clase
política. La cara descompuesta de Muñoz Ledo la noche del debate presidencial
(el mismo día de la publicación) fue la única expresión al respecto.
UN
AUTORRETRATO
Una perla en la vida de Porfirio
Muñoz Ledo fue su memorable discurso, en la Cámara de Diputados, en Respuesta
al V informe de Gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, relativo a los
hechos sangrientos de la masacre de Tlatelolco en 1968. Fue la voz de quién hoy
preside la Cámara de Diputados por MORENA:
“Con la más estricta objetividad
podemos afirmar que los conflictos sociales que tuvieron lugar en México, y que
llegaron a poner en peligro la paz pública, no dejaron como saldo el más mínimo
incremento de poder de influencia a favor de quienes se oponen a la
transformación acelerada y a la autonomía del país”.
“Entre estas instituciones
guarda un papel prominente el Partido Revolucionario Institucional, cuyos
principios y programa de acción están ordenados precisamente según el
pensamiento que hoy confirma, esclarece y afianza con actos el más distinguido
de sus miembros: Gustavo Díaz Ordaz”.
“Como miembro de este partido y
como mexicano que confía honestamente en el destino de la nueva generación, nada
me ha conmovido más hondamente en el texto del V Informe que el valor moral y
la lucidez histórica con que el Presidente de México reitera su confianza en la
‘limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos’”
El cuestionable y polémico “retrato” de Patrocinio González Garrido y el
“autorretrato” del propio Muñoz Ledo defendiendo aquélla masacre (curiosamente
hace 50 años), hablan del hombre que hoy preside la Cámara de Diputados. Será
este personaje quien colocará la banda presidencial, el 1 de diciembre, a
Andrés Manuel López Obrador. Vaya pues…
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