▪En su primer
enfrentamiento frente a las cámaras, la candidata demócrata cuestionó la visión
pesimista que su rival tiene del país y la capacidad de este para ser
presidente.
Por:
Fernando Peinado /Univision
Publicado: sep
26, 2016 | 11:09 PM EDT
HEMPSTEAD,
Nueva York. - Si había aún alguna esperanza de que Donald Trump aguantaría
una hora y media de debate presidencial sin perder la compostura, se desvaneció
por completo después de solo siete minutos.
Bastó con que Hillary Clinton lo
provocara este lunes en su segunda intervención de la noche, mencionando de
pasada que el republicano es un privilegiado incapaz de comprender los
sacrificios de la clase media, para sacarlo de quicio.
Trump
contraatacó subiendo los decibelios y convirtiendo un evento que se estima fue
seguido por 100 millones, la mayor audiencia de la historia en 56 años de
debates presidenciales, en un largo intercambio de ataques que duró 90 minutos
sin pausas.
El Trump del
debate fue por momentos el mismo candidato vociferante de los 11 debates
republicanos de primarias. Poco pareció importarle proyectar una imagen
elevada, que contribuya a disipar las dudas de quienes no quieren a Clinton,
pero creen que por su temperamento Trump no es apto para el rol presidencial. El
republicano siguió moldeando la realidad a su conveniencia.
"Tengo la
sensación de que al final de la noche voy a ser culpada de todo lo que ha
pasado", le dijo Clinton.
"¿Por qué
no?", fue la respuesta de Trump.
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fue el primer cara a cara entre Trump y Clinton
Clinton mantuvo
la calma e incluso en algunos momentos la sonrisa al tiempo que su rival
la interrumpía continuamente y arremetía contra su temperamento, su energía y
sus propuestas. La demócrata lanzó algunos de los mayores insultos en la
historia de los debates televisados, como que el republicano tiene "un largo
historial de comportamiento racista".
Las visiones
del país de ambos no podían ser más opuestas. Clinton pidió a los votantes una
oportunidad para construir una economía que funcione para todos, defendiendo
los mandatos de su marido, el expresidente Bill Clinton, y del presidente
Barack Obama. "Así que estamos al borde de tener una economía
potencialmente mucho mejor, pero lo último que necesitamos hacer es volver a
las políticas que fracasaron en primer lugar".
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Trump volvió a
pintar un cuadro de un Estados Unidos oscuro e insistió en que su carrera
empresarial y su inexperiencia política le convierten en la mejor opción para
el país: "Mi activo más fuerte es mi temperamento, yo sé cómo
ganar", se vanaglorió el republicano.
Primer cara a
cara
Los candidatos
discutieron sobre la economía, los problemas de seguridad domésticos e
internacionales y en términos generales sobre la dirección en la que pretenden
conducir el país.
Pero más que
debate sobre propuestas, el choque de esta noche era sobre estilos,
personalidades y experiencias.
En ninguno
de los 26 debates presidenciales celebrados hasta ahora los televidentes habían
tenido enfrente a dos candidatos tan diferentes. Del lado izquierdo, con
6'3'' de altura un empresario multimillonario que pretende llegar a la Casa
Blanca a sus 70 años con un resumen político en blanco. A la derecha
con 5'6'', una ex secretaria de Estado, exsenadora y ex primera dama que podría
convertirse en la primera mujer presidenta.
A pesar de la
animosidad de la campaña, el encuentro comenzó de modo cordial. Clinton,
vestida de rojo, y Trump, con una corbata azul, se estrecharon la mano
sonriente con un apretón de manos cortés. A ella se le escuchó decir
"¿Cómo estás Donald?".
PIE FOTO:Donald
Trump y Hillary Clinton se saludan al comienzo del primer debate presidencial,
en Hofstra University. Getty
Era la primera
vez que ambos se veían cara a cara como candidatos y su encuentro no cambió la
tónica de una campaña marcada por un sombrío tono negativo y los ataques
personales.
El republicano
puso a Clinton a la defensiva al principio del debate cuando la discusión
giraba en torno a NAFTA (el tratado de libre comercio con México y Canadá), y
otros convenios comerciales vilipendiados por los votantes, pero en adelante la
que llevó las riendas fue Clinton, criticando a su oponente por negarse a
publicar su declaración de impuestos, su cuestionamiento de la legitimidad de
Obama para ser presidente y su carrera empresarial.
Clinton, que
venía armada con un conocimiento enciclopédico de las vulnerabilidades de su
rival y sus propuestas, puso en duda las credenciales de Trump aprovechando el
desprecio de este por los ensayos pre debate.
"Me
preparé para este debate, me preparé para ser presidente", dijo
Clinton en una de las frases más memorables de la noche.
Casi al final,
Clinton asestó un golpe a Trump que podría tener efecto con los grupos de
votantes mujeres y latinos.
"Este es
un hombre que ha llamado a las mujeres puercas, cerdas y perras, y alguien que
ha dicho que el embarazo es un inconveniente para los empleadores, y que
las mujeres no merecen paga igualitaria a menos que hagan un trabajo tan bueno
como los hombres", dijo Clinton.
"Llamó a
esta mujer Miss Piggy. Luego la llamó Miss Servicio de Limpieza, porque era latina.
Donald, tiene un nombre".
"¿Dónde
encontraste eso?, ¿dónde encontraste eso?", respondió Trump incrédulo o
quizás incapaz de recordar a la venezolana Miss Universo de 1996 a quien
entonces humilló por haber engordado.
“Su nombre es
Alicia Machado y se ha convertido en una ciudadana estadounidense. Y puedes
apostar a que va a votar en noviembre", agregó Clinton.
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Por si había
aún dudas, Trump dejó claro que lo suyo son las conversaciones complejas. Una
de las grandes incógnitas de la noche era si podría exhibir un conocimiento
detallado de los problemas del país, más allá de las generalidades que
usualmente emplea. No es lo mismo un mano a mano que un debate a 10 como los de
las primarias republicanas en los que el empresario podía refugiarse en el
silencio cuando la conversación se adentraba en asuntos complicados.
Clinton por su
parte se enfrentaba al reto de ganar la confianza de los votantes que dudan de
su honestidad. La demócrata, que ha pasado 38 años bajo el ojo público, en es
vista por muchos como una mujer movida por la ambición de poder en lugar de por
el interés público.
Decisivo
Para Clinton y
Trump, el primero de tres debates era una oportunidad crucial para mejorar
su pésima imagen y convencer al tercio de votantes que asegura que el choque
influiría en su decisión.
El republicano
llegaba al encuentro con una ligera
desventaja en las encuestas , aunque
con una trayectoria ascendente después de que en las últimas dos semanas la
conversación de campaña fuera dominada por temas que le favorecieron como la
salud de Clinton, el terrorismo y el crimen.
El segundo
debate presidencial se celebrará en St. Louis, Missouri, el domingo 9 de
octubre, y tendrá la forma de asamblea ciudadana ( town hall meeting), con
Clinton y Trump sobre el escenario al mismo tiempo para hacer frente a las
preguntas de votantes y del moderador Anderson Cooper de CNN. El tercero será
en Las Vegas, Nevada, el 19 de octubre y tendrá el mismo formato tradicional
que el de este lunes.
Queda por ver
si el efecto de este debate, con seguimiento récord, se refleja en las
preferencias de los votantes. Un 8% de los votantes registrados asegura permanecer
indeciso, dejando la batalla por la Casa Blanca abierta a 42 días de
la elección. Con un país polarizado y una pugna reñida, el drama continuará
hasta el final.
Un 62% de los
votantes registrados dieron por vencedora a Hillary Clinton, según un sondeo
realizado por CNN/ORC tras el debate. Solo el 27% de los encuestados
creen que el triunfador fue Donald Trump. La encuesta se realizó por vía
telefónica a 521 votantes registrados con margen de error de +/- 4.5 puntos.
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