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Con la sexta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) ya en marcha en Montreal y la Administración Trump
anunciando aranceles especiales a las importaciones de paneles solares y lavadoras, la supervivencia del acuerdo
comercial a tres bandas mantiene en vilo a México, Canadá y a las empresas
estadounidenses. México desplumaría industria avícola de Estados Unidos si termina el
TLCAN.
No es para menos. Según un análisis de la Business Roundtable, una
asociación que agrupa a los principales empresarios del país, la salida de
Estados Unidos de este tratado, en vigor desde 1994, culminaría en una
destrucción de 1.8 millones de empleos a medio plazo en el país.
"La mayoría de las pérdidas de empleos afectarían a los
trabajadores menos cualificados en la industria manufacturera, el sector
agrícola y el área de servicios", indica el informe elaborado por Trade
Partnership Worldwide por encargo de la Business Roundtable. Al tiempo, los
salarios y otros ingresos caerían ente un 0.9 y 1.9%.
La rescisión del TLCAN implicaría un alto coste de los aranceles a las
exportaciones e importaciones de Estados Unidos, lo que reduciría la
competitividad de sus empresas. Paralelamente, las exportaciones
estadounidenses a Canadá y México se reducirían en un 17.4 % y el poder de
compra de los ciudadanos americanos caería en casi 654 dólares, debido al
incremento de los precios y la caída de los sueldos por los posibles gravámenes
comerciales.
Joshua Bolten, presidente y consejero delegado de la Business
Roundtable, explicó en un comunicado que "la terminación del TLCAN
reduciría permanentemente el empleo, las exportaciones y la producción
económica del país, beneficiando así a nuestros competidores a costa de los
trabajadores y las empresas estadounidenses".
En busca de encontrar solución al Presupuesto más allá del próximo 8 de
febrero, el primer borrador de lo que se supone será el plan de inversión de
infraestructuras de la Casa Blanca, cuyo valor ascendería hasta el billón de
dólares, fue filtrado por el portal de noticias Axios.
A lo largo de las seis páginas se determina que el grueso de las
asignaciones, un 50%, se destinarán a una "iniciativa de incentivos de
infraestructura" que fomentaría la inversión estatal, local y privada
mediante incentivos en forma de subvenciones.
Por otro lado, un "programa de infraestructura rural" asumiría
un 25% del dinero total y ofrecería subsidios para el desarrollo en áreas rurales
con la intención de mejorar el acceso a las mismas y ofrecer banda ancha, entre
otros objetivos. Otro 10 por ciento se destinaría a un "programa de
proyectos transformadores".
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