Vinicio
Portela Hernández
Antes
del medio día la Diputada Federal, María Elena Orantes, baja en un helicóptero
en la pista de Protección Civil de Tuxtla Gutiérrez, en el antiguo Aeropuerto
de Terán y se dirige a una de las oficinas con otras personas. Luego de una
hora de atraso, casi a la una de una tarde, se aparece toda ella, ataviada con
un vestido de encaje, delgada y bronceada, con el pelo teñido de castaño con
pequeñas luces chocolate.
La
diputada caminaba platicando efusivamente con el Legislador Eduardo Ramírez
Aguilar, quien escuchaba la charla atentamente. Ella, la Nena, caminaba como
caminan los que saben que van a celebrarlos, como quién sabe que tendrá los
aplausos y las porras.
Uno
de los andenes estaba dispuesto con el escenario, en su cabecera se observaba
en letras monumentales el apellido “Orantes”. Todos querían saludar a la
hermosa mujer que encabezaba el contingente de varones, casi todos uniformados
con guayaberas blancas o celestes, pero ella, María Elena, era quien robaba
cámaras, acaparaba miradas y saludos, ella más delgada que nunca, tanto así que
las curvas que presumía en su juventud ahora quedaron olvidadas en una figura
espigada y esbelta.
El
tumulto, la ceremonia tradicional de la estrechadera de manos, los besos en las
mejillas y los arrumacos se extendieron por varios minutos que inquietaron a la
muchedumbre acarreada de la academia de Protección Civil y a los ciudadanos
que, no tan, libremente fueron al evento.
Por
al fin llegaron a su destino, un presidium donde faltaron sillas, donde siempre
un político oportunista quiere estar, pero ya no entra y se conforma con
pasividad que le da una “Selfie” con homónimos de medio pelo. Otros, los que
aspiran subir un escalón en la cartelera política se conforman estar en la
décima fila, con brazos cruzados y fotos postrados entre chuchada, donde no hay
la brisa que conforta el terrible calor que produce una carpa de 40 metros.
El
maestro de ceremonias inicia con otra tradición, la de mencionar los nombres de
los políticos destacados, la del saludo con la mano derecha y los golpes de
pecho, la de los ademanes de sencillez que reflejan que están con el pueblo
pero que al mismo tiempo son muestra de está al frente, en la cumbre.
Pero
ya era tiempo de que se empezaran a tirar de tapete y que mejor que iniciar con
el Secretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, quien no encontró
más palabras en el diccionario para halagar a la Diputada Orantes, quien a
pesar de que tenía otras cosas más importantes que atender que escuchar a
multifacético funcionario, como buscar quién le pasara sus lentes, aplaudió el
discurso que no escuchó.
No
entraré en detalles, pero antes de presentar su informe La Nena dio paso a un
video donde los integrantes de la Comisión de Protección Civil de la Cámara de
Diputados se desvivieron en halagos, obsequio, mimo, agasajo, alabanza,
arrumaco, caricia, coba, fiesta, carantoña, cucamona y adulación para ella,
para su Presidencia, hubo un momento que solo faltó que dijeran que la Legisladora
hacía milagros, que era una Santa o una Virgen “luchadora” por Chiapas.
Lo
demás fue cosa de los mismo, María Elena Orantes fue un reflejo de sus orígenes
priistas, un discurso de zalamería para los diputados y asistentes destacados,
de historias de la protección civil y de su informe nada, letra hueca, de
lisonja para el Coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Fuentes
Espinosa, y todo por quedar bien con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, así que la que se servía de bellas alfombras se convirtió en una
de ellas.
Y
hay que dejarlo claro, este informe no fue informe, fue un destape, María Elena
tiene su corazón puesto en la Gubernatura de Chiapas, este fue un “en sus
marcas”, el inicio de campaña, prueba clara fueron los miles de pendones que se
colocaron en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, el acarreo de personas, la
utilización de los estudiantes de Protección Civil y los discursos no
encaminados al tema de la Comisión que preside, sino a la su persona, a la de La
Nena.
Creo
que hoy más que nunca la ciudadanía no es estúpida, que se da cuenta de la
realidad política y sabe que una “cara bonita” no es garantía de buena
administración, lo que hizo hoy la Diputada Orantes no fue un informe, fue un
acto de campaña anticipada encaminada al 2018, pretendió disfrazar su destape
con la Protección Civil, pero lo único que logró es exhibirse como oportunista.
Qué
bueno por las mujeres que están verdaderamente luchando por espacios políticos,
pero las que utilizan estrategias patriarcales jurásicas, como es el caso de la
Diputada Orantes, son la que detienen el progreso de la paridad política en
todos sus ámbitos porque se comportan como machos demagógicos.
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