▪Lecheros
sacrifican en pedazos su patrimonio para poder seguir en el mercado
▪A
las autoridades federales de Economía y Salud, no les importa que desaparezcan
los productores y se comercialicen supuestos derivados lácteos
Comunicado.
Son varios los
factores que inciden en la problemática lechera en México. Primero, la
incomprensión de las autoridades gubernamentales del gran daño al patrimonio
nacional que representa la cadena láctea, al dar en exceso, facilidades para
importar y vender, obligando a vender en partes lo logrado en décadas para
seguir en el mercado; segundo, el bajo precio de que paga la industria. Y la
disminución del volumen de compra copiado por LICONSA.
Tercero, la falta
de ética de parte de LICONSA y la industria que deslealmente, aprovecha la baja
en el precio internacional del polvo de leche descremada para condicionar el
volumen y el precio a la baja de la leche pura y fresca producida en México.
Esto obliga a los productores a regalar su producto por falta de mercado.
Cuarto, que las
autoridades federales de Economía y Salud, parecen comparsas y no les importa
que entren supuestos derivados lácteos –‘productos lácteos’ les llaman las
tiendas de autoservicio—sin la regulación correcta, de la calidad, de sanidad,
en competencia desleal en el precio y con el riesgo adicional de afectar la
salud de los consumidores.
El presidente del
Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz,
señaló lo anterior en entrevista y destacó que es más fácil para las
autoridades federales permitir la compra en el extranjero de polvo de leche,
que ponernos a trabajar para resolver un problema que afecta a 150 mil familias
dedicadas a la ganadería lechera y a dos millones de empleos directos
relacionados con la producción, procesamiento industrial, distribución y
comercialización de los derivados lácteos.
Además de estos
elementos, en el país hay más de 500 empresas proveedoras de alimentos, de
equipos para la ordeña, laboratorios, farmacias y profesionales veterinarios
que viven en torno de la leche y sus derivados.
Consideró Álvaro
González que “es una vergüenza que LICONSA como empresa nacional no se abastezca
de leche producida por mexicanos, fresca, pura, de alta calidad nutricional,
comparada con la que se importa, además coadyuva a inhibir la migración a las
grandes ciudades o al extranjero, contribuye en pueblos y comunidades pobres
donde existe hambre y desnutrición”, a la generación de riqueza, a tener una
alimentación más sana, entre muchos otros beneficios, puntualizó.
De la misma
manera, para la economía nacional representa una dinámica generadora de
impuestos, sin perder de vista que la lechería mexicana tiene inversiones en el
sector; es decir, en ganado, infraestructura, equipos, instalaciones, por más
de 300 mil millones de pesos.
“Esto no lo
podemos echar al drenaje”, porque es el sustento y patrimonio de una ganadería
lechera que tiene una tradición de más de 400 años y que, malas políticas nos
han impedido a los pequeños y medianos productores contribuir al desarrollo de
México tanto como podemos, afirmó el dirigente Álvaro González.
Los productores
lecheros pedimos al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, su
intervención para poner fin al desorden y que se dé a la lechería mexicana la
importancia social y económica que merece, en virtud de que la alimentación del
segmento de población que se encuentra en estado de pobreza alimentaria, no se
siga poniendo en riesgo.
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