La última vez que apareció en los medios nacionales
el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, fue cuando el titular del Fondo de
Fomento Económico del estado, Óscar Ochoa, le agradeció y le adaptó la canción
de “El Rey” de José Alfredo Jiménez.
Para José Narro, secretario de Salud, la última
aparición fue cuando declaró que no era momento de adelantar una candidatura
rumbo a 2018: “sí, la tengo muy tomada (la decisión) y no ha variado, es
esperar los tiempos”.
Ambos personajes tienen prioridades muy claras, y
ninguna se relaciona con la salud de los chiapanecos.
Eso fue lo que reveló el reportaje publicado ayer en
Animal Político sobre al menos 31 hospitales que se inauguraron, en los que se
invirtieron cientos de millones de pesos, que sólo sirvieron para que estos
personajes tuvieran una foto oficial que presumir.
El trabajo de la periodista Margarita Vega debió
caerles como un balde de agua helada a esos que reposan en su zona de confort.
Imagino sus caras y las de todo su equipo cuando
leyeron el título “Salud en Chiapas: sólo para la foto”, con una hermosa fotografía
de ellos dos con un marco dorado, seguido de un párrafo que exponía la
podredumbre moral.
“En Chiapas ya es costumbre construir clínicas y
hospitales... cerrarlas al día siguiente del acto protocolario o dejarlas en el
abandono. Suman 31”. Un trabajo periodístico realizado con el apoyo del Grupo
de Información en Reproducción Elegida.
Animal Político documentó la inauguración de un
hospital en el municipio de Yajalón, con la presencia del gobernador Manuel
Velasco y el secretario José Narro, apenas el 11 de mayo pasado. Había camas,
equipo de hospital, enfermeras, médicos, todo lo que un hospital necesita… por
lo menos para la foto. Después del evento, los doctores desaparecieron y
camionetas dejaron vacío el hospital. No es el único caso, es una costumbre
para el gobierno chiapaneco. Como ésta hay más de 30 estampas iguales.
La respuesta del secretario de Salud de Chiapas,
Francisco Ortega, es increíble. El responsable de la salud estatal justificó lo
ocurrido el pasado 11 de mayo como una “inauguración en etapas”. “Hoy estamos
precisamente terminando el 85 por ciento de la capacitación del personal,
estamos precisamente en estos días, se está terminando con la última etapa que
es el término de exhaustivos, climatización integral del hospital”, así se lo
dijo a la periodista Denise Maerker en entrevista radiofónica.
Para ellos no hay nada malo, aquellos que sólo
sonríen frente al flash desconocen de aquellos que ante una emergencia médica
deben viajar hasta 4 horas a otra región, aunque en el camino pasen por grandes
hospitales, nuevos, pero sin operar.
Cuando le preguntaron al titular de Salud de
Chiapas, no vaciló en contestar que es común inaugurar hospitales que no
funcionan, que es parte del protocolo. Supongo que se refiere al protocolo mexicano.
Más aun, al protocolo de una clase política que se aprovecha de una necesidad
básica para inflar cifras que los hagan parecer que trabajan.
Imagino la conversación en las oficinas de Narro y
Velasco:
–¿Cómo se atreven? No saben absolutamente nada de la
entrega de infraestructura.
–Lo mismo pasa con las autopistas, se inauguran,
pero no están terminadas, es normal…
–¿No se acuerdan de cuando el Presidente inauguró la
autopista Salamanca-León? Tenía entrada sin salida, esto es por etapas…
–No entienden nada en Animal Político.
- Pésimo trabajo.
No hay disculpas, no hay consecuencias por esta
simulación. Así opera el gobierno mexicano. Vende espejitos y lucra
políticamente con los más pobres, en lo que más duele: la salud.
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