Por:
Miguel Jorge
Una de las razones por las que los científicos no saben mucho sobre la historia magnética de esta región del planeta es que carece de lo que se llama datos arqueomagnéticos: evidencias físicas del magnetismo en el pasado de la Tierra, preservado en reliquias arqueológicas de épocas antiguas. Una época pasada pertenecía a un grupo de africanos antiguos, los cuales vivían en el valle del río Limpopo, que limita con Zimbabwe, Sudáfrica y Botswana: regiones que se encuentran dentro de la Anomalía del Atlántico Sur actual.
Se piensa que el debilitamiento
actual en el campo magnético de la Tierra (que se ha estado produciendo durante
los últimos 160 años) es causado por un depósito de roca densa llamada African Large Low Shear Velocity Province, una que se
encuentra a unos 2.900 kilómetros debajo del continente africano.
Image: NASA |
Se sabe que el campo magnético
de la Tierra se encuentra en un estado de debilitamiento. De todos los lugares
del planeta, una región de África sufre una anomalía más peligrosa que en el
resto. Una nueva investigación ha marcado el inicio de este
fenómeno como parte de un patrón que dura más de 1.000 años.
La Tierra está envuelta en un
campo magnético dipolar que se origina en el núcleo del planeta. Este campo se
mueve a medida que el núcleo fluye y, tras largos períodos geológicos, se puede invertir pasando el norte magnético al sur (y
viceversa). No pasa nada, de hecho, se trata de un proceso que puede durar
hasta miles de años, y la última vez que ocurrió fue hace unos 780.000 años,
aunque se volvió a cerrar hace unos 40.000 años.
De ocurrir esta inversión de los polos, el principal problema radica en que durante el proceso la intensidad del campo magnético que protege nuestro planeta de la radiación solar variaría más de lo normal.
De ocurrir esta inversión de los polos, el principal problema radica en que durante el proceso la intensidad del campo magnético que protege nuestro planeta de la radiación solar variaría más de lo normal.
Dicho esto, nadie tiene la
certeza de saber si se avecina otro cambio inminente, sobre todo por la falta
de datos. Sin embargo, los investigadores llevan años estudiando cualquier
pista que pueda ayudar a predecir en la medida de lo posible esa hipotética
inversión.
Y es justo en este punto donde
se enlaza esa región que preocupa y que los investigadores llaman Anomalía del Atlántico Sur: una gran extensión del campo
que se extiende desde Chile hasta Zimbabwe. Los científicos dicen que el campo
es tan débil dentro de la anomalía que es peligroso para los satélites de la
Tierra al entrar en contacto, ya que la radiación adicional que deja pasar
podría interrumpir sus dispositivos electrónicos. Según el físico Vincent Hare, de la Universidad de Rochester:
•Hace tiempo que sabemos que el
campo magnético ha cambiado, pero no sabíamos si esto era inusual para esta
región en un plazo más largo, o si era normal.
Una de las razones por las que los científicos no saben mucho sobre la historia magnética de esta región del planeta es que carece de lo que se llama datos arqueomagnéticos: evidencias físicas del magnetismo en el pasado de la Tierra, preservado en reliquias arqueológicas de épocas antiguas. Una época pasada pertenecía a un grupo de africanos antiguos, los cuales vivían en el valle del río Limpopo, que limita con Zimbabwe, Sudáfrica y Botswana: regiones que se encuentran dentro de la Anomalía del Atlántico Sur actual.
Según el último estudio, hace aproximadamente 1.000 años, estos
pueblos bantúes llevaron a cabo rituales en tiempos de dificultades
ambientales. Durante los períodos de sequía, quemaban sus chozas de arcilla y
granos, en un ritual de limpieza sagrado para hacer que las lluvias volvieran,
sin saber que realizaban una especie de trabajo de campo científico
preparatorio para los investigadores siglos después. Como explica el geofísico
John Tarduno:
•Cuando se quema arcilla a
temperaturas muy altas, en realidad se estabilizan los minerales magnéticos, y
cuando se enfrían desde estas altas temperaturas, se encierran en un registro
del campo magnético de la tierra.
Así fue como un análisis de los
artefactos antiguos que sobrevivieron a estas quemas revelaron mucho más que
las prácticas culturales de los antepasados de los africanos del sur de hoy. “Encontramos
evidencia de que estas anomalías han sucedido en el pasado, y esto nos ayuda a
contextualizar los cambios actuales en el campo magnético”, cuenta Tarduno.
Como una “brújula congelada en
el tiempo inmediatamente después de la quema”, los artefactos revelaron que el
debilitamiento en la Anomalía del Atlántico Sur no es un fenómeno independiente
de la historia. De hecho, existieron fluctuaciones similares en los años
400-450 CE, 700-750 EC, y 1225-1550 EC, y el hecho de que haya un patrón
explica que la posición de la Anomalía del Atlántico Sur no es una casualidad
geográfica.
Image: Universidad de Edimburgo / NASA |
Los investigadores sugieren que
esta región densa, que existe entre el hierro líquido caliente del núcleo
externo de la Tierra y el manto más rígido y frío, perturba de algún modo el
hierro que ayuda a generar el campo magnético de la Tierra.
De estar en lo cierto, habrían
dado con gran parte del rompecabezas del debilitamiento del campo, y todo
gracias a esa quema de arcilla de la antigüedad. El hallazgo ayudará a los
geólogos a comprender mejor cómo y por qué los polos magnéticos de la Tierra se
revierten de vez en cuando, y tal vez incluso ayuda a predecir cuándo volverán
a dar otro salto. [National Geographic, The Conversation, Geophysical Review Letters]
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