Por: Raúl Ríos Trujillo
¿Cerraremos sexenio con un gobernador provisional
de tres meses en Chiapas?
Esta
pregunta ha rondado por la cabeza de algunos enterados y muchos se la han
respondido con conjeturas lógicas, pocos la han mencionado en voz alta,
pareciera que lo evidente no se quiere decir por temor a despertar otra vez el
monstruo de la inestabilidad política, lo cierto es que es un hecho, siendo el
gobernador Manuel Velasco Suárez senador plurinominal lo propio es que tome
protesta como nuevo legislador el próximo 1 de septiembre, ante lo que debería
renunciar antes de ese día a la gubernatura de Chiapas. ¿Lo hará?
Cuando
mencionamos que el actuar correcto y propio dentro de los cánones de la
política sería renunciar a la gubernatura para asumir su nuevo encargo, estamos
hablando del cumplimiento de un código que la nueva generación de políticos, a
los que pertenece el todavía gobernador de Chiapas, se ha encargado de hacer
añicos, digamos que después de todas las aberraciones que hemos visto en los
últimos meses ni se vería mal una raya más al tigre.
No
mencionaremos la forma en la que tanto Miguel Ángel Mancera y el propio Manuel
Velasco llegaron a figurar en las listas de candidatos plurinominales aun
estando en funciones de una gubernatura (en el caso de Mancera de la jefatura
de gobierno de la Ciudad de México), lo cierto es que una vez en la carrera
-haya sido como haya sido reza el refrán popular- poco importará romper una
tradición moral más.
Hay
que escribirlo, es la primera vez en la historia de nuestra democracia que se
ve a un gobernador (o a un equivalente jefe de gobierno) en funciones asumir un
escaño inmediato por representación proporcional a cualquier espacio dentro del
poder legislativo, por lo tanto, todo es nuevo a partir de eso.
En
otras palabras, es legítimo, la Suprema Corte de Justicia y el propio INE
avalaron la propuesta, pueden hacerlo, Miguel Ángel Mancera será legislador,
también Manuel Velasco Coello, tienen el derecho de participar como actores
políticos y ciudadanos mexicanos avalados por la carta magna. ¿Cuál será la
forma en la que decidirán asumir esta nueva figura? Ese es otro asunto.
Hasta
ahí podemos dejar de comparar a ambos personajes, Miguel Ángel Mancera y Manuel
Velasco, lo más seguro que pase con el primero es que renuncie a su
responsabilidad antes y asuma como legislador el 1 de septiembre, el segundo en
la lista; Manuel Velasco Coello, es harina de otro costal.
Probablemente
en el caso de Velasco Coello es que no pase nada y no renuncie, llegará el día
de la toma de protesta y su suplente Jesús Sesma asumirá como senador para que
Velasco lo sustituya en enero del 2019; luego de entregar el poder en Chiapas.
Quizá
esta no sea una forma tan gloriosa de llegar al senado pero sí es una forma
segura y sobre todo circunstancial y tácticamente inteligente, Manuel Velasco
al ostentar la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO)
tiene la responsabilidad de entregar al próximo presidente de la república
Andrés Manuel López Obrador buenas cuentas, su llegada a este órgano
extrajuridiscional y su desempeño en estos meses nos ha revelado que la
posición del chiapaneco es clave en la transición de los poderes.
No es
gratis, cada pieza en el tablero hará lo que tenga que hacer para que empate el
rompecabezas, lo escribimos en estas líneas desde antes y ahora lo refrendamos,
jugada maestra de la política, sin adjetivos calificativos, para la próximos
colaboración analizaremos el panorama de los siguientes meses.
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