Tapachula, Chis
Juan Manuel Matali.-En 1989 desapareció el Instituto Mexicano del Café y desde
entonces la crisis en ese sector ha sido permanente; el Inmecafé se encargaba
de la organización, investigación, desarrollo tecnológico, financiamiento,
comercialización y promoción de la industria cafetalera, no ha existido un
organismo que llene ese vacío; es más, años después corrió la misma suerte el
Banco de Crédito Rural (Banrural) y en la actualidad no existe ninguna
institución que atienda a ese sector en forma integral.
Por su parte la red maya de organizaciones orgánicas su director
Jorge Aguilar Reyna dijo que la reaparición de forma severa de la roya naranja
en el año 2012 dejó en claro que no hubo capacidad de respuesta de las autoridades
y hasta ahora, en todos los estados productores está presente y con el riesgo
de que vuelva a afectar las plantaciones, aunque las cosechas no se han
recuperado del todo al caer hasta en más del 50 por ciento. Es más, el
Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica)
carece de fondos para atender esa problemática y utiliza los destinados a la
broca, la otra plaga de mayor impacto en el café que se encuentra actualmente
controlada.
Son 29 años después y ante el cambio de gobierno que las decenas
de organizaciones productoras de café del país han decidido plantear la
creación de una institución única que atienda al sector cafetalero como en su
momento era el Inmecafé, porque en la actualidad son muchas las dependencias que
están inmiscuidas y ninguna da una respuesta clara. Las secretarías de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa),
Desarrollo Social (Sedesol), Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Conadepi), tienen fondos para atender el
café y en forma dispersa, no se sabe realmente en qué invierten esos recursos.
Reyna En las últimas administraciones federales y estatales no
se le dio importancia al sector cafetalero, ello a pesar de que solamente en
Chiapas se calcula que más de un millón de personas dependen de esa actividad y
la gran mayoría son campesinos e indígenas que viven en condiciones de pobreza
y alta marginación. En el país, el padrón de productores registraba a más de
650 mil, pero también las crisis recurrentes, las caídas de la producción y la
falta de apoyo efectivo hizo que miles de ellos abandonaran la actividad.
Las organizaciones de productores de los 13 estados en donde se
cultiva el aromático están planteando la creación de una Comisión Federal del
Café que asuma el papel que hace tres décadas tuvo el Inmecafé, pero que además
coordine todas las acciones y programas que se diseñen desde otras dependencias
federales y las instituciones de financiamiento, con la participación de los
cafetaleros. Las propuestas que se están elaborando salen de foros, uno de
ellos se realizará hoy en Tapachula, cuyos resultados serán presentados al
equipo de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y al
del gobernador electo, Rutilio Escandón Cadenas, tomando en cuenta que Chiapas
es el principal productor en el país tanto del aromático convencional y
orgánico.
A las organizaciones productivas cafetaleras se han sumado
instituciones de educación superior y centros de investigación, quienes están
convencidos en la necesidad de crear un organismo coordinador que aglutine a
todo el sector, porque la Asociación Mexicana del Café (Amecafé) y conformada
por algunos grandes productores e industriales y tampoco la Comisión Especial
para la Atención Integral del Café de la Sagarpa, no han tenido la capacidad
para hacerle frente a la problemática que enfrenta ese sector productivo, uno
de los más importantes generadores de divisas para el país por sus
exportaciones a pesar de la baja en las cosechas.
Las políticas públicas cafetaleras deben sustentarse en un marco
de referencia legal para tener validez, ya que estas van ligadas al uso de los
recursos públicos; por lo tanto, deben planearse a corto, mediano y largo
plazo. Eso es lo principal que se debe plantear al nuevo gobierno, para
instrumentar una estrategia que vaya más allá de una administración, sino que
busque el crecimiento de esa industria y que beneficie a todos los eslabones de
la producción, no solamente a los comercializadores e industrializadores, sino
también a los campesinos que trabajan la tierra.
Hoy que la producción está apenas recuperándose después de la
caída sufrida a causa de la plaga de la roya naranja, surge la necesidad de
invertir en el sector primario para conservar y fortalecer a ese cultivo, uno
de los que deben ser más prioritarios para las nuevas administraciones federal
y estatal, porque millones de personas dependen de esa actividad y
lamentablemente lo hacen en condiciones de pobreza y marginación, cuando es el
café el generador de riqueza, pero lamentablemente no en el campo.
El nuevo gobierno tiene que contar con sensibilidad política y
social indispensable para enfrentar el problema cafetalero, que de no atenderse
de forma integral se puede convertir en uno de seguridad nacional, porque con
la caída de las cosechas está llegando el aromático de otras naciones, no
solamente en forma legal sino también de contrabando como ocurre por la
frontera sur y esa es otra amenaza para el sector.
Por ultimo Aguilar Reyna dio el banderazo de salida a un
contenedor de café con rumbo a estados unidos texas con 22 toneladas de café de
la más alta calidad.
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