Vinicio Portela Hernández
He comentado en varias ocasiones que las manifestaciones magisteriales y su
discurso ya está obsoleto, los bloqueos carreteros, toma de edificios, marchas
y plantones no son una forma de presión para que las autoridades cumplan con
sus pretensiones.
¿Se imaginan ustedes que los profesores puedan iniciar una lucha verdadera
y legal?
Digamos una cifra modesta y señalemos que son 40 mil mentores que se
encuentran en lucha en los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Que cada uno de ellos aportara mil 500 pesos, solo con este grupo sería una
caja de 60 millones de pesos que le permitirían contratar un bufete de abogados
de primer nivel que iniciarían acciones legales contra la Reforma Educativa de
manera inmediata. Se los prometo, por un monto como ese hasta empresas
extranjeras se apuntarían para abogar a favor de los mentores.
Ustedes dirán que eso no servirá ya que jueces y magistrados están
coludidos con el propio gobierno, sin embargo, a pasar de instancia a instancia
nacionales y hasta la Suprema Corte de Justicia se podría llegar a los
organismos internacionales donde no hay contubernio con las autoridades
mexicanas.
Por otra parte, los 40 mil profesores podrían inicias, cada uno de ellos,
juicios de amparo ante la inconstitucionalidad de la Reforma por ser
retroactiva violando el artículo 14 de nuestra Carta Magna. Se imaginan que los
Jueces tengan que resolver 40 mil amparos en una sola exhibición.
Además, que un día a la semana, los mentores, padres de familia y
simpatizantes a este movimiento, realizarían visitas de cortesía a los eventos
de las autoridades, sea el Gobernador, Alcaldes, Legisladores, Magistrado
Presidente, jefes policiales y militares, entre otras para recordarles que su
representatividad es para apoyar al pueblo y no a los gobernantes en turno.
Pero ¿por qué no lo hacen?, ¿por qué siguen con sus manifestaciones
arcaicas y estériles? que solo afectan a la población y no al gobierno. La
respuesta a esta interrogante es sencilla: a los líderes magisteriales les
conviene este caos ya que ellos y solo ellos son los que pueden negociar y
llevarse las prebendas y beneficios.
Para los profesores que se encuentran en la calle, que asisten a las
marchas y se encuentran en los campamentos, aquellos que se pasan largas horas
bajo el sol soportando el mal humor de transportistas por bloquear una vía de
comunicación, a ellos solo les queda la satisfacción de la lucha, de la
rebeldía, sin embargo, los que se llevan las palmas y reflectores son los
líderes que pueden seguir haciendo del sindicalismo un negocio muy redituable.
Terminé
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