MEXICANOS YA
NO CREEN EN LAS PROMESAS DE CADA SEIS AÑOS
No hace mucho
que el gobierno presumió que en esta administración los trabajadores han
recuperado el 40 por ciento de su poder adquisitivo, fantasía que en cualquier
parte de la República se desmiente. Hoy el kilo de carne de res se cotiza al
consumidor en un promedio de 140 pesos, el kilo de huevo se ofrece en la
capital del país hasta en 40 pesos y en algunas entidades norteñas ha llegado
casi al doble. La leche, necesaria para los niños, cuesta unos 18 pesos el
litro, si bien es cierto que LICONSA la regala a peso en regiones marginadas
con el objetivo de cambiar el alimento por votos para el PRI, como sucedió en
mejores tiempos para el institucional con los llamados Tortibonos.
Lo anterior
viene a cuento debido a que hoy el sistema neoliberal festeja con ganas de
quedarse con lo poco que ganan quienes viven sobre todo en las grandes
ciudades. Para ello se aprovecha del Día de la Amistad que nada de amistoso
tiene por parte de quienes gobiernan y mienten al decir que se vive mejor que
antes, cuando no cesan los aumentos de precio a la gasolina, la energía
eléctrica, el gas, el diésel –básico para las actividades agropecuarias y
pesqueras—; en servicios y demás artículos cada vez más lejos de la mayor parte
de la población que gana apenas el salario mínimo de 88.36 pesos diarios, lo
que va acompañado de más despojos a los derechos de los trabajadores del campo
y de la ciudad.
Según el
Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, la perspectiva de los
trabajadores asalariados en México, de entre los 101 millones de pobres que
considera el investigador Julio Boltvinik en sus diferentes niveles de pobreza,
es morir de hambre, pues el nivel de vida continuará descendiendo hasta límites
sobrecogedores.
El Reporte de
Investigación 128 que se dio a conocer el pasado 31 de enero, resalta que en
las últimas décadas más de seis millones de campesinos han sido despojados de
su tierra y de su relativa tranquilidad. Han sido arrojados al camino de la
miseria y la violencia, de la migración forzada, a la delincuencia, o en el
mejor de los casos, a diferentes actividades económicas, con cada vez más empleo
precario informal o formal.
La economía
mexicana ha enfrentado un crónico, raquítico e insuficiente crecimiento
económico durante las tres últimas décadas y las perspectivas y proyecciones
económicas, políticas y sociales del Estado, para los próximos años amenazan
con no dar para más. El partido político actualmente en el gobierno (PRI) junto
con su candidato a la Presidencia de la República –José Antonio Meade
Kuribreña— impulsa, como siempre, una política dogmática basada en la absoluta
sumisión y la continuidad, garantizada por un probado, disciplinado y sumiso
tecnócrata egresado del ITAM.
Por otro
lado, en los círculos cercanos y en las propuestas de gabinete de todos los
otros partidos políticos, incluyendo aquellos que se llaman de izquierda, proliferan
también los funcionarios que están en contra de las clases trabajadoras, van
desde aquellos viejos priistas hoy disfrazados de la “esperanza de México”
–Andrés Manuel López Obrador-- hasta abiertos entusiastas en favor de la
depredación del campo mexicano por trasnacionales como Monsanto.
Los
especialistas de la Facultad de Economía de la UNAM dicen también que todo ese
espectro de los partidos políticos que durante 2018 estarán volteando al pueblo
sólo para pedir votos y luego olvidarse de sus promesas vacías y lemas de
campaña. Y advierten que sea cual sea el que gane, habrá seis años más de lo
mismo para el pueblo mexicano. Más pobreza, inseguridad, impunidad, corrupción,
represión y despojo. No obstante, los académicos universitarios reconocen que
todo lo enumerado no es el fin y que de alguna manera tendrá que llegar el
cambio.
Mientras
tanto, se refieren al salario mínimo en México y lo califican de
inconstitucional ya que claramente, exponen, no es suficiente para satisfacer
las necesidades materiales, sociales y culturales de un jefe de familia, ni
para proveer de educación obligatoria a sus hijos.
Al contrario,
acusan, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) sólo ha servido
para quitar alimentos de la mesa de los trabajadores y negar el acceso a la
educación a sus hijos. La pérdida acumulada del poder adquisitivo en treinta
años, del 16 de diciembre de 1987 al 26 de octubre del 2017, es del 80.08%,
medida de acuerdo a la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR).
De acuerdo
con su reporte titulado Otra derrota social y política de las clases
trabajadoras: los aumentos salariales que nacieron muertos, hace tres meses el
salario mínimo era de 80.04 pesos diarios, mientras que el precio de la CAR
llegó a 245.34 pesos diarios, es decir con el salario mínimo únicamente se
podía adquirir el 32.62 por ciento de la canasta. A esto se suma el hecho del
poco control que ha tenido el Estado sobre el incremento de precios de los
bienes indispensables, incurriendo en el incumplimiento del artículo 28
constitucional, párrafo tercero, donde se indica que “Las leyes fijarán bases
para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o productos que
se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular, así
como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos
artículos, materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones
innecesarias o excesivas provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza
de precios. La ley protegerá a los consumidores y propiciará su organización
para el mejor cuidado de sus intereses”.
Con gráficas
los economistas de la UNAM sostienen que sólo ha existido un momento en la
historia reciente donde el salario permitía adquirir los alimentos
recomendables y después de ello tener un sobrante. Las fijan el 16 de diciembre
de 1987, hace 30 años, fecha en la que con un salario mínimo alcanzaba para
comer y hasta un poco más, desde entonces no ha existido la posibilidad de
recuperar el poder adquisitivo. Prueba de ello es que de 2015 a estos días la
Canasta aumentó 44,33 pesos, pero los minisalarios ni siquiera 10 pesos.
Detallan
además que para poder comprar la Canasta Alimentaria en 1987 eran necesarias 4
horas y 53 minutos, por lo que le restaban al trabajador 19 horas y 7 minutos
para transportarse, comer, asearse, convivir con su familia, salir a pasear,
dormir, etcétera. Sin embargo, en enero de 2013 el tiempo de trabajo necesario
para adquirirla ya era de 21 horas con 13 minutos. Y tres años después, el 16
de octubre de 2016, únicamente le quedaban 7 minutos, en total, para realizar
el resto de sus actividades, debido a que el tiempo necesario que había que
laborar para alcanzar la CAR era de 23 horas con 53 minutos. Al 26 de octubre
de 2017 el tiempo de trabajo necesario para comprar la CAR ha sobrepasado un
día completo llegando por primera vez a las ¡24 horas con 31 minutos!
Finalmente, a
menos de un año de terminar el sexenio de Enrique Peña Nieto, aseguran los del
CAM de la UNAM que se ha registrado una de las mayores pérdidas del poder
adquisitivo de las últimas décadas. Y recuerdan aquél discurso presidencial
relacionado con el último incremento salarial de 80.04 a 88.36 pesos diarios:
“Con este aumento, en los últimos cinco años, el salario mínimo ha tenido una
recuperación de 20 por ciento en términos reales; esto es, 45 por ciento en
términos nominales, lo cual no había ocurrido hace más de 30 años”.
Una
declaración totalmente fuera de la realidad, comprobada a diario por más de 100
millones, según Boltvinik, de miserables. Feliz Día de la Amistad.
DESDE EL CENTRO
La
trasnacional mexicana Grupo
Bimbo acaba de comprar Grupo Mankattan, una de las principales industrias
panificadoras de China… Hoy es gran día para los productores de flor… El Comité
por la Defensa de los Derechos Indígenas de Oaxaca denunció agresión en
Miahuatlán con saldo de tres asesinados. Los hechos sucedieron, dicen en
comunicado, luego de reunirse con gente del gobernador Alejandro Murat… Otra
agresión denunciada fue contra el Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ).
Regresaban de la Ciudad de México después de protestar contra la Secretaría de
Energía (SENER) a la que exigen la cancelación definitiva del Proyecto
Hidroeléctrico Coyolapa Atzala, propiedad de Minera Autlán. Acusan al alcalde
de Tlacotepec de Díaz, Puebla, Cirilo Trujillo Lezama, porque está al servicio
de la empresa, lamentamos el terrible accidente de la caravana de Marichuy, en
el que perdió la vida la concejala Lucero
Islava.
Guillermo Correa Bárcenas: 044 55 31 90 09 82
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