FUGA DE CAPITALES (ESPECIAL) |
•"Las plantas productivas en México que exportan
productos a Estados Unidos son las más vulnerables a identificar un atractivo
en cambiarse de domicilio fiscal"
FORBES 2017-12-21
"Después de la
tormenta de reveses legislativos registrados desde enero de este año, la
reforma fiscal parece un respiro en la turbulenta administración de Donald
Trump, pero mientras que para Estados Unidos la medida representa la oportunidad
de atraer más inversión y para elevar los salarios, en México ocasionará la
salida de capitales por 10,000 millones de dólares (mdd), y es solo uno de los
múltiples impactos que orbitan al plan que aprobó el congreso estadounidense.
Las modificaciones
que afectarán a la economía mexicana se concentran en el cambio en tasas de
impuestos de repatriación de capitales, con la cual se busca que las empresas
estadounidenses con operaciones en México envíen sus utilidades a ese país en
lugar de reinvertirlas en territorio nacional, advirtió Gabriela Siller,
directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE.
“Esto también
presionará a la salida de capitales de México, pues considerando que el corto
plazo se repatrie solo el capital que está en efectivo, se estima una salida de
más de 10,000 millones de dólares. Con esto, es muy probable que el tipo de
cambio nuevamente se vea presionado al alza”, señaló Siller.
Este miércoles 20 de
diciembre de 2017, el Congreso de Estados Unidos aprobó la reforma fiscal, lo que
incluye la disminución del impuesto corporativo de 35% a 21%, así como la
exención fiscal de 20% para los dueños de negocios sobre sus utilidades y
renueva la manera en que se cobran tributos a las multinacionales, al exentar
dividendos de subsidiarias extranjeras, a través del Sistema de Exención por
Participación sobre Rentas Mundiales.
Con la tasa de
impuestos corporativos, que es menor a la de México, las empresas podrían
cambiar sus decisiones de crecer o producir en el largo plazo, ocasionando pérdida
de empleos y salida de capitales, añadió la especialista.
La aprobación ocurre
solo después de que nuestro país recibió 341,000 millones de pesos (17,000
millones de dólares según el tipo de cambio actual) de enero a octubre gracias
al programa gubernamental de repatriación de capitales impulsado por el
gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
MANUFACTURAS, LAS
MÁS AMENAZADAS.
El sector
manufacturero, en el que se integran hasta 10 tipos de actividades económicas,
sería el más afectado por la ganancia de competitividad para Estados Unidos
ante el recorte de las tasas corporativas y otras medidas incluidas en la
reforma fiscal.
Las plantas productivas
que exportan productos a Estados Unidos son las más susceptibles a
encontrar atractivo mudar su domicilio fiscal al país del norte, señaló Juan
Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en
entrevista telefónica con Forbes México.
Ante los temores que
se desataron por la aprobación del “Tax Cuts and Jobs Act”, como la disminución
de inversión en el país y la competitividad, resulta necesario que el gobierno
federal integre una reingeniería fiscal sin que esto signifique la homologación
de la tasa de Impuesto Sobre la Renta (ISR) y siempre a través de un análisis
exhaustivo de los efectos de la reforma de Trump, opinaron diversos
especialistas en entrevista.
Una de las medidas
más sugeridas es la de reducir el ISR para las empresas, sin embargo, debe
hacerse a través de un plan paulatino para evitar perder el balance fiscal.
“El impuesto corporativo
federal baja del 35 al 21%, pero dejar de hacer deducible el impuesto estatal
correspondiente, eso significa que las empresas en Estados Unidos pagarán el
21% de Impuesto Sobre la Renta Federal más el impuesto estatal de ISR, en promedio
este es de 6%, lo que significa que nuestra tasa irá compitiendo con un
promedio de 27% en los Estados Unidos”, señaló el líder empresarial.
Pese a que existen
todo tipo de predicciones, no hay un cálculo preciso o una visión clara del
impacto que tendrá la reforma fiscal en el país por sus proporciones, señaló
Héctor Villarreal Páez, director general del Centro de Investigación Económica
y Presupuestaria (CIEP).
“Habrá que analizar
en los siguientes meses lo que puede pasar en términos de cambio, mercados
financieros, cierto tipo de inversión en maquinaria en diferentes países. Hay
efectos posibles, pero no todos en la misma dirección y habrá que irlo
digiriendo poco a poco”, apuntó el académico.
Las inversiones no
se caerán de la noche a la mañana debido a que han sido años de construcción de
cadenas de valor; sin embargo, los efectos recaudatorios podrían ser más
amplios.
“Si homologas y
bajas la tasa del 30 al 21%, pierdes más de un punto del PIB de recaudación,
esto para el sistema fiscal mexicano sería muy costoso”, explicó Villarreal
Páez.
La reingeniería fiscal
no debe de ser el único objetivo del gobierno federal para evitar la pérdida de
competitividad del país ante Estados Unidos, sino asegurar las inversiones del país
a través del combate a la corrupción y la protección del Estado de Derecho,
consideró Adriana Berrocal, presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas
(IMEF).
“Más allá de pensar
que la respuesta es replicar esta Reforma, nos tenemos que referir a la
seguridad jurídica de las inversiones, que en los últimos 20 años se ha apoyado
con el Tratado de Libre Comercio pero que internamente poco hemos hecho para
incrementar esa seguridad a nuestros inversionistas y que es un punto muy
significativo en la toma de decisiones de a dónde llevan sus capitales”, señaló.
¿QUÉ LE PASARÁ AL
SECTOR AUTOMOTRIZ?
En 2018, el sector
automotriz no solo tendrá que lidiar con los posibles cambios por la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
también deberá hacer frente al impacto por la reforma fiscal en Estados Unidos.
“El sector
automotriz podría verse impactado por el tema de inversiones, lo cual podría
causar un crecimiento más lento del sector. Es poco probable que una armadora
automotriz o de autopartes, la cual requiere de una inversión inicial sumamente
amplia, decida y tenga la capacidad de cerrar todas sus operaciones y cambiarse
a Estados Unidos en el corto plazo”, comentó Siller, de Banco BASE.
La analista no descarta
que compañías estadounidenses que cuentan con plantas en el territorio nacional
decidan mover la producción de algún tipo de autoparte o modelo de vehículo a
EU.
Juan Francisco
Torres-Landa, socio director del despacho Hogan Lovells BSTL, coincidió en que
el cambio tributario de Estados Unidos puede ocasionar una disminución de
inversiones automotrices e industrias terminales.
“Las inversiones se
planean a muchos años, lo que sí puede afectar es que alguna empresa que está
en proceso de manufactura, tal vez su nivel de competitividad ya no será el
mismo, y en lugar de que produzca 100 autos ahora fabricará el mínimo”,
ejemplificó el especialista.
De enero a noviembre
de 2017, las exportaciones de vehículos ligeros (automóviles y camiones
ligeros) llegaron a 2.84 millones de unidades, lo que significó un aumento de
11.7% en comparación con el mismo periodo de un año antes, de acuerdo con datos
de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
En los primeros 11
meses del año, Estados Unidos bajó su participación en las exportaciones de México
a 75.4%, lo que significa 1.6 puntos porcentuales menos que en igual periodo de
2016, arrojan datos de la asociación. lrc"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario